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Hace tiempo que no leo la prensa salmón, y la prensa del corazón nunca la he leído u hojeado, pero no hace falta: los noticieros televisivos y la prensa generalista en España llevan amplias dosis de ambos.

Viendo las noticias sobre las "pérdida de reservas de Repsol", o recordando las noticias sobre las cotizaciones bursátiles de las multinacionales supuestamente españolas, creo que no hay mucha diferencia con las noticias del corazón. La prensa rosa jalea a los ganadores deportivos, arquitectos famosos y otros especímenes que tienen sus domicilios fiscales en Suiza, Andorra o Miami, y la económica a las multinacionales y a sus directivos con sus cuentas privadas y secretas en Bahamas, Caimán, Singapur, etc. Seguro que grandes cantidades de dinero público se mueven al compás de la música de estos personajes, pero el españolito de a pie no gana nada cuando ellos ganan. Eso sí, cuando pierden intentan que todos los españolitos y españolitas paguemos, vía instituciones estatales o paraestatales. Si Repsol gana, ganan los Cortina, Brufau, etc. - si pierde, perdemos todos.

Por cierto, comentaba a veces PPP la conducta generalizada de las generaciones más jóvenes dentro de las familias: privatización de ganancias, socialización de pérdidas. Hay que reconocer la gran labor educativa de los medios de comunicación de masas: han conseguido que las nuevas generaciones imiten a las "élites" sin ningún reparo.

Saludos,
Marga

Una anécdota con corazón: a mediados del siglo XIX en París, el boletín con las cotizaciones de la Bolsa se vendía como otros periódicos, por las calles y voceado por niños; en caso de alza los niños tenían que gritar "Subida de la Bolsa" y en caso de baja "Variaciones de la Bolsa"; la Policía tenía orden de impedir que algun niño vocease "Baja la Bolsa".

Anécdotas como ésta son los materiales con los que Walter Benjamin pretendía construir su "Paris, capital del XIX", obra que no superó el estado de borrador –conocido como "Obra de los pasajes"-, y que aun así es ya, como borrador, tan escalofriante como estimulante. La editorial Akal ha tenido la bienhallada iniciativa de editarla en castellano.