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Materias primas, una apuesta segura

  • Lunes, 25 Febrero 2008 @ 10:28 CET
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Artículos El pasado día 24/2/2008 salió un artículo a toda página en el especial “Dinero” del diario “La Vanguardia” titulado “Materias primas, una apuesta segura”. Entre otras materias primas, el hierro subirá un 71% a partir de abril. Según un responsable de Repsol, el precio de los metales ha triplicado los costes de los equipos de perforación. Pero eso ha sido hasta ahora. En abril pueden subir aún más. En el artículo se prueba que pese a haber una crisis, ello no implica de manera absoluta, según dice la teoría económica, que la demanda vaya a ser menor. El hecho está en que en plena crisis financiera y de consumo las materias primas suben de precio, cuando debería ser todo lo contrario. Además, lo dicen los expertos, la inversión en materias primas es "una apuesta segura". ¿Qué está pasando entonces?

El auge del comercio mundial ha provocado un aumento del transporte marítimo de mercancías al que difícilmente se ha podido dar respuesta por la falta de barcos. Eso explica que los fletes hayan subido en un año más del 150%, según el índice del Báltico. El problema ya no es sólo el tiempo que lleva construir un barco para dar respuesta a esa demanda (de dos a tres años) sino lo que ha disparado los costes de construcción, el elevado precio del petróleo y la escasez de metal en el mercado.

Es cierto que los altos precios (del petróleo) están moderando ligeramente la demanda en los países desarrollados, pero no pasa lo mismo en los países emergentes. Lo primero porque los subsidios implantados en esos países impiden que los consumidores tengan conciencia del precio. (…) Y en segundo lugar, porque aunque la demanda energética se modere por una desaceleración de la economía, en todo el mundo hay muchos millones de consumidores que se han incorporado al mercado en estos años (…) Es ese nuevo suelo de la demanda el que puede dar al traste con una de las tesis más aceptadas por los economistas.

Las materias primas pueden convertirse en uno de los factores que alienten el riesgo de estanflación.

Artículo completo:
Subida imparable
MATERIAS PRIMAS, UNA APUESTA SEGURA

Alejandra Gallego

Después de varios años con subidas en los precios casi de infarto y en medio de una fuerte desaceleración en la economía mundial, parecía llegado el momento de que las materias primas se tomaran un respiro. Nada más lejos de la realidad. Los futuros del trigo para entrega en esta primavera han vuelto a marcar máximos históricos, el precio del cobre acumula ya subidas del 20% en lo que va de año y el petróleo ya se ha instalado claramente en la cota de los 100 dólares en el caso del West Texas, el de referencia en EE. UU. Los analistas coinciden: el auge de las materias primas es imparable.

"Precisamente, en una situación de incertidumbre económica y de caída del dólar, las materias primas se están convirtiendo en un valor refugio, en una inversión segura", explica Alfonso Treviño de Atlas Capital.

Esa nueva condición de valor refugio se observa claramente en el caso de los metales preciosos. El oro ronda los 950 dólares por onza, frente a los apenas 500 dólares de principios del 2006. Y ello pese a las ventas masivas de este metal en los últimos años por parte de los principales bancos centrales europeos y entre los que el Banco de España ha tenido una posición vendedora muy activa.

Es cierto que la demanda de los países emergentes, sobre todo -¡cómo no!-de China e India empuja al alza los precios de este metal pero es la inversión institucional, que sólo en un trimestre el año pasado creció un 600%, la que verdaderamente presiona al alza al mercado. La rigidez de la oferta hace del oro una inversión atractiva en momentos de incertidumbre.

"La alta inflación, el aumento de la volatilidad en los mercados financieros y el debilitado dólar parecen dispuestos a respaldar nuevos aumentos en el precio del oro. Otros metales preciosos, como la plata y el platino, también han experimentado aumentos similares y esperamos más beneficios en el 2008", asegura Christopher Wyke, director de productos de materias primas de Schroders.

EL IMPACTO DEL HIERRO

Pero si en algo se ha dejado notar el impacto de los países emergentes sobre la economía mundial ha sido en la evolución del precio y de la demanda de hierro. Esta semana conocíamos que los productores asiáticos y europeos han aceptado una subida del precio del hierro del 71% a partir del 1 de abril, la segunda mayor subida anual. Más aún, por primera vez el precio único del mercado se rompe y algunos productores australianos están dispuestos a exigir una prima de proximidad a sus clientes asiáticos por la mayor facilidad en la entrega.

Son ya muchos años de subidas de una materia decisiva para el crecimiento y las repercusiones se dejan notar. El auge del comercio mundial ha provocado un aumento del transporte marítimo de mercancías al que difícilmente se ha podido dar respuesta por la falta de barcos. Eso explica que los fletes hayan subido en un año más del 150%, según el índice del Báltico. El problema ya no es sólo el tiempo que lleva construir un barco para dar respuesta a esa demanda (de dos a tres años) sino lo que ha disparado los costes de construcción, el elevado precio del petróleo y la escasez de metal en el mercado.

Contra lo que pudiera parecer a priori ése ha sido también uno de los factores que ha impulsado al alza el precio del petróleo. "Con tantos años de bajos precios, las prospecciones y las inversiones en campos petrolíferos se abandonaron. Los equipos de extracción están obsoletos y ahora que, además, hay que perforar en lugares más profundos para acceder a las bolsas de petróleo hay que disponer de nuevo material. Con la subida del precio del hierro, el coste de esos equipos se ha disparado al menos por tres", dice Antonio Merino, director del Servicio de Estudios de Repsol.

Según los cálculos de la petrolera, el coste de extraer crudo se situaría en estos momentos entre los 45 y los 60 dólares por barril, dependiendo de las zonas y la calidad del petróleo. Hace menos de diez años el coste total del barril se situaba en los 10 dólares. Con los precios de los metales al alza y las cada vez más difíciles condiciones de extracción van a hacer muy difícil una marcha atrás en esta senda.

"Es cierto que los altos precios están moderando ligeramente la demanda en los países desarrollados pero no pasa lo mismo en los países emergentes. Lo primero porque los subsidios implantados en esos países impiden que los consumidores tengan conciencia del precio", asegura Merino. En efecto, son los subsidios los que explican que en los países del Golfo la demanda de petróleo crezca a un ritmo de 300.000 barriles frente a los 500.000 de China o los 100.000 de Estados Unidos, cuando el tamaño de estas dos últimas economías es muy superior. "Y en segundo lugar, porque aunque la demanda energética se modere por una desaceleración de la economía en todo el mundo hay muchos millones de consumidores que se han incorporado al mercado en estos años", remata Merino.

Es ese nuevo suelo de la demanda el que puede dar al traste con uno de las tesis más aceptadas por los economistas. Los metales han sido, históricamente, las materias primas más sensibles a la actividad económica. Más vinculados, por tanto, a la evolución del ciclo económico. Todo apuntaría, pues, a un crecimiento mucho más moderado de cara a los próximos meses en respuesta al frenazo de las principales economías mundiales. Y, sin embargo, las últimas subidas de precios apuntan a todo lo contrario.

Además, si el suelo de la demanda es otro, el efecto sobre los precios también lo será. La estrecha vinculación de las materias primas al ciclo permitía descartar tensiones inflacionistas por este frente en tiempos de desaceleración. Ahora no es así. Las materias primas pueden convertirse en uno de los factores que alienten el riesgo de estanflación. Y lo peor es que en ese entorno de precios altos y crecimiento a la baja complica, y mucho, las posibilidades de la política monetaria.