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Crisis Energética Foros

La prensa española se empieza a hacer eco


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isomax

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Ademas, me parece a mi, muy de repente, como si lo hubieran descubierto de repente. Hoy en el diario vasco Y tras el 'oro negro', qu?. diariovasco.com (esto es solo parte de lo que sale en la edicion impresa. desconozco si entros diarios del grupo vocento se ha publicado algo similar) han hablado de una manera que solo estaba acostumbrado a oir por aqui, sin pelos en la lengua. De hecho, como decia lo que hay en la web, es lo mas descafeinado del articulo, que abarcaba 4 paginas completas. Todo un dosier informativo sobre el tema y sin mucha cabida a "ya sacaran algo" o "no hay problema por X", sino que lo ponia todo bastante crudo. La unica concesion a la esperanza de que nada cambiaria seria un escueto parrafo que hablaba del hidrogeno como si no habria mas que tomar agua, descomponerla y disfrutar de la energia del hidrogeno.

Añado, buscando mas, tambien he encontrado esto, bastante resumido de lo que salia en la edicion impresa: Hay que hacer un consumo ms racional. diariovasco.com

Y esto, que parece integro:
Hacia el final del petrleo. diariovasco.com
La transicin ser larga, pero los gobiernos no reaccionan. diariovasco.com

Como sospecho que en unos dias el contenido pase a ser solo de pago, y dada la importancia, que al menos yo, le concedo por lo clarito que habla de ello, lo pegare aqui.

Hace apenas cuatro años, con el precio del barril de petróleo a 30 dólares, gran parte de los analistas económicos advertían de una posible crisis mundial si los precios del oro negro seguían subiendo y alcanzaban los 100 dólares. Aquellas previsiones se desbordaron hace tiempo y el barril ronda ya los 135 dólares -cuadruplicando su coste en estos cuatro años-, pero aún no se ha producido la gran crisis económica que muchos vaticinaron. ¿Será así por mucho tiempo? ¿Cuánto puede aguantar sin explotar un globo que sigue inflándose sin parar? ¿Qué ocurrirá cuando ese globo acabe estallándonos en la cara?
La sociedad, apaciguada por quienes mueven los hilos del poder, tiende a obviar los problemas de difícil solución hasta que la realidad le enfrenta directamente con ellos. Ocurrió con el cambio climático y puede suceder lo mismo con la crisis del petróleo, un problema de gran calado del que empieza a haber síntomas evidentes, aunque sus consecuencias resultan imprevisibles excepto en un detalle: serán más graves e inminentes en el aspecto económico que el mencionado cambio climático.
Por mucho que hasta ahora apenas haya tenido repercusión pública más allá de los lamentos de los conductores por las continuas subidas de los carburantes, la mera posibilidad de que el petróleo empiece a escasear en un mundo que se mueve a golpe de barril debería encender todas las alarmas.
Este peligro se fundamenta en la cercanía del techo de las extracciones de petróleo -el momento en el que éstas alcanzan su cénit y comienzan a dibujar una línea descendente-, una teoría que cada vez despierta mayor unanimidad en el mundo científico. Cuando esto ocurra, la oferta mundial de petróleo será menor que la demanda (que, en vez de disminuir, sigue aumentando), lo que provocará que los precios se disparen aún más, hasta convertir el petróleo y sus derivados en un artículo de lujo. Lo que no sólo nos obligará a coger menos el coche, sino que se traducirá en una crisis económica a escala mundial. Una crisis sin precedentes en la historia moderna.
El petróleo ha posibilitado el desarrollo del actual modelo económico al tratarse de una fuente de energía con unas condiciones óptimas, tanto por sus cualidades energéticas como por la facilidad de extracción y de transporte, a lo que une su gran versatilidad y precio asequible. Pero no todo son virtudes, porque el petróleo es una fuente fósil, es decir, finita. Además, sus propias cualidades lo convierten en una energía insustituible, lo que aumenta la dificultad de encontrarle un relevo.
Basta recordar que un país como España obtiene la mitad de la energía que mueve su economía del petróleo para hacerse una idea de la crisis que podría desencadenar el agotamiento de esta fuente, o un incremento desmesurado de su coste como paso previo. Todos los países desarrollados dependen en gran medida de petróleo barato y abundante para sectores básicos de la economía como el transporte, la agricultura, la industria química o la calefacción doméstica.
Límite, 2014
Durante años, las grandes empresas petrolíferas han tratado de ocultar la cercanía del techo del petróleo acusando de «catastrofistas» a quienes defendían esta teoría -entre quienes se encontraban algunos de los mayores expertos en la materia-, pero hoy prácticamente se ha alcanzado unanimidad en que el cénit llegará hacia 2010, en 2014 a más tardar. Algunos expertos incluso aseguran que ya estamos en ese pico y que nos encontramos en la meseta previa al descenso de las extracciones, que aún puede prolongarse durante años.
El ser humano ya ha consumido la mitad de las reservas de petróleo existentes en todo el mundo y algunos países con importantes yacimientos, como Estados Unidos, hace tiempo que entraron en esa línea descendente. El colapso llegará cuando la maquinaria necesaria para extraer del subsuelo un barril de petróleo requiera de más de un barril de energía para lograrlo. Entonces no estaremos ante una crisis del petróleo, sino ante la última crisis del petróleo.
En ese momento, la escasez de este recurso energético sería diferente a todas las sucedidas en el pasado, ya que sus causas no estarían relacionadas con razones políticas o coyunturales (como la especulación), sino con problemas reales en la extracción de la materia prima.
A pesar de la gravedad del problema, la mayoría de los países aún no han puesto en marcha políticas de transformación energética que permitan una menor dependencia del petróleo. Puede que cuando la escasez dispare el precio del barril hasta los 200 dólares y el litro de gasolina supere los tres euros se empiecen a tomar medidas urgentes, pero los expertos advierten que entonces será demasiado tarde, porque una transición energética de este calado requiere de varias décadas.
La crisis del petróleo será más acusada en aquellas economías que tienen una alta dependencia de esta fuente energética, como es el caso de la española y la vasca. Si la media europea el petróleo ronda un 35% del consumo total de energía, España supera el 50%y Euskadi está por encima del 40%.
Gas en Euskadi
En los últimos años, el Gobierno Vasco ha logrado reducir esos porcentajes y la tendencia es que bajen hasta el 37% para 2010. Sobre todo, por la hegemonía que ha logrado el gas natural, que en 2000 representaba el 20% del total de la energía y ha subido hasta el 50%. En la actualidad, casi toda la población vasca tiene acceso al gas natural en los hogares y las centrales de ciclo combinado que generan energía también funcionan con esta fuente alternativa al petróleo. En Euskadi prácticamente la totalidad de los derivados del petróleo se destinan al sector transporte, donde sobresale el elevado peso de la movilidad comarcal en automóvil.
El País Vasco es un gran dependiente energético, ya que debe importar el 95% de la energía que consume. El 5% restante corresponde a las energías renovables, las únicas que se generan dentro del territorio. El plan energético del Gobierno Vasco planteaba que el porcentaje de las renovables creciese hasta el 12% para 2010, pero esas cifras no se van a cumplir y ahora el objetivo se ha fijado en lograr al menos un 8% para dentro de dos años. Es decir, la quinta parte de la cuota energética que ahora aporta el petróleo.


