Cierre planta de bioetanol en Salamanca

Con este titular el día 13 se anunciaba esta situación: "Se atraganta la industria española de "bio-carburantes" por subida de precios de cereales".

Esta noticia de Cinco Días dio el aviso.

Hoy se confirma a través de esta otra: "El precio de los cereales y la falta de regulación obligan a cerrar temporalmente la planta de bioetanol de Salamanca".

La incertidumbre regulatoria de uso del bioetanol como carburante en España obligó a Biocarburantes de Castilla y León a vender su producción en otros mercados europeos y a soportar un incremento muy sustancial en sus costes logísticos.

A esta situación, se ha unió el fuerte incremento en el precio internacional de los cereales provocado por un aumento mundial de la demanda para uso alimentario de los mismos y las malas cosechas en los países exportadores tradicionales.

Hay dos motivos básicos que llevan a este fracaso. Por un lado están los costes logísticos. Se habla y se estudian los TRE de los biocombustibles en su producción y sus potenciales rendimientos en campo, pero un producto en origen, de no ser consumido ahí entra en otra fase: la transformación de esa materia prima con su consiguiente coste energético añadido y la logística desde el punto de producción al de trasformación de dicha materia prima. Una vez este producto sea transformado tendrá que entrar en el mercado y volveremos a tener otro coste: la logística o sea, la distribución de dicho producto con su coste energético. Cuando se equilibra el total de costes con el coste del producto que se intenta substituir, si no queda beneficio no tiene razón de ser dicho proceso. Ya se ha comentado muchas veces en CE esta problemática. Hay quien quiere seguir evitándola hasta que se presente la dura realidad de la más pura economía y no la energética en este caso, pues la energética es aun peor, dado que parte de ese proceso se realiza con el producto que se intenta desplazar y al ser más escaso, más difícil lo tiene dicho producto para ser utilizado. El segundo es el debate, ya abierto, de si cereales como alimento o cereales para biocombustibles. Sin entrar en consideraciones morales que considero son más importantes que las económicas, ya se está en franca guerra, al ser en origen el mismo producto y el mismo mercado. Los dos productos de la misma materia prima están afectados por lo que le ocurra a la materia prima del cereal y este sufre los problemas que para una producción agrícola tiene el clima y su variabilidad planetaria y local. La local era un drama en la antigüedad pero el desarrollo del uso de los combustibles fósiles la eliminó momentáneamente, pero siempre siguió dependiente de ella, entrando en la globalización de los mercados, con lo que el problema ya no es de sequía local, el problema es de clima mundial y producción global.

El productor de alimentos sabe y el cliente también que es preferible comer que ir en automóvil, aunque en esta inhumana guerra entre alimentar maquinas o seres humanos no les importe nada a las empresas y los gobiernos siempre lleguen tarde y mal.

Se dice que el peso de los biocombustibles es ínfimo en la producción de alimentos y quizás lo haya sido, pero el mercado globalizado se olvidó hace años de aquellas enseñanzas bíblicas tan antiguas que posibilitaron que un imperio existiera 6.000 años, se olvidaron por que interesó olvidarse de los Sueños del Faraón y de su interprete José, y cuando las reservas estaban bajas, se confió en el mercado globalizado hijo del petróleo, y cuando se quiere sustituir el petróleo por el pan por empezar a escasear, empiezan a escasear los dos.

Hay una diferencia básica que se suele olvidar entre las diferencias entre el sector de producción primario y el secundario. El primario invierte con una prima de riesgo muy alta y un sistema de juego de inversión muy diferente, ya no es el gran capital necesario del valor de las tierras y maquinarias. Los costes de producción dependen del petróleo aunque este subvencionado, los fertilizantes igual, aunque estos no lo estén las primas de riesgo de los seguros agrarios pesan y varían y no todo el planeta tiene desarrollados estos mecanismos de protección, pero la cosecha es global y la incertidumbre de la cosecha y los resultados de esta son los que determinaran los precios en los mercados mayoristas de materias primas.

Veremos muchas inversiones en el sector secundario, ¿pero cuantas vemos en el sector primario?

Pocas, y porque hace años que está demostrado que es ruinoso o poco rentable. Y no generalizo, pues las diferencias climáticas, políticas y sociales entran también en este sector globalizado con leyes de compensación, aranceles, subvenciones políticas, etc. Pero sobre todo la mayor subvención es la de los combustibles fósiles que es general al planeta.

Van los acontecimientos más rápidos de lo que nos podíamos figurar y esto me da la impresión que es signo de que los problemas podrían ser mas graves de lo que intuimos.

Se podría decir que son las primeras batallas y que estas solo acaban de empezar.