El futuro probable.
- Martes, 20 Mayo 2008 @ 12:36 CEST
- Autor: Ferran Claudin
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En la web amiga de Canarias ante la Crisis Energética, acaba de aparecer un interesante artículo de opinión. Su título, "Petróleo a 200 dólares", lo dice ya todo. En él se exponen las opiniones de pesos pesados tales como M. Simmons, C. Campbell, C. Skrebowsky, Jeffrey Brown y David Strahan.
Me quedo con fragmentos tan sugerentes como:
- Alcanzar los 200 dolares/barril no supondría el fin de la Historia, por supuesto, pero sí un argumento más para sospechar que entramos en otra fase de nuestro acelerado periplo contemporáneo; una en que los historiadores de las crónicas de mediados de este siglo dirán, probablemente, aquello de que “en esos días el occidental empezó a darse cuenta de que el maná de energía fósil barata en el que había basado todo su modo de vida comenzaba a agotarse definitivamente”.
- Hoy, como nos recuerda Simmons, por poner un ejemplo, cualquier bebida refrescante - agua carbonatada, azúcares, y poco más - tiene, proporcionalmente en cuanto a su volumen, un precio muy superior al del crudo destilado, y parece evidente que existe un abismo en la importancia estratégica de uno y otro líquido. Por eso el crudo seguirá subiendo de precio: al ser esencial, y condición necesaria para la existencia de las demás actividades, su precio tenderá, junto al de los alimentos, y en un Mundo con cinco veces más población que hace un siglo, a ser el principal gasto de nuestros bolsillos, conforme su accesibilidad se haga más compleja.
- De poco sirve la postura del avestruz con cabeza bajo tierra, en estos tiempos en que, como nunca, nuestros esfuerzos deberían dirigirse a afrontar este gran reto histórico que, querámoslo o no, tenemos ahí, y al que, aunque sepamos que no podremos vencer definitivamente, es necesario acoger con decisión, reconociendo sus enormes consecuencias. O esperar a que la Historia pase sobre nosotros, con su implacable ritmo que deja atrás a quienes tienen, por costumbre, la de mirar hacia el otro lado.
Sigo insistiendo en políticas locales bajo el amparo de las administraciones autonómicas y estatales, para movernos hacia un entorno más sostenible y de menor consumo de energía exosomática (de recursos). Pero para ello, también soy consciente de que debería conocer el tema y sus consecuencias mucha gente, entre ellos los políticos. A pesar de todo, hay que seguir porfiando.