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Economía

Capitalismo liberal y colapso global

  • Jueves, 26 Febrero 2009 @ 09:38 CET
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Economía Enrique Gil Calvo, profesor titular de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid y una de las firmas habituales en el diario El País, escribe hoy un artículo en el que establece un paralelo entre el colapso de sociedades como la de los pascuenses y el destino de nuestra sociedad actual, bajo el modelo del capitalismo liberal.
El destino inmediato del capitalismo liberal, que se precipita en caída libre hacia la implosión de un agujero negro impulsado por el continuo agravamiento de su crisis sistémica y fatalmente atraído por el succionante maëlstrom de un ominoso colapso global, exhibe fascinantes paralelos con la súbita extinción de la cultura de los moaís que tuvo lugar en la polinesia isla de Pascua. Me refiero claro está a esas célebres estatuas gigantes, cerca de 900 en total, que hoy admiran a los turistas en un páramo perdido, árido y casi desierto a miles de kilómetros de las costas vecinas. Pues bien, esos impresionantes moaís fueron erigidos con fines ceremoniales por una floreciente civilización que se embarcó en un proceso de crecimiento acelerado cuyo cenit culminante se alcanzó en el siglo XVII de nuestra era, para precipitarse a partir de ahí (1680) en una vorágine de autodestrucción colectiva que acabó con la civilización de Pascua justo antes de la llegada de colonizadores europeos.
En "La isla de Pascua y el colapso global", Gil Calvo se vale de la visión del geógrafo evolucionista Jared Diamond, que argumentó que los habitantes de la Isla de Pascua llegaron al colapso debido a una competición feroz entre clanes, para presentar algunos de los posibles futuros hacia donde la actual crisis global podría conducirnos, y entre ellos estaría un colapso sangriento como el ocurrido en la Isla de Pascua:
Pero si la depresión se eterniza, la salida estatal o proteccionista agravará extraordinariamente el clima de conflictividad social. Y entonces comenzará a ser posible y quizás probable la tercera salida, que podemos llamar violenta: bélica o incluso revolucionaria. Al fin y al cabo, el colapso de la isla de Pascua terminó en un baño de sangre, y lo mismo ocurrió con la depresión económica de los años treinta, cerrada con el crepúsculo de los dioses proteccionistas.
Recomendamos la lectura del artículo de Jared Diamond "El fin de los pascuenses", publicado en Discover Magazine y traducido para Crisis Energética por Patricio Chacón. El artículo relata de forma muy divulgativa el misterio de la desaparición de los habitantes de la isla de Pascua, directamente relacionada con la sobreexplotación de los recursos de la isla.

Detener el despilfarro y no el desarrollo

  • Miércoles, 18 Febrero 2009 @ 15:16 CET
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Economía Excelente artículo que presumo será del agrado de aquellos que ven en el despilfarro la fuente de la mayoria de nuestros problemas y ven como solución el Decrecimiento. Como carta de presentación de este artículo y a modo de acicate para estimular su lectura cito tres párrafos del mismo:
El momento es por tanto propicio para exacerbar la que Leff denomina inquietud por el decrecimiento, resultante directa de la angustia ante la evidencia del cataclismo ecológico y de la bancarrota moral de la lógica economía de mercado. El llamado al decrecimiento viene a ser una variante radical de la idea lanzada por los años 70 del pasado siglo, de la necesidad de hacer el crecimiento igual a cero, o de lograr una "economía de estado estacionario". Esa idea surgió precisamente de la constatación de los efectos nocivos al entorno asociados al crecimiento económico cuantitativo. Un notable estudioso, N. G. Roegen, publicó su famoso libro "La Ley de la Entropía y el Proceso Económico" en el cual logró establecer de manera categórica el vínculo fundamental entre el crecimiento económico y los límites de la naturaleza. En esencia, su conclusión fundamental es que no es posible mantener una economía en crecimiento que se alimenta de una naturaleza finita.

Esto es tanto más evidente, como ha apuntado Leff, para una economía fundada en el uso del petróleo y el carbón, los que son transformados en el metabolismo industrial, del transporte y de la economía familiar en dióxido de carbono, el principal gas causante del efecto invernadero y del calentamiento global que hoy amenaza a la vida humana en el planeta tierra.

El desarrollo tecnológico no puede por sí solo resolver esta contradicción de fondo. Por ejemplo, todo proceso productivo (como todo proceso metabólico en los organismos vivos) se alimenta de materia y energía que en su proceso de transformación generan bienes de consumo con un residuo de energía degradada, que finalmente se expresa en forma de calor. Y este proceso es irreversible. No obstante los avances de las tecnologías del reciclaje, el calor no es reconvertible en energía útil.

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