Contributed by: Luis Sáez on Martes, 14 Abril 2009 @ 14:56 CEST
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Nuestro cerebro está hecho para ver más orden del que realmente hay. Y aunque esto pudo ser de mucha ayuda en las circunstancias dentro de las que vivieron nuestros más remotos antepasados, no nos sirve de mayor cosa a la hora de predecir, por ejemplo, una drástica caída de los precios accionarios.El libro expone un ejemplo muy ilustrativo que afirma que un experto en finanzas y un periodista económico tienen la misma posibilidad de "acertar" el panorama económico "futuro".
Estamos programados para crear historias simples sobre fenómenos muy complejos y variados; de modo que siempre terminamos falseando la realidad. El resultado de esto es que perdemos control de la realidad y nos volvemos incapaces para predecir cualquier anomalía estadística.
En este texto, el autor presenta su teoría de los cisnes negros para ilustrar el modo en que la mayoría de nosotros cae en la trampa de pasar por alto las anomalías con el fin de uniformar cualquier modelo mental o teoría. Entre los temas tratados están: la falacia narrativa, pronósticos falsos y cómo entablar amistad con los cisnes negros.
Según este autor simplemente los humanos no podemos predecir el futuro y todas las predicciones económicas, políticas y sociales están condenadas a la imprecisión y al error. Al final nos surge la frase:"Quién iba a pensar que iba a pasar esto?, Con esto no contábamos.