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WSJ: la AIE avisa, crisis petrolera a la vista

  • Viernes, 23 Mayo 2008 @ 10:35 CEST
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Artículos La publicación del Medium-Term Oil Market Report, en julio de 2007, por parte de la Agencia Internacional de la Energía, marcó un nuevo e importante giro en la estrategia de la agencia. Tradicionalmente, los pronósticos de futuro realizados por la AIE y otras agencias se hacían estimando los niveles de demanda de petróleo y asumiendo que esta sería satisfecha en todos los casos. Ya desde el World Energy Outlook 2000 (fichero PDF, 4,5MB) la agencia había estimado que los recursos petrolíferos mundiales eran suficientes para cubrir la demanda estimada (hasta 116 millones de barriles diarios), siempre que se diese la inversión necesaria y se tuviese acceso a las reservas. Poco después comenzaría el largo camino hacia los 100$ por barril.

En 2005 la agencia publicó un breve informe, titulado "Saving Oil in a Hurry" (fichero PDF, 1,4MB), en el que aleccionaba a los países miembros sobre las medidas a tomar en caso de interrupción súbita del suministro petrolero. La tradicionalmente optimista y complaciente AIE cambiaba el rumbo, siendo cada vez más consciente de que los países productores no OPEP no estaban alcanzando las expectativas de producción, y que por lo tanto, el peso de la respuesta a la demanda descansaría sobre la OPEP. Finalmente, a partir de julio de 2007 y una vez publicado su informe a medio plazo sobre los mercados petroleros, la agencia acentuó su cambió de actitud, reflejándose también en el World Energy Outlook 2007 y especialmente en su economista jefe, Fatih Birol. Éste se embarcó en una gira de declaraciones a cual más pesimista e incluso alarmista: el futuro no pintaba bien para el suministro.

Con ese sombrío pronóstico, la AIE no solamente confirmaba el nuevo camino tomado, que continuará en noviembre con la publicación del World Energy Outlook 2008, incluyendo una valoración de los 400 principales yacimientos petrolíferos mundiales. sino que además proporciona una explicación, no solo para el espectacular repunte de los precios del petróleo en los últimos cinco años, sino también para la evolución de estos a medio plazo.

Aunque la prensa internacional está lentamente aceptando la realidad de los datos, la prensa española sigue enterrando la cabeza en la arena, acudiendo a los tópicos más manidos para explicar la actual crisis del petróleo. Sin duda las espectaculares subidas de este año han reflejado un movimiento de los capitales especulativos hacia las materias primas y esencialmente el petróleo, pero esto no explica una subida prácticamente sin descanso que se viene gestando desde finales de 2002.

Esta misma semana, dos cabeceras de la prensa económica de gran prestigio internacional, el Financial Times y The Wall Street Journal han publicado sendos artículos sobre la situación del petróleo. "Running on empty? Fears over oil supply move into the mainstream" (FT) y "Energy Watchdog Warns Of Oil-Production Crunch" (WSJ). Por su interés, ofrecemos a nuestros lectores, una traducción al español del artículo publicado en The Wall Street Journal:

Actualización, El País sigue sin enterarse, La Vanguardia, en "vanguardia": los editorialistas de El País siguen sin querer llamar a las cosas por su nombre. Identifican correctamente que nos encontramos en una nueva crisis del petróleo, pero son incapaces de ir más allá de los mismos argumentos secundarios de siempre. Por otro lado, La Vanguardia ("La vida después del petróleo") no solamente cuenta entre sus firmas con el mayor experto del tema en el país (el catedrático Mariano Marzo), sino que ya hace años que trata el tema, poniendo el acento en las causas fundamentales. Y además empieza a explorar lo que se atisba al otro lado de la cima del mundo petrolero. El guardián de la energía advierte de una crisis de producción de petróleo

Directivo de la AIE afirma que los suministros podrían quedar por debajo de la demanda esperada.

Por Neil King Jr. y Peter Fritsch

El principal supervisor de la energía mundial está preparando una drástica revisión a la baja de sus pronósticos de suministro de crudo, un cambio que refleja un pesimismo creciente sobre la capacidad de las compañías petroleras para mantenerse a la par con la explosiva demanda.

La Agencia Internacional de la Energía, sita en Paris, está en medio de su primer intento de valorar exhaustivamente el estado de los 400 principales yacimientos petrolíferos del mundo. Los resultados no serán públicos hasta noviembre, pero lo fundamental está ya claro: los futuros suministros de petróleo podrían estar más limitados de lo que se pensaba.

Un pronóstico pesimista de la AIE podría agitar aún más un mercado del petróleo que ya ha visto como los precios del crudo se han disparado por encima de los 130$ el barril, el doble que hace un año. El petróleo de referencia en los EE.UU. rompió récords por cuarto día consecutivo, elevándose un 3,3% el miércoles para cerrar a 133,17$ en el New York Mercantile Exchange.

