En
otro lugar mencioné de pasada que Skinner había hecho unas experiencias un poco abracadabrantes con su hija infante, y Marga sugirió que aclarara el asunto.
No entiendo bien cómo, pero no he sido capaz de dar con el artículo en el que estaba la cita que usé (una crítica de libros en algún ejemplar de Archipiélago). Buscando alternativamente he encontrado una
nota de su hija[*1] en que niega toda la parte amenazadora (confirmando mi cita, aunque errónea) y afirma que son bulos malintencionados: valga su palabra –y no abramos la disputa acerca de si el señor Skinner fue un científico liberador o un iluminado peligroso.