Contributed by: Ferran Claudin on Lunes, 01 Diciembre 2008 @ 19:52 CET
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La ASPO, la Association for the Study of Peak Oil and Gas, cuyo último congreso se celebró en Barcelona el pasado mes de Octubre -¿casualidad casual?- calcula en los alrededores del 2012 el momento en el que se situará el peak oil del planeta: el momento en el que se habrá extraído la mitad de las reservas de los yacimientos descubiertos (y ya apenas se descubre petróleo nuevo: por cada cuatro unidades de petróleo que se consumen, se está descubriendo una).Es evidente que no me produce ninguna satisfacción personal ver el rumbo que toman las cosas. Pero si me produce satisfacción el ver que algunas personas de relevancia, y Niño Becerra lo es, se den cuenta de ello. Sabido y manido es aquello que en ciencia no cuenta el prestigio de alguien cuando expone sus ideas, pero no seamos necios... el prestigio de la persona que lo dice ayuda, y mucho, a la difusión de una idea.
Lo que implica lo dicho es que los costes de extracción se dispararán (siempre sucede: es una ley inmutable: cuando se alcanza el peak oil de un yacimiento, los costes de extracción se incrementan brutalmente); pero a la vez, y aunque durante la crisis que se nos viene encima el incremento de demanda se enlentezca, la tendencia de esta es al alza, tendencia que se acelerará a partir de que comience, hacia el 2015, la recuperación de la crisis, lo que aún tensionará más los precios (y aunque la ASPO se equivoque en un par o tres de años, da lo mismo).
¿Escenario petrolífero planetario en un horizonte de diez años?: tremebundo. De entrada, recuerden que la crisis en la que estamos entrando va a serlo de recursos: falta y/o disponibilidad y/o accesibilidad y/u oferta; luego piensen que aunque la recuperación de la crisis esté basada en la eficiencia y en la productividad, la tendencia de la oferta de commodities es decreciente, luego por mucho que la productividad de los inputs aumente, y por mucho que se regule el consumo de los recursos, va a haber falta de commodities, de algunas más que de otras, y de las más esenciales, más.
En ese entorno, en el 2018 – 2020, es donde, pienso, debe situarse el interés de Lukoil por Repsol. Es una jugada a largo plazo en la que, además, se arriesga muy poco debido a la particular situación financiera de algunos de los participantes. En otras palabras: llegará a término, o no, pero tiene toda la lógica del mundo; diga lo que diga el Gobierno, y diga lo que diga el principal partido de la oposición. Es decir, la operación Repsol – Lukoil se hará, o no, poco importa: va a haber otras muchas igual."