Durante muchos años, la AIE ha predicho que los suministros de petróleo y otros combustibles líquidos se elevaran suavemente para mantenerse a la par que la creciente demanda, llegando a los 116 millones de barriles diarios en 2030, desde alrededor de 87 millones de barriles diarios hoy. Ahora, la agencia está preocupada de que los envejecidos campos petrolíferos y la menor inversión signifique que las compañías podrían sufrir para sobrepasar los 100 millones de barriles diarios en las próximas dos décadas.

La decisión de evaluar de manera rigurosa el suministro, en vez de solo la demanda como en el pasado, refleja el miedo creciente dentro de la agencia y fuera de ella a que las regiones productoras de petróleo no estén en el camino de satisfacer las necesidades futuras.

"Las inversiones petrolíferas requeridas pueden ser mucho, mucho mayores de lo que la gente asume,", afirmó Fatih Birol, el economista jefe de la AIE y líder del estudio, en una entrevista para The Wall Street Journal. "Esta es una situación peligrosa."

Los pronósticos de la agencia son seguidos ampliamente por la industria, Wall Street y los países grandes consumidores de petróleo que financian su trabajo.

La AIE monitoriza los mercados energéticos de las 26 economías más avanzadas, incluyendo los Estados Unidos, Japón y toda Europa. Actúa como un contrapeso en el mercado frente a las posturas de la Organización de Países Exportadores de Petróleo. El respaldo de la AIE a un escenario de suministros inestables será seguramente interpretado por el cartel como una llamada a bombear más petróleo, una llamada que será difícil de responder. La semana pasada, los sauditas dieron al Presidente Bush una respuesta poco entusiasta a su petición de más petróleo, diciendo que ya estaban añadiendo 300.000 barriles diarios al mercado, un anuncio que no hizo nada por enfriar los precios.

Al mismo tiempo, las conclusiones de la AIE serán seguramente utilizadas por los defensores de expandir las perforaciones en áreas prohibidas como la plataforma continental exterior de los Estados Unidos o el Refugio Nacional Salvaje de Alaska.

La AIE, utilizando un equipo de 25 analistas, está tratando de arrojar algo de luz sobre algunos de los secretos mejores guardados de la industria, valorando la salud de los mayores campos repartidos desde Venezuela y México hasta Arabia Saudita, Kuwait e Irak. Esos campos suministran más de dos tercios de la producción mundial diaria.

Los resultados no serán definitivos. Grandes productores, incluyendo Venezuela, Irán y China no están cooperando, y otros como Arabia Saudita tratan habitualmente los datos de producción detallados de sus campos individuales como secretos de estado celosamente guardados, y no está claro cómo de específicas serán sus contribuciones. Intentando compensarlo, la AIE utilizará modelos computerizados para realizar estimaciones. También recogerá información recogida por la IHS Inc., un importante proveedor de datos y análisis de Colorado, así como el Servicio de Estudios Geológicos de los Estados Unidos, un grupo de compañías de petróleo y de servicios del petróleo y los consejos nacionales del petróleo.

Los suministros se ven negros
Pero el camino emprendido por el trabajo de la AIE se hace eco del creciente pesimismo sobre los suministros articulado por algunos ejecutivos de las grandes petroleras en los meses recientes. Un creciente numero de personas en la industria apoyan una versión de la teoría del "peak oil": que la producción permanecerá plana en los próximos años, al no poder los productores sustituir sus campos agotados con suficientes campos nuevos para poder aumentar el suministro total. Todo esto ha provocado en Wall Street numerosas revisiones al alza de los precios del petróleo a largo plazo.

Goldman Sachs atrajo los titulares recientemente con un pronóstico que decía que el petróleo llegaría a los 140$ este verano y que podría valer una media de 200$ el año que viene. Unos precios así de altos se añadirían a las presiones inflacionarias que sufre la economía mundial y a las preocupaciones de industrias sensibles a los precios del combustible como las compañías aéreas y de automóviles.

El estudio de la AIE marca un gran cambio en los esfuerzos de la agencia para escudriñar el futuro. En el pasado, la AIE se centraba principalmente en calcular la demanda futura, y después en ver cuánto podrían producir los países no OPEP para satisfacer esa demanda. Se asumía que cualquier diferencia sería entonces satisfecha por los grandes productores de la OPEP como Arabia Saudita, Irán o Kuwait.

Pero el pesimismo de la AIE sobre los suministros futuros se ha ido gestando durante algún tiempo. El pasado verano, la agencia advirtió de que la capacidad excedentaria de la OPEP podría disminuir hasta "niveles críticos en 2012". En noviembre, dijo que los análisis de los proyectos conocidos en preparación sugerían que el mundo podría enfrentarse a una escasez en 2015 de hasta 12,5 millones de barriles diarios, a no ser que hubiese un pronunciado descenso de la demanda esperada. El trabajo actual de la AIE pretende hacer recuento de todas las inversiones y proyectos en marcha para aumentar la producción de los campos en cuestión para obtener una idea más precisa de lo que se puede esperar de los futuros flujos de producción.

