Disturbios en Nigeria, un ataque terrorista en instalaciones petrolíferas de Alaska, la evacuación de todos los extranjeros residentes en Arabia Saudita... a lo largo de varios meses, estos acontecimientos han conseguido sacar del mercado 3.5 millones de barriles de petróleo, y que el barril de petróleo llegue hasta los 150$. En EE.UU., la gasolina se paga a 5,74$ el galón, la confianza del consumidor ha bajado un 30%, su IPC ha subido un 12,6%, y el déficit por cuenta corriente se ha disparado hasta más de 1.000 billones de dólares.
Este escenario corresponde a las conclusiones de un ejercicio de simulación, el
Oil Shockwave, organizado por SAFE (Securing Amercia’s Future Energy), y en el que participaron expertos en inteligencia, energía y militares. Presidido por el ex presidente de la CIA Robert M. Gates y los senadores Lieberman y Lugar, este ejercicio de simulación ha puesto de manifiesto la dependencia de los Estados Unidos sobre el petróleo, y las vulnerabilidades en la seguridad nacional que esto plantea. El resultado de la simulación indica que una interrupción en el suministro, aunque sea solo de 3,5 millones de barriles sobre un consumo total de 83 millones de barriles diarios, dejaría indefensa a la economía estadounidense, abocándola probablemente a la recesión.