Se está hablando estos días mucho de deflación, esta de moda, pero las modas son así, dado que el panorama que se presenta es de tormenta fuerza 8 a 9 al parecer. Pero aparecen también cosas
como estas que van a ir en sentido contrario y no por lo que de peso represente al bolsillo diario de los usuarios de más de 10 KW/h sino por lo que al conjunto productivo, tal como esta la situación, le puede representar el aumento del precio de los esclavos energéticos en este mundo tan competitivo y eficiente.
- La explicación de cuanto subirán las tarifas que dio ayer Industria convierte al recibo de la luz en un jeroglífico.
- Por primera vez en la historia, Industria explica cuanto subirá la factura en términos absolutos, y no en porcentajes, lo que dificulta enormemente saber cuánto suben los precios y a quién.
- A última hora de ayer, en la CNE, que supuestamente tiene la obligación legal de informar sobre la propuesta de subidas, trataban aún de descifrar el galimatías de la nota remitida por Industria.
- Para las pymes, y para los usuarios domésticos con grandes consumos, los precios se pueden dispararar a partir de enero.
- Para amortiguar el impacto, Industria también anunció ayer bajadas en el gas.
Pues bien, si en momentos de crisis lo aparentemente lógico sería la contención de precios de gastos y tratar de amortiguar en lo posible la crisis, esto no va a poder ser. Pasaremos de oir cantos de las bondades de la cigarra a los cantos de la bondad de la hormiga. Pero a la fuerza se cambia de discurso.