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Fatih Birol: no se acaba el petróleo, se acaba el tiempo

  • Miércoles, 05 Marzo 2008 @ 02:11 CET
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Artículos Fatih Birol, el economista jefe de la Agencia Internacional de la Energía, escribió el pasado domingo un artículo en el periódico británico The Independent. Con el título de "We can't cling to crude: we should leave oil before it leaves us" ("No podemos depender del petróleo, debemos dejarlo antes de que nos deje a nosotros"), Birol vuelve a la carga con nuevas advertencias a la comunidad internacional:
Estamos a punto de entrar en un nuevo orden energético. Durante las próximas décadas, nuestras reservas de petróleo empezarán a agotarse y es imperativo que los gobiernos, tanto en los países productores como en los consumidores se preparen para ese momento. No debemos depender del crudo hasta su última gota, debemos dejar el petróleo antes de que nos deje a nosotros. Eso significa que debemos encontrar nuevas soluciones pronto.
Los argumentos de Birol son conocidos: el aumento de la demanda mundial, especialmente en China e India, el agotamiento de los yacimientos y la imposibilidad de sustituir el petróleo convencional por petróleo no convencional o biocombustibles. Respecto a estos últimos, Birol critica las subvenciones que reciben los agricultores de los países desarrollados, y plantea que se deberían producir en países en desarrollo como Brasil, por su menor coste.

Aunque el problema se nos presenta ahora y de manera urgente (de ahí la insistencia de Birol sobre la mayor importancia de la escasez de tiempo frente a la escasez de petróleo), Birol apunta a algunas soluciones para el problema del transporte, que es donde el petróleo se muestra más problemático para su sustitución.

El futuro, continúa el economista de la AIE, pasa por los coches eléctricos, cuya electricidad provendría de la energía nuclear.

Sorprende esta apuesta por la nuclear, cuando en el último World Energy Outlook de noviembre de 2007 las perspectivas de crecimiento de la energía nuclear planteadas en el pronóstico hasta 2030 no parecen suficientes para sustituir de manera efectiva y notable ni siquiera toda la generación eléctrica que será satisfecha por los combustibles fósiles.

En el escenario de referencia del WEO 2007, el porcentaje de generación eléctrica de origen nuclear sería del 9% en 2030, frente al 15% actual, en el escenario alternativo, preferido por la agencia, ese porcentaje disminuiría hasta el 13% en 2030. Por tanto, de los datos de la AIE no se puede deducir que la apuesta de Birol sea factible, a menos que su largo plazo vaya bastante más allá del horizonte de 2030 que se plantea el WEO 2007.

Por su indudable interés, ofrecemos a continuación a los lectores de Crisis Energética una traducción del artículo de Fatih Birol:

No debemos depender del crudo: debemos dejar al petróleo antes de que nos deje a nosotros

Fatih Birol
Domingo, 2 de marzo de 2008
Estamos a punto de entrar en un nuevo orden energético. Durante las próximas décadas, nuestras reservas de petróleo empezarán a agotarse y es imperativo que los gobiernos, tanto en los países productores como en los consumidores se preparen para ese momento. No debemos depender del crudo hasta su última gota, debemos dejar el petróleo antes de que nos deje a nosotros. Eso significa que debemos encontrar nuevas soluciones pronto.

Incluso ahora, estamos viendo un cambio en el balance de poder, alejándose de las compañías internacionales privadas. En áreas como el Mar del Norte o el Golfo de México, la producción está en declive. Las fusiones y las adquisiciones permitirán a los "grandes del petróleo" reemplazar sus reservas durante un tiempo, y las nuevas tecnologías les permitirán alargar la vida de los pozos existentes y penetrar en concentraciones marginales y difíciles de alcanzar. Pero esto no cambiará el problema subyacente. La producción de las compañías privadas está llegando a su cenit. Tendrán que encontrar nuevas maneras de seguir con sus negocios.

Cada vez más, los niveles de producción van a ser establecidos por unos pocos países en Oriente Medio. Esto no significa necesariamente un retorno inmediato a los choques de precios de los 70, porque los países productores han aprendido que la estabilidad está entre sus intereses. Incluso así, no es seguro que estén listos para aumentar la producción para satisfacer la creciente demanda mundial. Disponer de nueva capacidad lleva tiempo.

En el lado de la demanda, vemos dos grandes transformaciones. Cuando ha sido posible, ya se ha sustituido el petróleo, particularmente para uso industrial, calefacción doméstica y generación eléctrica. En el futuro, el petróleo se utilizará principalmente en el sector del transporte, donde no hay alternativas fácilmente disponibles.

La otra transformación es que la mayor parte de la demanda está viniendo, y vendrá en el futuro, de China y India. Aquí, de nuevo, la posesión de coches es el principal vector. En 2020, India será el tercer mayor importador de petróleo del mundo, y esperamos que China estará importando 13 millones de barriles en 2030, es decir, otros Estados Unidos en el mercado. En términos de ventas de coches, estimamos que para 2015 como muy tarde, se venderán más coches en China que en los EE.UU.

¿Qué significa todo esto para el precio del petróleo? Las señales dicen que si los productores no traen mucho más petróleo a los mercados, veremos precios muy altos, quizás de 150$ el barril en 2030. Si los gobiernos no actúan rápido, las ruedas pueden salirse aún antes.

Los países desarrollados y consumidores de petróleo pueden hacer varias cosas para suavizar la transición hacia el nuevo orden energético. Una sería incrementar la eficiencia de los vehículos. Otra sería hacer un mejor uso de los biocombustibles, aunque para que sean útiles, se deberían producir de manera barata en países en desarrollo como Brasil, no por agricultores fuertemente subvencionados en el mundo desarrollado.

Los altos precios también hacen rentable producir combustibles de fuentes no convencionales, como las arenas asfálticas. Pero esto requiere abundante energía, principalmente del gas natural, y el proceso emite mucho CO2. Las arenas asfálticas son atractivas, pero como los biocombustibles, nunca reemplazarán el petróleo de Oriente Medio.

A largo plazo, debemos encontrar una forma alternativa de transporte, posiblemente coches eléctricos, con la electricidad proveniente de centrales nucleares. Lo realmente importante es que aunque no se está acabando el petróleo, se nos está acabando el tiempo.