El Gobierno Vasco mantiene la cautela acerca del posible techo de las extracciones, aunque reconoce que sería preferible un consumo más sostenible.
- ¿Empieza a haber indicios de la teoría del techo del petróleo?
- Ésa no es la única teoría existente. Expertos que se dedican a la prospección y explotación del petróleo dicen que la situación no es tan grave. Además, con la subida de los precios, los países exportadores están buscando recursos que antes no era rentable explotar. También parece que hay un colchón de reservas, así que la teoría del techo es discutible. Aunque hay algo indudable: el petróleo es un fósil finito, por lo que algún día se acabará. Hay que utilizarlo de manera racional e ir buscando otras alternativas.
- Mientras eso ocurre, Euskadi mantiene una alta dependencia del petróleo.
- La subida de los precios nos hace daño porque somos un país absolutamente dependiente de la energía del exterior. Los recursos autóctonos de Euskadi apenas generan el 5% de la energía que se consume y el 95% restante viene del exterior. Pero en política energética los altos precios pueden ser positivos porque, cuando el coste aumenta, la gente se conciencia e intenta ahorrar más.
- Pero eso no soluciona el problema.
- El Gobierno Vasco tiene entre sus objetivos sustituir paulatinamente las energías no renovables, como el petróleo, por las renovables. Pero siendo conscientes de que sólo con renovables no podemos suministrar la energía que estamos demandando, porque hoy sólo cubren el 5%. Las renovables sólo serán una pequeña parte sustitutiva.


