El ex jefe de Estado cubano, Fidel Castro, ha vuelto a hablar de sus temores ante lo que entiende podría ser un conflicto bélico sin precedentes entre Estados Unidos e Israel por un lado e Irán por otro, a partir del vencimiento del plazo otorgado por el Consejo de Seguridad de la ONU del 9 de junio pasado.
Lo ha hecho en la Sesión Extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, convocada para el 7 de agosto, con el objetivo de analizar diversos temas de interés de la situación internacional
En un mensaje anterior, que tuvo una gran controversia en nuestra web, Fidel Castro admitía haberse equivocado en sus predicciones de fechas de un posible conflicto, dado que era el 8 de agosto y no el mismo día de julio cuando se cumplía el plazo de 60 días, dado por el Consejo de Seguridad de la ONU el 9 de junio, para recibir la información sobre el cumplimiento de la Resolución.
Hoy se cumple el plazo que Naciones Unidas dio a Irán y que Estados Unidos e Israel interpretan como la fecha a partir de la cual podrán realizar interceptaciones y inspecciones de buques iraníes a su antojo.
No se sabe qué harán a partir de ahora y no se sabe la posible respuesta de Irán ante una posible interceptación e inspección de sus navíos, que considera inaceptable e intolerable, aunque la haya dictado el Consejo de Seguridad de la ONU.
Pero está claro que el exjefe de Estado cubano sigue albergando grandes temores de que esta deriva degenere en un conflicto que se puede llevar por delante cientos de millones de vidas. Adjuntamos el texto del discurso de Fidel Castro, para que los lectores puedan hacerse una idea de lo que dice y opinar en consecuencia y no sólo por los entrecomillados de los periódicos o medios occidentales.
Esto sí que creemos que son guerras por los recursos, en este caso, claramente petrolíferos y gasísticos y por eso traemos de nuevo el debate a estas páginas. También deseamos lo que Castro tituló en otra reflexión anterior suya: “Cómo me gustaría estar equivocado”.
No será bueno para nadie que este conflicto se de. No habría ganadores, porque aunque Irán quedase totalmente demolido, diga lo que diga el optimista embajador de Irán en Venezuela , en la panegírica y poco crítica entrevista que le hace Basem Taljedine, titulada
El pueblo de Irán está preparado para resistir[*1] , no cabe duda de que el hundimiento total de Irán tendría enormes repercusiones sobre el resto del planeta que serían también demoledoras, como creo que bien vaticina Fidel Castro.
Otro aspecto importante que también parece olvidarse es que en el derecho sajón siempre hay un escrupuloso interés por legalizar los expolios, los saqueos, las agresiones y los ataques. Así pasó, y Castro lo sabe muy bien, con el autohundimiento del Maine, en la bahía de La Habana, para provocar la guerra contra España y despojar al decrépito colonizador para sustituirlo y quedarse Cuba como protectorado, con Randolph Hearst (Ciudadano Kane) como gran protagonista mediático promotor de guerras ad hoc. Así pasó también en Pearl Harbor, donde primero se forzó a Japón con un bloqueo naval, por su agresiva política colonizadora en el sudeste asiático (el infierno está empedrado de buenas intenciones); embargo que no dejó otro remedio a Japón que atacar para intentar evitar su propio estrangulamiento. Hoy queda, en los libros de los vencedores, como punto cero del conflicto el ataque japonés, sin que apenas nadie pueda analizar los pormenores previos. Privilegio de ganadores.
Así sucedió, años más tarde, con los supuestos ataques a navíos estadounidenses en el golfo de Tonkin, que dieron argumentos a Estados Unidos para meterse en el pantanal de Vietnam. Estos días, vemos con indiferencia, algo que Fidel Castro ha recalcado en varias ocasiones, el extraño hundimiento de un navío de guerra surcoreano con nu raro torpedo, del que se acusa a Corea del Norte, en busca de la justificación para agredir a ese país a gran escala. No importa que Corea del Norte haya dicho por activa y por pasiva que no han sido. El argumento legal está servido.
Y desde hoy mismo, parece que empezarán a darse las condiciones para que barcos norteamericanos, siempre lejos de sus tierras, cuando son atacados, puedan interceptar e inspeccionar a su antojo barcos iraníes. Una respuesta militar iraní a este recurso legal de una ONU ya muy desprestigiada, daría justificación a lo injustificable.
Pero ahora es diferente. Ahora, en las circunstancias actuales del mundo y en este conflicto, ya no tendría relevancia, ni siquiera para justificarse ante la propia y alienada población de los atacantes, quien tenía razón, porque esta vez no va a ser un conflicto de 60 millones de muertos, como en la Segunda guerra Mundial. Será, con toda probabilidad, algo varios órdenes de magnitud peor.
Ya hemos explicado en nuestras páginas que por el Estrecho de Ormuz pasa el 20% del crudo mundial y el 40% de las exportaciones mundiales de crudo. El propio colapso de Irán dejaría sin fuentes de suministro vitales no sólo a los iraníes, sino a muchos otros. Aunque Estados Unidos sólo importe de esa zona entre un 10% del crudo que consume y Europa el 12%, no sería ese el principal problema; sino que China importa el 25% del crudo de esa zona, la India el 74% y Japón nada menos que el 90%. Para este último país, un corte del Estrecho sería peor y mucho más dramático que el bloqueo estadounidense que les llevó a atacar Pearl Habor. Además, bastantes países de África y sobre todo del Sudeste asiático dependen enormemente de las importaciones de crudo de Oriente Medio.
Si los que apenas tienen dependencias del petróleo de Oriente Medio inferiores al 20% del crudo que consumen (EE. UU. y Europa occidental) piensan que con una economía de guerra pueden seguir funcionando y provocar que sea el resto del mundo el que se desplome sin consecuencias para ellos mismos, están muy equivocados, porque este mundo está tremendamente interrelacionado. No hay jaulas de oro inmunes para los poderosos en este complejo y globalizado mundo.
El Estrecho de Ormuz tiene pocos kilómetros de anchura, con apenas dos canales de navegación de salida y entrada de unos 3 Km de ancho cada uno. Hemos explicado que ni siquiera la tremenda omnipotencia bélica estadounidense e israelí podría asegurar que los iraníes, en su modestia, no consigan bloquear el Estrecho de Ormuz, como respuesta a un ataque masivo o a una violación de su comercio internacional, con hundimientos masivos de naves y superpetroleros en esa estrecha y vital ruta. O con el lanzamiento de decenas de miles de minas submarinas que harían imposible el tránsito quien sabe durante cuánto tiempo. O incluso, quizás, destrozando en misiones suicidas, infraestructuras petrolíferas de sus poderosos vecinos, como Arabia Saudita, Kuwait, los Emiratos o el propio Irak.
Los países industrializados más precavidos y mejor planificados del mundo poseen reservas de crudo en sus depósitos nacionales para funcionar entre 90 y 120 días sin suministros externos.
Un bloqueo prolongado mucho más allá de ese plazo del Estrecho de Ormuz, acompañado a su vez de la destrucción masiva de infraestructuras petrolíferas del golfo, que a su vez prolongarían la sequía de suministros combustibles de forma ya casi definitiva, repercutiría, sin duda alguna en un desaforado aumento de las tensiones por recabar petróleo del resto de las áreas productoras del mundo que fueran mínimamente accesibles (y Rusia no lo es para los demás): Venezuela, Colombia, Ecuador y México en Latinoamérica; el golfo de Guinea (Nigeria, Angola, Guinea) en África, el norte de África (Libia y Argelia) se convertirían en verdaderos polvorines por defecto, ya que los grandes consumidores tendrían que acercarse, a vida o muerte y sin atender a contratos de ningún tipo, a por el líquido vital a los pocos pozos que fuesen quedando operativos.
De eso creemos que quería advertir Fidel Castro y de eso tenemos que dejar constancia aquí. Va siendo hora de salirse del redil del pensamiento único.
