Contributed by: Luis Arenas on Jueves, 13 Noviembre 2008 @ 10:19 CET
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"Algo debe de estar agrietándose, pero no sabemos dónde", dice un técnico.
El escape radiactivo de Ascó I (Tarragona) del pasado noviembre ha puesto en evidencia que la nuclear sufre deterioros que la planta no había controlado. La central, propiedad de Endesa, padece corrosiones de las que nada hubiera sabido de no ser por esa fuga: el análisis químico de una muestra de las partículas emitidas entonces ha detectado la presencia de plomo, metal que precede a un tipo de corrosión especialmente agresiva. El Centro de Seguridad Nuclear (CSN), que lo descubrió en un laboratorio especializado de Madrid, señala que dicho plomo proviene de una parte inconcreta del interior de la central y ha conminado a la planta a que determine su procedencia para repararla. El sistema con que Ascó rastrea las corrosiones no había detectado nada. La portavoz de ANAV, consorcio de Endesa e Iberdrola que gestiona la nuclear, dijo desconocer el problema y se remitió a la opinión del CSN.