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Estudio del impacto macroeconómico de las energías renovables en España

  • Miércoles, 02 Diciembre 2009 @ 00:01 CET
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Artículos La Asociación de productores de energías renovables de España (APPA), ha presentado el 1 de diciembre en el hotel Wellington de Madrid, su informe titulado “Estudio del impacto macroeconómico de las energías renovables en España” (fichero PDF, 15,3MB), que creemos ofrece datos interesantes.

El informe ha sido elaborado a petición de APPA por la consultora Deloitte, que ha explicado la metodología para la elaboración de este informe. Con una nutrida asistencia de personalidades del sector de las renovables, calculada en unas 400 personas, el presidente de APPA, José María González Vélez ha explicado los datos más relevantes del informe. También asistió al acto el Director General de Política Energética y Minas, Antonio Hernández García, que hizo una presentación sobre la política energética española.

Los datos más relevantes se pueden encontrar en la web de APPA (fichero PDF, 96,6KB).
Las áreas tratadas, que salen muy bien paradas en el informe, son las que se refieren al impacto positivo en el PIB, el empleo, el ahorro de emisiones y alguna otra. Deloitte/APPA han utilizado indicadores de la economía clásica para hacer ver que representan una ventaja. Algo, por otra parte, nada sorprendente, porque se trata de una Asociación que agrupa a más de 500 empresas del sector y sus puntos de vista son principalmente de interés empresarial, y sólo secundaria y subsidiariamente, de interés ecológico o de sostenibilidad, sobre todo, verdadera sostenibilidad.
 
El empleo y la creación de empleo en este sector, se ha utilizado de forma insistente como ventaja comparativa, de nuevo enfocando a las energías renovables como ventajosas en la economía clásica fomentadora de crecimientos. Sin embargo, en este capítulo, el presidente de APPA resaltó la diferencia sustancial que encontraron respecto de datos anteriores de creación de empleo, manejados hasta ahora por los datos aportados por ISTAS y CC.OO. que cifraban los empleos directos e indirectos creados por el sector en torno a los 300.000 y que Deloitte, con su estudio y sus modelos y parámetros, ha rebajado hasta los 120.000 en España.
 
También entraron a valorar el impacto económico en el mercado eléctrico mayorista, para mostrar que producen ahorro al sistema en una economía de libre mercado, que por supuesto ni APPA ni Deloitte ponen en cuestión
 
Otro aspecto clásico en el que el informe ha hecho énfasis, es la ventaja por los ahorros de emisiones, otro de los mecanismos de medida de la bondad de este tipo de energías. Como casi siempre, se denominan de emisiones cero, sin entrar a considerar las emisiones que produce su fabricación y mantenimiento.
 
Finalmente, un par de cuestiones curiosas.
 
Deloitte se ha atrevido a valorar el impacto positivo de estas energías en la salud humana, en forma de evitación de días perdidos de vida respecto de los GWh producidos por menor emisión de gases SO2 y NOx. Por ejemplo, en el año 2008, fueron 183.402 días de pérdida de vida evitada (curiosísimo baremo)  más y 703.684 días más, respectivamente.
 
Deloitte analizó la pérdida de días de vida humana de tres principales fuentes de emisión, en relación con la producción de energía eléctrica; a saber:
Combustible                     Pérdida evitada de días de vida (2008)
                                               Por SO2                               Por NOx
 
Carbón                                142.073                                345.979
Fuel/gas                              41.329                                  90.697
Ciclo Combinado                        0                                267.008
 
TOTAL                                  183.402                                703.684
 
Claro, el objetivo declarado de Deloitte y APPA era el de terminar valorando esos días de forma económica, para mostrar la enorme eficiencia de las renovables. Así, el ahorro sanitario evitado por esta causa se termina valorando en Euros, puros y duros de la siguiente forma:
 
Combustible                     Gasto unitario evitado en Euros (2008)
                                               Por SO2                               Por NOx
 
Carbón                                10.474.612                          72.270.427
Fuel/gas                              2.493.331                          12.875.443
Ciclo Combinado                 776.468                           33.038.845 
 
TOTAL                                  13.744.411                      188.184.714
 
 
en un extraño paralaje entre la hora de vida humana y su valor monetario (curiosamente resulta a 75 Euros la hora de vida humana si es por menos emisión de SO2 y más cara, a 168 Euros, si la hora de vida humana se ha ahorrado por menos emisiones de NOx, no se sabe bien por qué).
 