El crecimiento económico que han experimentado los países desarrollados desde la revolución industrial se han basado, en gran medida, en el uso de los combustibles fósiles. Pero hay una certeza: estos recursos acabarán agotándose tarde o temprano, ya que se consumen a una velocidad muy superior a la que son reemplazados (a través de escalas geológicas que pueden durar miles de años). El petróleo es el primero de la lista entre los fósiles en riesgo de agotamiento, pero el gas natural y el carbón también podrían vivir su techo en las próximas décadas.
Ante un panorama como el que se presenta, surge una pregunta: 'Y después del petróleo, ¿qué?'. Una de las primeras consecuencias de la falta de petróleo y de su carestía será una depresión económica caracterizada por una importante disminución de la movilidad. El transporte de carretera y el aéreo se verán especialmente afectados, por ser totalmente dependientes del petróleo, lo que se traducirá en un inevitable trasvasase de pasajeros y mercancías al tren y al barco.
plan de choque
La crisis definitiva del petróleo no sólo tendría repercusiones económicas, sino que alteraría el modelo social de los países desarrollados, en los que el oro negro tiene una gran importancia. La Agencia Internacional de la Energía diseñó un plan de choque en 2004 que contempla medidas como comprimir la semana laboral a cuatro días, convertir el transporte público en gratuito, incentivar que varias personas compartan un mismo coche o impulsar el uso de la bicicleta como medio de transporte habitual. Algunos países y, sobre todo, ciudades ya han empezado a aplicar estas recomendaciones.
las alternativas
Cuando el petróleo empiece a escasear, habrá que buscar alternativas para atender la gran demanda energética que cubre hoy en día. No será una tarea sencilla, toda vez que el petróleo es una auténtica joya en lo que a intensidad energética se refiere. Además, sus usos van mucho más allá de la generación de energía y tiene una importancia capital en la industria química y la creación de materiales sintéticos como el plástico. Por ello, es muy probable que se siga extrayendo petróleo incluso cuando para ello se necesite más energía de la que puede proporcionar.
hidrógeno como combustible
Lo que será difícilmente sostenible es sacrificar el poco petróleo del que se disponga para mover vehículos, sobre todo privados. Los combustibles derivados del petróleo alcanzarán tales precios que habrá que buscar nuevas formas de energía para alimentar los coches. Una de las alternativas en las que más se está trabajando es el hidrógeno. Ya hay motores de vehículos que funcionan quemando este gas en vez de utilizar gasolina, pero son experimentales y aún hay que mejorar la fabricación de la pila de combustible que haría posible la extensión del hidrógeno. La mayor virtud de este gas es que se trata de una fuente inagotable porque se puede obtener a través del agua, mediante la electrólisis, que separa el oxígeno y el hidrógeno. Los científicos trabajan para mejorar la durabilidad de las pilas de hidrógeno y reducir su coste para que puedan llegar a la sociedad.
los biocombustibles
La irrupción de los biocombustibles hace unos años se vendió como la mejor solución para los futuros problemas del petróleo, pero el tiempo ha venido a demostrar que a veces es peor el remedio que la enfermedad. Los combustibles fabricados a partir de productos naturales como cereales o aceites tienen un balance energético pobre que no justifica las enormes extensiones de tierra que consumen las plantaciones de estos productos. Además, su extensión en algunas zonas ha conllevado un incremento en los precios de alimentos básicos, con lo que no ha contribuido a solucionar el problema del petróleo (excepto en la vertiente de la contaminación, aunque mínimamente) y además ha creado otro contratiempo con la subida de los precios de los alimentos. Esta práctica ya ha sido denunciada por el Banco Mundial y el FMI y la UE se está replanteando su apoyo a los biocombustibles.
renovables
Las energía renovables son la gran esperanza del mundo y despiertan unanimidad en todas las corrientes científicas, pero a día de hoy no son suficientes para mantener los niveles actuales de consumo. Sólo una apuesta decidida por ellas, que aún no se ha producido, podría convertirlas en el mejor sustituto del petróleo a muy largo plazo.
¿energía nuclear?
Ante la tesitura del final de la era del petróleo, muchas grandes potencias han abrazado la energía nuclear como tabla de salvación ante el problema, aunque esta opción sigue despertando controversia. La visión optimista de algunos Gobiernos apunta a que a largo plazo, dentro de 30 ó 40 años, la energía nuclear de fusión podría sustituir la actual hegemonía del petróleo. Importantes teorías científicas, sin embargo, se oponen a la energía nuclear al considerar que reúne una gran cantidad de inconvenientes, como su alto coste, la escasez de uranio y el problema de los residuos, que tiene difícil solución. Además, apuntan a que será complicado que algún día la energía nuclear supere la generación del 20% de la energía total mundial, lo que le coloca muy lejos de los logros del petróleo.



