Generación NiNi. Ni se engaña, Ni se vende.
- Sábado, 23 Enero 2010 @ 15:06 CET
- Autor: Hari Seldon
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Tras la transición española los medios de comunicación sufrieron un cambio generacional, previsible tras largos años de censura, y del empleo de sutiles subterfugios, para la realización de la encomiable tarea de la comunicación en tiempos de la dictadura. Este relevo trajo una ola de periodistas comprometidos que por fin podían transmitir a la sociedad los resultados de la labor de investigación del cuarto poder, y por tanto ejercer como representantes de la opinión pública.
Este relevo creó escuela, y esa escuela aun sigue estando presente. Década tras década; 80, 90 y 00. Ahora, 30 años después, no ha habido cambio generacional alguno en la misma, más bien un proceso de asentamiento, parcialización, y mercantilización del sentido mismo del periodismo. Aportándonos el punto de vista, único y parcial, de esa generación, aburguesada y corrupta.
Es curioso como en los 80 se hablo de la generación del “baby boom” español, en su mayor parte formaron los fenómenos culturales de; los quinquis, los yonkis, y la conocida movida, pudiéndose traducir como; los delincuentes, los drogadictos y los artistas. Este fue el momento de la atomización social en España. En aquella época había paro y pobreza en España, tras las penurias de las crisis petroleras de los 70, que agotaron los fondos del banco de España, terminando con la crisis petrolera de la revolución iraní del final de la misma década, el tejido industrial se iba deshaciendo, por la caída del consumo y la convergencia europea, el acceso al crédito era limitado, por el triunfo del monetarismo, y no se sabía qué hacer con tanta mano de obra desocupada. La frustración generacional era patente, y casi completa, excepto por los apegados a los antiguos usos del franquismo, traducido por; la cultura del pelotazo.
En los 90 era la generación X. La cultura del pelotazo se desarrollo por completo, y gracias a la bajada de los tipos de interés se pudo ir desarrollando una economía basada en un mayor sobredimensionamiento del valor de la vivienda, también en parte gracias a la entrada de los fondos de convergencia de la unión europea, y el surgimiento de la burbuja de las “punto com”. Ahora si se podía aspirar a cierta riqueza relativa basada en la deuda y la especulación, propio de la cultura del pelotazo. Pese a ello, la venta del acceso a esa prosperidad se realizo como fruto del conocimiento y el esfuerzo, la generación X estaba compuesta por jóvenes que engañados por esa venta dedicaron su juventud, y sus primeros años de madurez, a desarrollar su currículo, trabajando gratis como becarios, y a costa de sus progenitores, pese a los reproches de la falta de iniciativa en la materialización de su independencia, que en el caso de materializarse les convirtió en los conocidos mileuristas, habitantes de pisos patera, que los cohesiono socialmente de manera imprevista junto a una masa de inmigrantes de diverso origen. La creciente frustración de la generación X se tradujo en la formación de grupos de tribus urbanas diversos, nuevos yonkis de drogas de diseño, una baja pero presente delincuencia, y algo nuevo, los comprometidos en el movimiento antiglobalización, y ONGs. Herederos emocionales, con mucha más formación técnica y política, de quienes protagonizaron la transición.
En la primera década del siglo XXI, los años 00 se ha desarrollado la generación NiNi. Acrónimo de “ni estudia, ni trabaja”. La cultura popular de los jóvenes; influencia por la toma de conciencia dada por la ya oficial economía del pelotazo, en sus últimos estertores tras el estallido de las diversas burbujas, la caída de las torres gemelas, el reconocimiento claro de la cara del imperialismo, la cultura del “consumo a crédito” fallida, las micro sociedades propiciadas por las tribus urbanas, y las sinergias culturales con los inmigrantes. Los hermanos pequeños de la generación X que saben a ciencia cierta que en España da igual estudiar para obtener un puesto de trabajo, y que a lo máximo que pueden aspirar es a un sueldo mileurista, mísero jornal de supervivencia, que ya ni siquiera permite acceder a un crédito eterno, para financiar el espejismo de la prosperidad. Ahora los fenómenos culturales son sucesores, o continuaciones de los fenómenos de la generación X, compañera de la generación NiNi, pero con un componente de delincuencia mayor, exacerbado por la toma de conciencia de la cultura del pelotazo, o robo, como único modo de aspirar a la prosperidad.
Ni estudia, o Ni se engaña; porque es oficial que dan igual tus conocimientos en el mundo laboral en España.