"Esto es muy importante, porque se considera a la AIE como el único guardián realmente independiente de los datos y pronósticos energéticos", afirma Edward Morse, economista jefe en Lehman Brothers. Afirma que examinar los mayores campos petrolíferos del mundo podría empujar a sus dueños a una transparencia a la que no están acostumbrados.

Algunos críticos de la AIE afirman, mientras halagan este nuevo estudio, que hacía tiempo que esta revisión en los pronósticos a largo plazo era necesaria. La agencia no ha conseguido anticipar muchos de los grandes sucesos energéticos recientes, como el crecimiento en la demanda China en 2004 y los precios disparados de este año. "La AIE siempre está en conflicto por los intereses políticos", afirma Chris Skrebowski, un analista londinense que mantiene su propia base de datos de grandes proyectos petrolíferos y que es pesimista acerca del suministro. "En este caso creo que quieren que el hecho de que nos enfrentamos a una crisis real sea lo más incontrovertible posible."

Pronósticos estadounidenses
El grupo de pronósticos propios del Departamento de Energía de los Estados Unidos, la Administración de Información Energética ha sido fiel por mucho tiempo a la misma metodología que la AIE, dominada por el análisis de la demanda, asumiendo que el suministro seguirá a la par que la creciente sed mundial de petróleo. Pero la agencia estadounidense también se ha embarcado en su propio estudio del suministro, que espera completar este verano. Como la AIE, sus resultados preliminares son algo pesimistas: sugieren que solo la producción diaria de petróleo convencional, ahora de 73 millones de barriles, se estabilizará en los 84 millones de barriles, y que se necesitará un importante incremento de la producción de combustibles no convencionales como el etanol para empujar los suministros globales de combustibles por encima de los 100 millones de barriles diarios en 2030.

"Somos optimistas en términos de disponibilidad de recursos, pero cautelosos sobre si se harán las inversiones en los lugares correctos y a un ritmo que lleve al suministro a satisfacer la demanda," afirma Guy Caruso, el administrador de la agencia estadounidense.

En París, los analistas de la AIE también temen que la falta de inversión en muchos países de la OPEP, combinada con menores incentivos para aumentar la producción, arrojará importantes dudas sobre cuánto expandirá la producción el cartel en el futuro. Los grandes productores de la OPEP han estado obteniendo beneficios récord, desincentivando dedicar más miles de millones en incrementar la producción de petróleo en muchos países.

Mientras tanto, la política y otras fuerzas están retrasando proyectos que podrían traer más petróleo al mercado. Las continuas luchas en Irak han obstaculizado los esfuerzos para revitalizar los campos envejecidos, mientras que las sanciones internacionales a Irán han evitado que las inversiones hayan progresado. Los ataques rebeldes en Nigeria y la inestabilidad política en Venezuela han reducido la producción en ambos países. Grandes productores no OPEP como México y Rusia, que han barrado o marginado a las operadoras internacionales, ven como su producción cae. Los Estados Unidos, con una moratoria legal impidiendo la exploración en el 85% de sus costas, luchan por mantener su producción constante.

El estudio de la AIE tratará de contestar una pregunta que ha perseguido a aquellos que tratan de predecir los precios futuros y el balance entre suministro y demanda: ¿con cuánta rapidez están declinando los principales campos mundiales? La tasa a la que su producción disminuye en el tiempo es un muy debatido barómetro de la salud de la industria petrolífera mundial.

Tasa de agotamiento
Un estudio aparecido a principios de este año de la Cambridge Energy Research Associates, una firma consultora que pertenece a IHS, determinó que la tasa de agotamiento de los 811 mayores campos del mundo era de aproximadamente un 4,5%. A ese ritmo, las compañías petrolíferas tienen que hacer grandes inversiones tan solo para mantener la producción total estable. Otros dicen que la tasa de agotamiento puede ser mayor.

"Nuestra opinión es que la gente no se da cuenta del papel que juega la tasa de declive de los campos actuales en el balance del suministro energético, y esta tasa se acelerará en el futuro," afirma el Sr. Birol de la AIE.

No obstante, algunos analistas sostienen que la escasez no es lo importante, solo el acceso a las reservas y la inversión para extraerlas. "Sabemos que hay muchos recursos de petróleo y gas en el mundo," afirma Peter Stark, vicepresidente de relaciones con la industria en IHS. Afirma que las dificultades en el suministro no están enterradas en los campos petrolíferos sino "en superficie."

El Sr. Morse de Lehman Brothers señala que hay muchas preguntas sobre el suministro a las que responder. "A pesar de la mucha confianza que la AIE tenga sobre sus datos, no saben nada de los recursos que todavía tenemos que descubrir en las aguas profundas o en el ártico," afirma.