Fuga radioactiva en Ascó, poca transparencia informativa

El pasado sábado Greenpeace informó de una fuga de contaminación radioactiva en la central nuclear de Ascó, que al parecer se habría producido durante la última recarga de combustible nuclear, el pasado mes de octubre.

Según el comunicado (fichero PDF, 196KB) del Consejo de Seguridad Nuclear, publicado el mismo día que Greenpeace hizo pública su denuncia, el día anterior había recibido del titular de la central, la Asociación Nuclear Ascó - Vandellós (ANAV), de la que es responsable la agrupación de las empresas Grupo Endesa e Iberdrola, un "suceso notificable", consistente en "la detección de partículas radiactivas en el exterior de los edificios de la planta y dentro de su emplazamiento".

Como ya ha sucedido anteriormente, la polémica entre grupos como Greenpeace y Ecologistas en Acción y los gestores de las centrales nucleares se centra fundamentalmente en la ausencia de una información fiable y a tiempo. Mientras que ANAV afirma que el escape permitió la fuga de partículas que contenían 0,0001 curios (una de las unidades con las que se mide el número de desintegraciones radiactivas que tienen lugar en un material por unidad de tiempo, aunque el Becquerel es la medida aceptada por el Sistema Internacional), Greenpeace y Ecologistas en Acción sostienen que las partículas contenían 5 curios (medio millón de veces más que la cifra que da la operadora de la central).

Junto a una mayor transparencia, estas entidades ecologistas reclaman, además del cierre de las centrales, que las sanciones impuestas por fallos y otras irregularidades estén en la debida proporción a los beneficios de las empresas que las operan.

Según la nota del CSN, éste "ha desplazado un equipo al emplazamiento para investigar y esclarecer el suceso y realizar comprobaciones radiológicas independientes".