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Crónica de ASPO 9 (Bruselas)

  • Miércoles, 27 Abril 2011 @ 21:51 CEST
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El día ha comenzado con la intervención de Colin Campbell y Jean Laherrère, fundadores de ASPO y los geólogos que tomaron el relevo de Marion King Hubbert en su objetivo de elevar la conciencia ciudadana respecto a los efectos en la economía y en la sociedad del cenit del petróleo. Campbell ha recordado una vez más cómo fue el acceso a la base de datos privada y técnica de Petroconsultants lo que les permitió alcanzar la perspectiva necesaria para entender la realidad de la producción petrolera mundial y su posible trayectoria. Por su parte, Laherrère ha presentado una gráfica de los descubrimientos de petróleo convencional ajustados a la fecha del descubrimiento original, para ilustrar cómo la presentación de los datos influye en los análisis que se pueden derivar de estos. En este caso, se trata de los datos del petróleo canadiense, cuya transparencia y detalle permiten visualizar cómo los descubrimientos siguen también una curva logística como la de Hubbert.

El presidente de ASPO Internacional, Kjell Aleklett, ha seguido a los fundadores de ASPO, presentando algunas de las cuestiones básicas respecto a la física del cenit del petróleo, para después comparar algunos de los escenarios construidos por el Uppsala Oil Depletion Study Group con la realidad. Y en este caso, Aleklett ha mostrado que los escenarios más optimistas de su estudio ya son imposibles de acuerdo a los datos oficiales de la Agencia Internacional de la Energía.

Pierre Mauriaud, de la petrolera francesa TOTAL ha sido el siguiente orador. TOTAL, igual que la estadounidense Chevron, es una de las petroleras que ha escogido una postura más pesimista respecto al futuro de la producción global de petróleo. Ya es conocido que según TOTAL, la producción global de petróleo no excederá los 95 mbd, aunque está se mantendrá más o menos estable hasta 2030, lo que se conoce popularmente como “la meseta ondulante de la producción de petróleo”. Según Mauriaud, TOTAL tiene una actitud más prudente que otras petroleras, ya que se basa en la ciencia, aunque su postura no deja de ser una apuesta relacionada también con la imagen e incluso la mercadotecnia. No obstante, Mauriaud ha realizado algunos comentarios notables respecto a los cambios necesarios para que su escenario no desemboque en problemas económicos y sociales. Según este geólogo, será necesario reducir el consumo, idea que ha aprovechado para afirmar que no hay sobrepoblación, sino sobreconsumo de recursos por parte de las sociedades ricas.

Durante el turno de preguntas, Mauriaud ha reconocido que el 40% de la capacidad de producción que aseguraría esa meseta ondulante de 95mbd hasta 2030 aún se ha de probar. Aleklett, por su parte, ha afirmado que cree que Arabia Saudí podría producir 12mbd de manera continuada hasta 2030.

La segunda sesión del día ha empezado con Jean-Pascal van Ypersele, vicepresidente del IPCC, una intervención que prometía, dado que incluía una sección dedicada a la relación entre cambio climático y el agotamiento de los combustibles fósiles. Pero Ypersele ha pasado la mayor parte de su intervención explicando cuestiones referentes al cambio climático, y su contribución no ha ido más allá de lo que por ejemplo James Hansen ya ha hecho (de hecho ni se acercado, dado que Hanson afirma que solo debería preocupar el carbón, dadas las limitaciones en la producción de petróleo y gas). Durante las preguntas, Ypersele ha reconocido que el escenario A2 del SRES no le preocupa dado que no lo ve posible (a lo que Aleklett ha añadido que el tampoco ve posible el escenario B2). Ypersele ha reconocido también que los escenarios del IPCC son todos “business as usual” porque así lo pidieron los políticos, de manera que no se tuvieron en cuenta ni los esfuerzos de mitigación ni el agotamiento de los combustibles fósiles. Aleklett ha aprovechado la afirmación de Ypersele de que el IPCC es neutral en lo nuclear, para recordar su postura (pro-nuclear), a pesar de que ASPO Internacional no tiene una postura oficial al respecto.

Por la tarde han empezado las sesiones paralelas. En la que he escogido, dedicada a las renovables, ha intervenido Yvonne Deng, de la consultora Ecofys, con una presentación que será familiar a los que conocen los diversos informes de Greenpeace sobre renovables. Se trata de un ejercicio voluntarioso y tecnológicamente muy optimista respecto de los potenciales del despliegue de un modelo energético plenamente basado en las renovables. Dicho escenario es por supuesto altamente deseable, pero como ha reconocido la propia ponente, necesita aún de más estudios, ya que no incluye estudios sobre las necesidades de materiales, tasa de retorno energético o la paradoja de Jevons o efecto rebote.

En la misma línea pero más preocupado por las cuestiones de política, Aviel Verbruggen de la Universidad de Antwerp ha explicado algunas de las maneras en las que se puede ayudar a que el escenario de Ecofys sea una realidad. Verbruggen ha explicado que el realismo en economía y en los mercados está más limitado que el mero optimismo tecnológico. Verbruggen también tiene el raro honor de ser el primer ponente que pronuncia la palabra Fukushima en todo el día.

El último ponente de esta sesión paralela, que se ha calificado como un ex burócrata europeo, Jorgen Henningsen, es asesor del European Policy Centre, y ha resumido su experiencia en los despachos europeos con un lacónico “no se puede decir que hayamos hecho gran cosa”. En la cuestión de las emisiones ha afirmado que la crisis ha hecho más que todos los esfuerzos mitigadores. No obstante, Henningsen ha hecho algunas observaciones interesantes, como que sin el concurso de EE.UU. todos los tratados internacionales sobre el clima están abocados al fracaso, y que es necesaria una reforma fiscal que penalice menos los ingresos y más el uso de recursos. También ha dicho que propuestas como la de Ecofys peca de demasiado ambiciosa, y a demasiado largo plazo. La ambición puede asustar a países en desarrollo, que ven que quién lo propone ya ha consumido su parte y ahora pide grandes sacrificios, y los planes a largo plazo tienden a postergar las acciones importantes y a disminuir la capacidad de comprometerse en el “ahora”. No obstante, Henningsen se ha mostrado como un realista en cuanto a lo que se les puede pedir a los políticos, y que pese a que mucha gente tiene razón en cuanto a sus peticiones de acciones más radicales, a veces tener razón no es suficiente, hay que lidiar con una sociedad mal preparada y unos políticos incapaces de proponer medidas demasiado dolorosas.