No se si Deloitte es consciente de que con estos mecanismo de medida, está abriendo una página gloriosa al cálculo de horas de vida perdidas por causa de todas las emisiones de gases resultantes de la quema de unos 10.000 millones de toneladas de petróleo equivalente de origen fósil cada año. Seguro que a la industria del automóvil, a la que nadie hasta ahora se había atrevido a hacer un cálculo de las pérdidas de vida por las emisiones de gasas contaminantes que provoca, no le hará mucha gracia. A la industria del tabaco ya se la habían estimado muy precisamente las muertes por inhalaciones, incluso de los fumadores pasivos, pero nadie, que yo sepa, se había atrevido a hacer aproximaciones tan palmarias de la vida perdida por causa del llamado “progreso”. Y mucho menos, de poner esa vida de forma tan desprovista de emoción, en Euros por hora.
 
Esto es, si se toman sus formas de medir y si además se toman las esperanzas de vida media de la población en años y luego de ahí en horas; y si se hace una regla de tres entre lo que se ha ahorrado por no quemar eso y se extrapola con lo que no se ha gastado (que es, sin duda, muchísimo más), se pueden llegar a cifras abrumadoras. Siéntanse libres los lectores para hacer el cálculo.
 
Finalmente, Deloitte, ya lanzado a una orgia de cálculos economicistas para probar las bondades de las renovables, ha evaluado el riesgo derivado de la falta de combustibles fósiles. Esto es, a hacer una simulación de lo que podría pasar suponiendo un corte de suministro de un input energético importante para España, con varios horizontes temporales de posibles cortes de 1, 10, 20 y 43 días y ha simulado un posible corte del suministro de gas natural, al estilo de los que se han sufrido el año pasado y quien sabe si este en una buena parte de Europa por el corte de Rusia. La conclusión es que si se da esto, se perdería en 10 días el 0,2% del PIB; en 20 días el 0,5% del PIB y en 43 días el 1% del PIB.
 
Con este ejemplo, bien medido y acotado, Deloitte y APPA seguramente han pretendido mostrar lo dependientes que ciertamente somos de la energía fósil, aunque sin llegar a concluir, obviamente, que las renovables, incluso en el brillante estado de desarrollo en que se encuentran en España, podrían haber hecho nada relevante por evitarlo, pero sí para argumentar, en general, que necesitamos ganar en independencia energética y seguridad del suministro, dos constantes de toda presentación de los ponentes. Y dado que APPA es una agrupación de empresarios el daño potencial del corte se evalúa, cómo no, en Euros perdidos en el PIB, vara mágica de medir todos los acontecimientos y banderilla que más duele al sector empresarial.
 
Pero resulta extremadamente curioso que el experimento de cortes posibles de suministro de un combustible fósil vital se haya parado en los 43 días, que es un periodo ligeramente inferior al que solemos poseer de volumen de reservas de petróleo o gas, del que se reconoce que prácticamente lo tenemos que importar todo y que no se haya llevado el experimento. Porque si el corte llega a ser de más de 120 días o incluso un año, por no decir PARA SIEMPRE, cosa perfectamente posible, hubiera sido interesante saber cuales hubiesen sido las conclusiones de Deloitte/APPA en varios frentes.
 
Y para mí, el más importante no hubiese sido los Euros perdidos del PIB, sino qué hubiese sucedido a la sociedad española en general al sobrepasar el vaciado completo de sus reservas estratégicas, no sólo en el caso del gas, sino también y sobre todo, en el caso del petróleo. Y también saber si APPA y Deloitte, junto con el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, todos ellos preocupados por el dinero perdido en el PIB por un corte de este tipo, son capaces de dimensionar la potencia que habría que tener instalada de energía eólica y solar y los sistemas de almacenamiento de energía y los cambios que se exigirían en la industria y en el cambio de infraestructuras, para que este supuesto de cortes más prolongados se llegase a dar algún día.
 
Porque las mayores ambiciones que llegó a mostrar un presidente de la APPA de moderado y sensato juicio, que se agradece, es que su Asociación se conformaría con llegar en 2020 a poder cumplir con el compromiso Europeo del 20/20/20. Confesó que incluso este portentoso país, ejemplo y prez del desarrollo renovable en el mundo, va, hasta ahora, por debajo del nivel de cumplimiento comprometido.
 
Esto es, aunque de aquí al 2020 no hubiese corte alguno de suministro de input energético importante, cosa harto dudosa, el 20/20/20 soñado para 2020, tampoco resolvería o evitaría el colapso social absoluto, si uno de estos fluidos energéticos claves deja de llegar durante más de 150 días para esas fechas. Así que más bien pareciera que este ha sido un ejercicio limitado y muy controlado de suspense economicista, para asomarse un poquito al vacío, que un verdadero interés en medir el abismo ante el que nos encontramos de dependencia energética total y de enorme riesgo de la supervivencia misma en nuestro país. Quizá pedir eso hubiese sido mucho pedir