Un artículo del geólogo Collin Campbell sobre el fin de la era del petróleo puso a Roberto Bermejo sobre la pista de un problema que le ha «enganchado totalmente» en la última década. Este profesor de Economía Aplicada de la UPV y miembro de Bakeaz lleva años advirtiendo sobre los graves peligros del techo del petróleo. «Para mí esto es como un tsunami: ves cómo viene y te quedas hipnotizado, sin poder hacer nada para evitarlo».
- ¿La subida imparable de los precios es una prueba de que el techo de las extracciones está cerca?
- Los precios llevan años subiendo, pero desde septiembre del año pasado se está produciendo una escalada de precios que yo no había visto nunca. Se han duplicado los precios del petróleo y ése es un indicador importante.
- ¿Nos encontramos en la antesala de una gran crisis?
- Mi teoría, sustentada en los estudios de grandes expertos en la materia, es que ya hemos llegado al techo del petróleo, a la máxima capacidad de extracción. Según el servicio de información energética del Gobierno de EE UU, que no es cualquiera, llevamos 44 meses con una oferta totalmente estancada. Todos los analistas plantean que a partir de ahora seguirán subiendo los precios porque el desfase entre la oferta y la demanda es muy grande, y va a ir a más. De hecho, aunque durante años trataron de esconderlo, la grandes empresas petrolíferas han empezado a rendirse a la evidencia.
- Comienza a haber unanimidad.
- Casi todo el mundo habla ya claramente de techo del petróleo. En 2006 hubo una conferencia cerrada de las grandes empresas petroleras del mundo y llegaron a la conclusión de que el techo del petróleo podría fijarse con el barril entre 90 y 100 dólares. En los últimos meses las posiciones de los más optimistas se han derrumbado.
- ¿Qué consecuencias va a tener la llegada de ese techo?
- Realmente ya las está teniendo, lo que pasa es que en los países ricos no solemos preocuparnos de lo que pasa en el resto del mundo, excepto cuando se produce alguna catástrofe. Hay del orden de 50 países que ya lo están pasando muy mal porque no pueden comprar petróleo y sus economías se están colapsando. La mayoría son africanos, para también está empezando a ocurrir en Suramérica y Asia.
- ¿Cuándo llegará aquí?
- Ya se notan algunos efectos, sólo hay que fijarse en la inflación. En Estados Unidos, que es como un laboratorio porque allí la subida de los precios del petróleo impacta sin ningún colchón (que en Europa viene motivado por la fortaleza del euro), ya no se vende ni un coche grande. Han vuelto a acordarse del del transporte público y del ferrocarril. En Gran Bretaña está ocurriendo un movimiento similar, porque es el país europeo con el precio de los carburantes más caro. Las cosas se están moviendo.
- ¿Hasta dónde podrían llegar los precios de los carburantes?
- Se puede especular, pero ahí entramos en un terreno desconocido. Hace tres meses era una exageración decir que el barril podría llegar a los 200 dólares, pero ahora ya empieza a considerarse seriamente. El aumento de los precios va a depender de la velocidad de cambio, de lo que tarden los países en adaptarse a la nueva situación. Mientras la gran mayoría siga manteniendo una gran dependencia del petróleo, la demanda seguirá subiendo. La irrupción de gigantes como China o India, con sus cientos de millones de habitantes con ganas de tener un coche, no hará que decrezca. Hasta que el mundo sea consciente de que hemos llegado al techo y que no nos queda más que la cuesta abajo, habrá una gran explosión de los precios, con el barril a 200 o 250 dólares. Tal vez luego, cuando muy poca gente pueda comprarlo, bajará; pero luego volverá a subir. Lo más probable es que entremos en un periodo de gran volatilidad en los precios, aunque siempre con una tendencia a elevarse.
- ¿Sería una crisis sin precedentes?
- Habrá una crisis económica muy fuerte y muy prolongada, porque la mayor parte de los países no han reaccionado, con honrosas excepciones como Dinamarca o Suecia, que han reducido su dependencia del petróleo en los últimos años tras ser conscientes de la cercanía del techo. Me asombra la incapacidad de los gobernantes para hacer algo sobre este tema, teniendo en cuenta que la transición hacia otras formas de energía será larga.
- ¿Por qué muchos países no están afrontando el problema?
- Lo peor es que muchos países lo conocen y no hacen nada. Estados Unidos lo sabe, por eso se metió en la guerra de Irak. Estoy convencido de que también lo saben nuestras ejecutivas gobernantes, partidos como el PSOE o el PNV. Lo que pasa es que los políticos tienen un miedo cerval a dar malas noticias, lo que en parte es comprensible. Pero esto nos lleva a una situación de impasse terrible, porque una transición puede durar 20 años.
- Para ser un problema tan grave, esta crisis no está en la calle como, por ejemplo, el cambio climático. ¿Las consecuencias de una y otra son equiparables?
- Muchos gobiernos han empezado a adoptar políticas más progresistas en el ámbito energético bajo el paraguas del cambio climático. Pero esas políticas deberían ser mucho más potentes. En cambio, en España estamos batiendo récords mundiales de construcción de carreteras y de líneas de tren de alta velocidad. ¿Pero dónde van? Si en algunos países la gente ya ha empezado a abandonar el coche, ¿para qué quieres más carreteras? Aquí seguimos pensando en una estructura lineal, cuando todos los indicios apuntan en otra dirección.
- ¿La sociedad está preparada para adaptar su forma de vida a un mundo sin apenas petróleo?
- Esto es un círculo vicioso. El Gobierno no informa, los medios de comunicación son muy poco proclives a entrar en este problema, a pesar de que medios importantes como la CNN o la BBC ya informan abiertamente sobre ello. La gente no tiene muchos elementos de juicio, pero si se hiciera una encuesta preguntando a la gente si cree necesario que los gobiernos establezcan estrategias de cambio energético, la inmensa mayoría de la población diría que sí. Esto ya ha ocurrido en Estados Unidos, con un 75% de la población. Señores gobernantes, pongan manos a la obra cuanto antes.




