En el salón del automóvil de Ginebra se han presentado algunos prototipos de coches que funcionan con hidrógeno como combustible, hecho que comenta el enviado especial de La Vanguardia Jordi Corbella en su artículo "
El coche se prepara para el fin del petróleo" (registro gratuito requerido). El artículo es interesante porque no esconde algunos de los problemas que supone la generalización de una flota de vehículos de estas características, entre ellos la infraestructura para asegurar la disponibilidad de hidrógeno para repostar, y cita además a Mariano Marzo, que recuerda que la obtención de hidrógeno "es un proceso poco eficaz que requiere mucha energía" y que "Haría falta la energía de 400 centrales nucleares para producir el hidrógeno necesario para alimentar el parque automovilístico de Estados Unidos". Además, se cita explícitamente el cenit del petróleo, por boca de Pedro Gómez Romero, del Institut de Ciència de Materials del CSIC, que afirma que "Llegará un punto en que la producción no podrá cubrir la demanda y, si no hay alternativa al petróleo, se producirá una auténtica crisis energética, mucho más grave que la de 1973. No sabemos cuándo se producirá, porque las compañías petroleras no hacen públicos los datos sobre las reservas de crudo que quedan en el mundo, pero será a lo largo de este siglo, y más cerca del principio que del final".