Mensaje de Fidel Castro a la Asamblea Nacional de Cuba:
Al principio, hace sólo ocho semanas, pensé que el peligro inminente de guerra no tenía solución posible. Tan dramático era el cuadro que tenía delante que no veía otra salida, como no fuera una supervivencia, tal vez probable, en la parte de este Hemisferio, que no tenía motivo para ser blanco de ataque directo, en algunas regiones aisladas del planeta. Era muy difícil, sabiendo que el ser humano se aferra siempre a una perspectiva, por remota que sea.
A pesar de todo, lo intenté. Por fortuna, no tardé mucho en percatarme de que había una esperanza. Y muy profunda, por cierto; más, si la oportunidad se perdía, el desastre adquiría la peor de las consecuencias. La especie humana no tendría, entonces, salvación posible.
Tengo, sin embargo, la seguridad de que no será así. Y por el contrario, se están creando, en estos momentos, las condiciones para una situación ni siquiera soñada hasta hace muy poco.
Un hombre tendrá que tomar la decisión en solitario: el presidente de Estados Unidos. Con seguridad, por sus múltiples ocupaciones , no se ha dado cuenta todavía, pero sus asesores sí empiezan a comprenderlo. Se puede ver por pasos sencillos, como lo fue el cese de las torturas a Gerardo, un hecho que no se había producido en doce años de implacable odio del sistema contra Cuba y contra él. Hoy, se podría predecir que el próximo paso, será la autorización a Adriana para visitarlo, o su liberación inmediata, o ambas cosas. Por ella supe que su estado de ánimo es el mejor en doce años de injusta y cruel prisión.
Puesto que Irán no cederá un ápice frente a las exigencias de Estados Unidos e Israel, que ya han movilizado varios de los medios de guerra que disponen para hacerlo, tendrían que realizar el ataque tan pronto venza la fecha acordada por el Consejo de Seguridad del 9 de julio de 2010, señalando las normas y los requisitos establecidos.
Todo cuanto el hombre pretende tiene un límite que no puede sobrepasar. En este caso crítico, el presidente Barak Obama es el que tendría que dar la orden del tan anunciado y pregonado ataque., siguiendo las normas del gigantesco imperio.
Más, en este mismo instante, en que diera la orden, que es además la única que podría dar al poder, la velocidad y el incontable número de proyectiles nucleares acumulados, en una absurda competencia entre las potencias , estaría ordenando la muerte instantánea no sólo de cientos de millones de personas, entre ellas, un incalculable número de habitantes de su propia patria, sino también, de los tripulantes de todos los navíos de la flota de Estados Unidos en los mares en torno a Irán. Simultáneamente, la conflagración estallaría en el Cercano y en el Lejano Oriente y en toda Eurasia.
Quiso el azar que, en ese instante preciso, el presidente de Estados Unidos, sea un descendiente de africano y de blanco; de mahometano y cristiano.
No la dará, si se logra que tome conciencia de ello, que es lo que estamos haciendo aquí. Los líderes de los países más poderosos del mundo, aliados o adversarios, con excepción de Israel, lo exhortarían a que no lo haga. El mundo, le rendirá después todos los honores que le correspondan.
El orden actual establecido en el planeta, no podrá perdurar e inevitablemente, se derrumbará; se derrumbará de inmediato. Las llamadas divisas convertibles perderán su valor, como instrumento del sistema que ha impuesto un aporte de riquezas, de sudor y sacrificios sin límites a los pueblos. Nuevas formas de distribución de los bienes y servicios, educación y dirección de los procesos sociales, surgirán pacíficamente, pero si la guerra estallara, el orden social vigente, desaparecerá abruptamente y el precio sería infinitamente mayor.
La población del planeta puede ser regulada; los recursos no renovables, preservados; el cambio climático, evitado; el trabajo útil de todos los seres humanos, garantizado, los enfermos, asistidos; los conocimientos esenciales, la cultura y la ciencia al servicio del hombre, asegurados. Los niños, los adolescentes y los jóvenes del mundo no perecerán en ese Holocausto nuclear.
Es lo que deseaba transmitirles, queridos compañeros de nuestra Asamblea Nacional. Ahora, estoy en disposición de rendir cuentas por estas palabras, responder a las preguntas que deseen hacerme, escuchar las opiniones de ustedes. Muchas gracias