El rey va desnudo, pero los subditos prefieren no darse por enterados.

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JCP

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En el semanal del Pais de hoy, 1 de junio de 2008, aparece un articulo titulado Petroleo ¿Cuanto queda realmente?.

Efectivamente, con la subida del petroleo, el tema de su agotamiento esta apareciendo en la prensa general. El articulo menciona a Hubert, Mathew Simmons, Ghawar, y demas nombres propios clasicos del cenit. Hace muchas preguntas interesantes, aunque insiste mucho que no se puede saber con exactitud el total de las reservas mundiales. Y es aqui donde a mi entender cojea, no hace la pregunta del millon: tarde o temprano empezara a escasear el petroleo, ¿que haremos? ¿que ocurrira?. Supongo que aun es pronto para una prengunta tan dramatica.



Días de mucho, vísperas de nada.

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Dario_Ruarte

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Mensajes: 999
Buen artículo... hace poco tiempo SOLO en este Foro hubieses encontrado esa redacción y esa síntesis de los hechos (bueno, no exageremos, en inglés tienes lo mismo desde un poco antes incluso).

El hecho de que un periodista se ELABORE o COPIE con precisión las bases del problema ya representan todo un avance. Si comparamos ESTE periodista con los que han hecho las reseñas de las "algas mágicas" o el "hidrógeno mágico", vemos un avance notable.

Parece que han empezado a estudiar un poco el tema y cada vez veremos notas más coherentes y no meros partes de prensa de las petroleras o las algueras o la hidrogeneras o las nucleares.

Tenían que avanzar las MALAS NOTICIAS para que tuvieramos BUENAS NOTAS.

Paradójico -pero muy humano-

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OMEGA

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Mensajes: 2625
expansion se hace eco de la nacionalizacion de los ferrocarriles realizada en UK por los bolcheviques, digo los laboristas.

El Gobierno británico nacionalizará la principal línea férrea del país durante, al menos, un año tras el fracaso de la renegociación del contrato de concesión, después de que la compañía National Express, que cuenta con la familia Cosmen como principal accionista, anunciase que no puede asumir los 1.400 millones de libras (uns 1.500 euros) que le cuesta la conexión de la costa Este.

Publicado el 01-07-2009 , por Expansión.com

Los Cosmen entraron en National Express después de que la compañía británica comprara la empresa española de autobuses Alsa, de la que los Cosmen eran los propietarios.

primero fue evo, luego chaves, y ahora el tony blair II

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