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Cuando existe una valoración diferente sobre lo mismo

  • Sábado, 13 Agosto 2022 @ 16:35 CEST
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Artículos

En estos dias de calor abrasador en toda europa ligado al cambio climático (ver Ola de calor en Europa en julio de 2022), hemos podido leer la noticia del pánico que provocan los enfrentamientos cerca de la central nuclear de Zaporiyia (ver La tensión dentro de la central nuclear ucraniana de Zaporiyia: "Los rusos nos tienen a punta de pistola") ante la posibilidad de un desastre nuclear.

Es curioso ver como los mass media occidentales, esto es firmes defensores del discurso de la OTAN, venden la noticia. Las fuerzas rusas, las malas de la película cuyo guión ha redactado y dirigido Estados Unidos (ver Lo que nos van explicando sobre la guerra) con la participación inestimable de la OTAN y de los lideres ucranianos (ver “En esta guerra no hay parte inocente, aunque puede discutirse el nivel de responsabilidad de cada cual”), utiliza la central nuclear de Zaporiya como base militar con todo el riesgo que ello conlleva (posibilidad real de que algún misil o bomba provoque un accidente nuclear). Táctica a la cual tampoco son ajenas las fuerzas ucranianas al utilizar a civiles como escudo (Declaración sobre la publicación del comunicado de prensa acerca de las tácticas de combate ucranianas). Desgraciadamente lo habitual en una guerra (Crímenes de guerra (I): La chica de la blusa negra y Doce crímenes de guerra: de Nanking a Bucha (II)).

Pero también es curioso como la misma prensa calla o tímidamente comenta algo sobre la decisión del gobierno japonés de liberar al mar agua contaminada tras el accidente de la central nuclear de Fukushima (ver Fukushima: Japón aprueba un polémico plan para liberar aguas residuales al océano ; Japan will have new historical stain by dumping nuclear-contaminated water in Pacific ; Japón aprueba el polémico plan de vertido de agua de Fukushima al mar entre críticas de países vecinos). Desde luego no comenta los peligros de esta acción con el mismo grado de angustia. ¿Piensan acaso que al diluirse en agua de mar los isotopos radioactivos que queden después del supuesto tratamiento del agua contaminada su acción sobre el medio ambiente sera nula? ¿Acaso piensan que como se dice que la liberación se hará a lo largo de 30 años los efectos no seran graves? ¿Quizás están tranquilos porque el patrón, los Estados Unidos, dan su consentimiento? ¿Alguien se puede fiar de Tepco, la propietaria de Fukushima, cuya acción en todo el desastre fue y es una auténtica chapuza (en la que como siempre que pasa un accidente nuclear tuvo que intervenir el estado (o sea la población) para hacerse cargo de todos los gastos)?

No voy a lanzar una perorata sobre la energia nuclear, de hecho mi opinión sobre la misma no ha variado desde algunos artículos que ya redacté (ver ¿Es progresista defender la energía nuclear? y https://blocs.xtec.cat/cienciasexperimentals/2017/03/15/davant-el-6e-aniversari-de-fukushima-abandonem-lenergia-nuclear/). Lo lamentable es ver como aquello que ya esta escrito, se va cumpliendo de manera inexorable.

¿Alguien de verdad pensaba que las centrales nucleares no serían y son un objetivo en una guerra? ¿Alguien piensa que las armas nucleares miniaturizadas (ver El regreso de la guerra nuclear “limitada” con las “bombas de mochila”) no son un riesgo para el mundo? ¿Alguien de verdad piensa que la energia nuclear es la solución a la crisis climática; que no contamina y que puede darnos energia (eléctrica) para todo este siglo? ¿Alguien de verdad piensa que hay reservas de uranio para construir (y suficientes materiales para la construcción) todas la centrales planeadas, o suficiente energia para la mineria del uranio que se requiere, o que podemos garantizar un alojamiento seguro para los residuos? Y tan sólo son algunas de las preguntas que podemos hacernos.

La prensa occidental por lo general no cuestiona el modelo económico (el BAU o "del infinito y más allá" de Buzz lightyear) que nos ha llevado a la encrucijada en la que estamos (ver La triple crisis). Tampoco intenta parar esas guerras por recursos (incluyendo las geostratégicas que no dejan de ser geoeconómicas) que desangran paises (ver Las guerras de 2022) y aumentan la devastación medioambiental (incluyendo aquí la perdida de biodiversidad, la liberación de substancias químicas contaminantes, la degradación de ecosistemas, el aumento de gases de efecto invernadero). O como mínimo su opinión varía de unas a otras (no es lo mismo una "guerra justa" realizada por occidente en nombre de la democracia y los valores occidentales que una en la cual occidente no participe; de crear opinión ya se encargan los think tanks creados para ello (ver El 80% de los 'think tanks' más influyentes del mundo no desvela quién los financia). Porque el arma principal no son las armas sino las palabras (ver «Nuestra arma principal escupe palabras, no balas»). Esas palabras con las cuales se construye la historia, el relato, por lo general de los poderosos.

Esos poderosos que estos días, ignorando que nos estamos cociendo y muriendo de sed en este verano que será probablemente uno de los más frescos que tendremos de ahora en adelante (ver "Este verano probablemente sea el más fresco de lo que nos quede de vida"), han decidido que el gas y la energía nuclear son energías renovables. Es decir, aquellos que han apostado por mantener como sea el crecer-crecer aunque en ello vaya la vida de millones de personas que veran como cada vez más los efectos del cambio climático se van agudizando (ver El régimen de incendios del continente europeo ha experimentado un cambio sin precedentes; Crónica de la Europa que se seca; América se seca y quizás nunca vuelva a llover como antes; La megasequía en el suroeste de Norteamérica es la peor en 1.200 años; El Ártico se calienta cuatro veces más rápido que el resto del planeta).

¿Necesitamos más efectos para movilizarnos ya ante tamaños dislates? No queda mucho tiempo para intentar reducir los efectos de ese modelo económico que actualmente sigue imperando. Viene siendo hora de empezar a pensar que hay que cambiar, que no se puede crecer-crecer en un planeta finito. Y este cambio de paradigma debe hacerse ya.

Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo.