Contributed by: Redacción CE on Martes, 12 Abril 2011 @ 10:43 CEST
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Ha pasado un mes desde el terremoto y posterior tsunami en Japón, el tiempo que ha necesitado el gobierno japonés para admitir que la gravedad del accidente corresponde al nivel 7, y que aunque de momento la radioactividad emitida es un 10% de la emitida en Chernobyl, esta podría excederla con el paso del tiempo.
Actualmente la situación en la central de Fukushima Daiichi es aún muy grave, aunque se están recuperando algunas funciones en la central, sobre todo de instrumentación y de suministro eléctrico. Se sigue inyectando agua para refrigerar los reactores y las piscinas de combustible gastado, además de nitrógeno para evitar nuevas explosiones de hidrógeno. Se está llevando a cabo, como consecuencia de la refrigeración de emergencia, vertidos de agua radioactiva al mar para poder disponer de volúmenes de almacenamiento para agua mucho más radioactiva, resultado de los procedimientos de refrigeración de emergencia.
Dentro de la gravedad, la situación parece estable, pero por ejemplo, tres nuevos terremotos de gran intensidad los días 7, 11 y 12 de abril han vuelto a poner de manifiesto la precariedad de la situación:
Según documentos revelados por el NYT[*1] que corresponden a la evaluación que ha realizado del accidente la Nuclear Regulatory Commission:
Los problemas van más allá de la capacidad de diseño de los reactores y de los programas de seguridad de la industria nuclear. Esto es así desde que se tomó la decisión de utilizar agua marina para refrigerar los reactores, entrando en territorio desconocido en la historia de los accidentes nucleares. La inundación de emergencia obligó después a disponer del agua, radioactiva, mediante diversos trasvases. Por otra parte, y para evitar nuevas explosiones, se está inyectando nitrógeno en los reactores. Muy probablemente la crisis se deberá internacionalizar aún más, con la intervención de la ONU. Una crisis que se puede prolongar por más de diez años.