Ni trabaja, o Ni se vende; porque es oficial que los sueldos mileuristas en España no dan para vivir dignamente.
Ahora los medios de comunicación, parciales, aburguesados y corruptos, se esfuerzan en etiquetar la frustración del futuro de España.
Este relevo creó escuela, y esa escuela aun sigue estando presente. Década tras década; 80, 90 y 00. Ahora, 30 años después, no ha habido cambio generacional alguno en la misma, más bien un proceso de asentamiento, parcialización, y mercantilización del sentido mismo del periodismo. Aportándonos el punto de vista, único y parcial, de esa generación, aburguesada y corrupta.
Es curioso como en los 80 se hablo de la generación del “baby boom” español, en su mayor parte formaron los fenómenos culturales de; los quinquis, los yonkis, y la conocida movida, pudiéndose traducir como; los delincuentes, los drogadictos y los artistas. Este fue el momento de la atomización social en España. En aquella época había paro y pobreza en España, tras las penurias de las crisis petroleras de los 70, que agotaron los fondos del banco de España, terminando con la crisis petrolera de la revolución iraní del final de la misma década, el tejido industrial se iba deshaciendo, por la caída del consumo y la convergencia europea, el acceso al crédito era limitado, por el triunfo del monetarismo, y no se sabía qué hacer con tanta mano de obra desocupada. La frustración generacional era patente, y casi completa, excepto por los apegados a los antiguos usos del franquismo, traducido por; la cultura del pelotazo.
En los 90 era la generación X. La cultura del pelotazo se desarrollo por completo, y gracias a la bajada de los tipos de interés se pudo ir desarrollando una economía basada en un mayor sobredimensionamiento del valor de la vivienda, también en parte gracias a la entrada de los fondos de convergencia de la unión europea, y el surgimiento de la burbuja de las “punto com”. Ahora si se podía aspirar a cierta riqueza relativa basada en la deuda y la especulación, propio de la cultura del pelotazo. Pese a ello, la venta del acceso a esa prosperidad se realizo como fruto del conocimiento y el esfuerzo, la generación X estaba compuesta por jóvenes que engañados por esa venta dedicaron su juventud, y sus primeros años de madurez, a desarrollar su currículo, trabajando gratis como becarios, y a costa de sus progenitores, pese a los reproches de la falta de iniciativa en la materialización de su independencia, que en el caso de materializarse les convirtió en los conocidos mileuristas, habitantes de pisos patera, que los cohesiono socialmente de manera imprevista junto a una masa de inmigrantes de diverso origen. La creciente frustración de la generación X se tradujo en la formación de grupos de tribus urbanas diversos, nuevos yonkis de drogas de diseño, una baja pero presente delincuencia, y algo nuevo, los comprometidos en el movimiento antiglobalización, y ONGs. Herederos emocionales, con mucha más formación técnica y política, de quienes protagonizaron la transición.
En la primera década del siglo XXI, los años 00 se ha desarrollado la generación NiNi. Acrónimo de “ni estudia, ni trabaja”. La cultura popular de los jóvenes; influencia por la toma de conciencia dada por la ya oficial economía del pelotazo, en sus últimos estertores tras el estallido de las diversas burbujas, la caída de las torres gemelas, el reconocimiento claro de la cara del imperialismo, la cultura del “consumo a crédito” fallida, las micro sociedades propiciadas por las tribus urbanas, y las sinergias culturales con los inmigrantes. Los hermanos pequeños de la generación X que saben a ciencia cierta que en España da igual estudiar para obtener un puesto de trabajo, y que a lo máximo que pueden aspirar es a un sueldo mileurista, mísero jornal de supervivencia, que ya ni siquiera permite acceder a un crédito eterno, para financiar el espejismo de la prosperidad. Ahora los fenómenos culturales son sucesores, o continuaciones de los fenómenos de la generación X, compañera de la generación NiNi, pero con un componente de delincuencia mayor, exacerbado por la toma de conciencia de la cultura del pelotazo, o robo, como único modo de aspirar a la prosperidad.
Ni estudia, o Ni se engaña; porque es oficial que dan igual tus conocimientos en el mundo laboral en España.
Ni trabaja, o Ni se vende; porque es oficial que los sueldos mileuristas en España no dan para vivir dignamente.
Ahora los medios de comunicación, parciales, aburguesados y corruptos, se esfuerzan en etiquetar la frustración del futuro de España.