Bienvenido(a) a Crisis Energética, Anonymous Viernes, 15 Noviembre 2024 @ 01:20 CET

Fractura hidráulica en Navarra

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Carta enviada al diario de Noticias de Navarra, publicada ayer:

La reciente decisión de dar permisos para explorar la presencia de gas de pizarra (o gas no convencional) por fractura hidráulica (o fracking) en extensas zonas de Navarra (Estella, Pamplona, Urbasa...) sin ser asentada en un serio estudio económico y medioambiental es realmente arriesgada y cortoplacismo. ¿De qué hablamos? El fracking no es la exploración clásica de gas natural con un par de pozos de perforación, con poco riesgo de accidentes y contaminación. Al contrario, la explotación del gas de pizarra por fractura hidráulica salpica el territorio de decenas de pozos, cada uno de no menos de 2 hectáreas. Estos inyectan grandes volúmenes de agua a alta presión, de 10.000 a 30.000 toneladas por pozo, con aditivos químicos tóxicos (el 80% quedan en el suelo y así filtran hasta las aguas subterráneas y de superficie). Además, generan aguas residuales, incluido radioactivas, situadas lejos de depuradoras y que se almacenen en balsas, son reinyectadas o evacuadas a los ríos. También ocasionan un intenso tráfico de camiones pesados, de 800 a 1.000 viajes por pozo, para traer equipamiento, productos químicos y evacuar gas (detalles en http://fracturahidraulicano.wordpress.com).

La contaminación del agua y del aire es importante, a corto y medio plazo, para los escasos empleos locales que se generan. Sin embargo, los beneficios son máximos para las petroleras (incapaces de pagar indemnizaciones). Estos asuntos están bien argumentados en un informe del Parlamento Europeo (apuntando "los riesgos y cargas medioambientales no son compensadas por su correspondiente beneficio potencial") y el documental GasLand en EEUU. Además, favorecer el fracking no frena el sobreconsumo de combustibles fósiles que afecta al poder adquisitivo de los hogares y las pymes.

En oposición a proyectos de explotación con fracking, muchas comunidades y agricultores se han levantados y conseguido moratorias en EEUU (Nueva York y Nueva Jersey) y Países Bajos, y prohibiciones por ley en Francia y Bulgaria. El Parlamento vasco y las Juntas Generales de Álava piden una evaluación ambiental de la concesión de Vitoria. Navarra no debería arriesgar sus acuíferos y su potencial agrícola y turístico por este espejismo tecnológico. Al contrario, habría que insistir en fomentar la energía sostenible, las renovables (como el biogas) y la eficiencia energética, que genera empleos y desarrollo sostenibles.