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Graves anomalías en la central nuclear de Ascó

  • Jueves, 15 Mayo 2008 @ 10:38 CEST
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Noticias Las últimas informaciones conocidas sobre la fuga radiactiva en la central nuclear de Ascó, gestionada por el Grupo Endesa e Iberdrola, demuestran una gravísima falta de transparencia y unas prácticas impropias de una industria que se vanagloria de sus dispositivos de seguridad y control.

Los informes emitidos recientemente por el Consejo de Seguridad Nuclear como respuesta a la solicitud de información del Defensor del Pueblo catalán y las preguntas de Greenpeace muestran las graves irregularidades cometidas alrededor de la fuga radiactiva. Hasta "ocho desviaciones, incumplimientos y malas prácticas" destaca el informe.

De entrada, y coincidiendo con las primeras valoraciones hechas por Greenpeace y Ecologistas en Acción, la magnitud de la radiactividad emitida fue 400.000 veces más grande de la que declararon en un primer momento los responsables de la central nuclear de Ascó: mientras que la central declaraba que la dosis radiactiva suponía un total de 0,19 Milibequerels (Mbq), las mediciones posteriores elevan esta cantidad hasta los 153 Mbq.

Dado que la central no comunicó la fuga en un primer momento y que manipuló la escala de los detectores de radiación, la primera detección de radiación fuera de la central fue efectuada por una de las estaciones automáticas de la red de vigilancia ambiental de la Generalitat, situada dentro de los terrenos de la central. Preguntado el titular de Ascó sobre este hecho y dado que se había incomplido la normativa y no se había informado en un primer momento sobre el incidente, no se atribuyó significación a la anomalía.

De los informes se desprende la gravedad del caso, especialmente con respecto a la ocultación y manipulación de los datos por parte de los operadores de la central: la central no lo comunicó al Consejo de Seguridad Nuclear, y escondió la información en las reuniones diarias que hace con el inspector residente del CSN. Finalmente fue un empleado, tres meses después, quienes lo comunicó al inspector residente del CSN. Los detalles de los informes revelan prácticas preocupantes, como por ejemplo el hecho que los operarios que tomaron parte en la recarga de combustible origen de la contaminación no tenían experiencia, puesto que sustituir a otros operarios que ya habían superado las dosis de radiación permitidas en estas operaciones.