La Cumbre de París sobre el Cambio Climático, hará que unas 40.000 personas acudann a la misma desde los rincones más apartados del mundo para pedir o exigir soluciones. Esto sucede en medio de un enrarecido clima, por los terribles asesinatos de ciudadanos indefensos, con el derecho a manifestarse prohibido con la excusa de la seguridad, que los propios asistentes consideran una afrenta. Los manifestantes aducen que éstas suelen ser manifestaciones muy pacíficas, que consideran que su protesta tiene que ver con el futuro de todos los seres vivos sobre el planeta y consideran su prohibición un intento de ahogar estos llamados desesperados. Creen que si las grandes agrupaciones humanas son un peligro, deberían haber cerrado también los grandes almacenes y lugares donde se concentran los ciudadanos para otros menesteres.
No obstante, los medios ya empiezan a canalizar las reclamaciones y las propuestas y muchas veces, incluso los propios manifestantes y las principales voces que se escucharán en este foro mundial adolecen de propuestas concretas y apenas son capaces de exigir “soluciones” de forma muy vaga o apelando a más energías renovables, sin concretar volúmenes y fechas que puedan dar un mínimo de credibilidad a sus propuestas.
Entristece ver cómo a 13 años de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) y a 8 años del protocolo de Kioto, acudimos ahora a Paris derrotados en dos grados centígrados más para el planeta, que todo el mundo admite ya como inevitables y esperando y rezando con vaguedades para que no sean 4 ó 6 grados en pocas décadas.
De entre los miles de documentos que seguramente se presentarán con propuestas de lo más variado, creo que destacarán como pilar, las propuestas para mitigar el cambio climático de los profesores de la Universidad de Stanford, Mark Jacobson y Mark Delucchi, para conseguir un planeta que se mueva con energías renovables al 100%, entre 2030 y 2050. Estos profesores han hecho varias publicaciones en los últimos 6 años, que trataremos en otro capítulo aparte, pues merecen un análisis específico.
Pero otro de los documentos que creo de interés es el que ha publicado en bu blog pero que también fue publicado en el periódico británico The Guardian el pasado 25 de noviembre de 2015, bajo el título False Promise el periodista George Monbiot, un escritor y activista político y medioambiental británico, que traduzco al castellano y comento por su enorme interés público y oportunidad, en medio de tanto ruido mediático sin saber si son nueces o son petardos de feria. Les dejo con Monbiot: