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¿Qué hay detrás de los problemas egipcios?

  • Martes, 01 Febrero 2011 @ 10:00 CET
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Artículos

Traemos a esta web un interesante artículo titulado "¿Qué hay detrás de los problemas egipcios?", del blog Our Finite World de la coeditora de The Oil Drum, Gail Tverberg (conocida como Gail the Actuary). El artículo está escrito justo al comienzo de los disturbios y de la revuelta egipcia, como secuela de la primera revuelta tunecina en la región.

El enfoque es eminentemente energético, pero muestra una perspectiva generalmente ignorada por los medios más importantes, que se dedican a transmitir las manifestaciones y sus efectos y no tanto las posibles causas subyacentes. Por su interés lo hemos traducido y lo presentamos en esta web en castellano.

¿Qué hay detrás de los problemas egipcios?

Todos hemos leído lo que sucede en Egipto en los periódicos y nos preguntamos qué puede haber tras sus problemas. Permítanme ofrecerles algunas pistas.

Al menos una parte de los problemas egipcios reside en que el gobierno había amenazado con reducir los subsidios a los alimentos. Ahora estaba pensando en mantener los subsidios de los alimentos y aumentar los subsidios a la energía, pero no está claro que monto dinerario para los subsidios será suficiente. El gobierno está tomando medidas para conseguir que los alimentos y la energía sean accesibles para la mayoría, pero hay preocupación porque estas medidas puedan no ser suficientes.

La situación de declive financiero en Egipto

Existe una buena razón por la que se puede suponer que Egipto pueda comenzar a tener problemas con los subsidios alimenticios y energéticos. Su situación financiera se encuentra en declive y simultáneamente el coste de los alimentos importados se ha disparado. Si vemos el gráfico de las importaciones egipcias de petróleo y de su consumo, utilizando el gráfico de Energy Export Databrowser, cuyos gráficos se elaboran con los datos de las estadísticas (anuales) de British Petroleum (BP), vemos que el consumo egipcio de petróleo ha ido aumentando con rapidez, a la par que la cantidad de petróleo (nacional) extraído iba disminuyendo cada año.

Hacia 2010 ó 2011, Egipto va a cambiar de ser país exportador de petróleo a importador del mismo, en el supuesto de que haya importaciones disponibles en el mercado mundial. El dilema es que Egipto no es el único país en declive de su producción petrolífera; su producción de petróleo está nivelada aproximadamente desde 2005 y los países que producen petróleo van consumiendo ellos mismos más y más petróleo. La consecuencia es que hay menos petróleo para las exportaciones, aunque países como Egipto comiencen a necesitarlo.

El petróleo que Egipto exporta le proporciona fondos para los subsidios que ofrece, por lo que una reducción de las exportaciones implica menor disponibilidad de fondos para subsidios. Hace poco, Egipto ha sido capaz de aumentar sus exportaciones de gas natural y esas exportaciones han hecho posible que los subsidios sigan vigentes.

Si se observa con detalle el sector verde del gráfico, las exportaciones de gas se han mantenido razonablemente estables desde 2005. Parece que puede esperarse que sigan así en el futuro, porque según la Agencia Estadounidense para la Información de la Energía:

Dado el aumento de la demanda interna, combinada con las presiones populares de los últimos años contrarias a los contratos de exportación de gas (especialmente a Israel), el ministro del petróleo declaró en 2008 que no se firmarían nuevos contratos de exportación de gas.

Por tanto, Egipto todavía consigue algunos ingresos por las exportaciones de hidrocarburos (y lo que es igualmente importante, de los impuestos relacionados con los ingresos por las exportaciones) ex pero el volumen va a seguir probablemente igual y la cantidad de petróleo exportada, ha caído a cero. Egipto subsidia internamente las ventas internas de gas y petróleo y es probable que el gobierno no consiga los ingresos suficientes que ahora utiliza para dichos subsidios al consumo interno. De hecho, puede muy bien suceder que la parte destinada a cubrir esa diferencia se convierta en una pérdida neta. Si Egipto tiene finalmente que adquirir el petróleo del exterior en el futuro, es de esperar que sus gastos aumenten de forma significativa.

Otras presiones presupuestarias

Según los datos disponibles del CIA World Fact Book, Egipto ya estaba gastando bastante por encima de sus ingresos en 2009 (el último año disponible), con unos ingresos de 46.820 millones de dólares y unos gastos de 64.190 millones de dólares. Para 2010 este documento informa que la deuda del gobierno asciende al 80,5% de su PIB, lo que coloca su deuda muy por encima de la de la mayoría de las naciones africanas y árabes.

Si la producción de petróleo de Egipto decae, las industrias vinculadas a él, como las refinerías y de productos químicos, previsiblemente también decaerán, lo que hará difícil aumentar los ingresos por estos rubros u obtener vía impuestos derivados de estas actividades de los trabajadores del sector. El Canal de Suez es una de las fuentes de ingresos de Egipto, pero si las exportaciones mundiales de crudo disminuyen, los ingresos por este concepto también disminuirán previsiblemente.

Es previsible que las reducciones de la producción de petróleo y de los transportes por el Canal de Suez exacerben los problemas de desempleo. La tasa de desempleo en Egipto se cifró en el 9,7% en 2010, según el CIA World Factbook.

Egipto tiene una razonable tradición de distribución igualitaria de los ingresos. En 2001, el CIA Factbook coloca a Egipto con un coeficiente GINI (medida internacional de la desigualdad de los ingresos de una población dada, N. del T.) en un 34,4%, que queda cercano al del Reino Unido y mucho mejor que, por ejemplo, el de los EE. UU. Pero en los últimos años dice el CIA Factbook:

El (gobierno de el) Cairo ha propugnado agresivas reformas económicas entre 2004 y 2008 para atraer inversiones extranjeras y facilitar el crecimiento del PIB.

Estas reformas económicas elevaron los ingresos de algunos ciudadanos de forma aparente, pero no de todos ellos y esto creó una brecha más amplia entre los ricos y los pobres. Esto puede ser lo que subyace en informes sobre las preocupaciones por los pobres que se van quedando muy atrás económicamente. Dada la historia del país respecto de las distribuciones algo más equitativas y con las recientes subidas de los precios de los alimentos, esta creciente desigualdad puede llegar a ser un verdadero problema.

Necesidad de importar alimentos

La población egipcia ha ido creciendo de forma muy rápida (según el CIA Factbook alrededor de un 2% anual, lo que significa unos 3 hijos por mujer), pero la población se concentra en una estrecha franja a lo largo del Nilo (Gráfico de Population Databrowser)

A medida que crece la población, aumenta la cantidad de superficie que exigen las viviendas y centros comerciales o industriales y se reduce la superficie destinada a la agricultura. Así que a medida que pasa el tiempo, Egipto produce cada vez menos alimentos para su propio consumo.

Los informes califican a Egipto como el mayor importador mundial de trigo. En 2010 el ministro del petróleo ha informado que Egipto importa el 40% de sus alimentos y el 60% de su trigo. El problema este año es que la producción mundial de trigo ha caído (al menos en parte debido a los problemas climáticos en Rusia), por lo que las exportaciones mundiales han descendido:

No obstante, un problema a más largo plazo es que la producción mundial de trigo no ha ido creciendo al mismo ritmo que la población mundial. Parte de esta falta de crecimiento puede deberse a la competencia con los biocombustibles. Parte de esta falta de crecimiento también está en relación con el hecho de que las mejoras de la “revolución verde” (con el regadío y los fertilizantes) ya han quedado atrás. Aunque el regadío y los fertilizantes mejoraron sustancialmente la producción al inicio de los cambios, las ganancias en producción desde 1990 han sido mucho menores.

El coste de los alimentos importados, especialmente el trigo, ha aumentado, en parte por las relativamente menores cosechas y en parte porque los costes de producción y transporte aumentan debido a la subida de los precios del petróleo. La figura 5 muestra la estrecha relación existente entre precios de los alimentos y los del petróleo. El índice de precios de los alimentos utilizado en este gráfico es el Índice de precios de Alimentos de la FAO de los alimentos para exportación. Los precios del petróleo Brent son los precios spot de la Energy Information Administration (EIA).

Con los precios del petróleo ahora más elevados (debido a que la producción mundial se mantiene aproximadamente plana y debido a que a medida que los países salen de la recesión, quieren más), los precios de los alimentos de todo tipo son también mayores. El petróleo se utiliza de forma directa en la producción de grano e indirectamente en el almacenaje y tránsito, por lo que sus costes son importantes.

Los mayores precios de los alimentos contribuyen al problema de la inflación general que ya tenía Egipto. El CIA Factbook estima que para 2010 la tasa de inflación será del 12,8%. Y puesto que los salarios no siempre suben para compensar las tasas de inflación, las presiones inflacionarias han puesto sin duda más presión sobre el gobierno para aumentar los subsidios, en un momento en el que realmente no se lo pueden permitir.

El impacto sobre el resto del mundo

¿Por qué todo el resto del mundo responde con tanta intensidad a los problemas de Egipto?

Una razón es que otros países árabes sienten los mismos tipos de presión. Los precios de los alimentos suben por doquier. Mucha gente pobre gasta más del 50% de sus ingresos en alimentos, por lo que un aumento de los mismos supone un problema real. Los ciudadanos han terminado dependiendo del petróleo y los subsidios de los alimentos. Si se excluyen o no suben lo suficiente para compensar el mayor coste de las importaciones, se da un problema real.

También los precios del petróleo se ven afectados. Si el Canal de Suez tuviese que cerrarse por los disturbios, podría afectar al tránsito del petróleo, especialmente a Europa. Según la EIA:

Se calcula que 1 millón de barriles diarios de crudo y productos refinados del petróleo pasaron en dirección norte por el Canal de Suez hacia el Mediterráneo en 2009, mientras que en dirección sur pasaron unos 0,8 millones de barriles diarios hacia el Mar Rojo.

Las cantidades transportadas a través del Canal de Suez son algo menores que las cantidades de 2009, debido a la reducción mundial de las importaciones y exportaciones, pero son todavía sustanciales. Las importaciones de petróleo de Europa son de alrededor de 10 millones de barriles diarios, según el Energy Export Data Browser, que utiliza los datos de BP Si todo el volumen que fluye en dirección norte fuese a Europa, ello significaría un 10% de las importaciones europeas o un 7% del consumo de Europa. De hecho parte de esas exportaciones va más lejos, en concreto a los EE. UU. o a Canadá, por lo que el volumen en cuestión, es probablemente menor, en relación con el consumo europeo; digamos un 4 ó 5%. Pero incluso una pequeña disrupción es un problema, en un mundo que necesita el petróleo para el transporte, la producción de alimentos, para calentarse y para muchos otros usos.

La incapacidad de enviar productos en dirección sur a través del Canal de Suez también puede representar un problema. Lo que hace Europa ne parte es refinar el petróleo, retener los productos que necesita y enviar otros productos a sus clientes en todo el mundo. Todo el sistema está organizado suponiendo una producción y entregas en modo “just in time” (forma de producir que consiste en hacerlo expresa y puntualmente según necesidades a muy corto plazo, N. del T.). Y aunque existe una cierta capacidad de almacenaje, a partir de unos días o semanas, el sistema comienza a tener problemas. Aquellos que necesitan los productos refinados que se envían en dirección sur por el Canal de Suez experimentarían la escasez y Europa tendría exceso de oferta. Por supuesto, es posible utilizar rutas más largas, pero esto supone más gasto en combustible y más tiempo, lo que resulta más caro. Y siempre existe un retraso temporal cuando un nuevo sistema se pone en marcha.

Todos estos problemas (los relativos al petróleo viajando hacia el norte o el sur de Suez) se pueden obviar, pero habría un periodo de disturbios durante un tiempo, ya que los suministros tendrían que realizar trayectos más largos.