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Malos humos

  • Jueves, 31 Enero 2008 @ 09:56 CET
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Artículos Mariano Marzo escribió en "La Vanguardia" del día 29/01/08 una columna en la sección de Economía sobre la insostenibilidad del crecimiento automovilístico mundial y el cinismo de los países ricos.
Resulta cínico censurar las legítimas aspiraciones en materia de movilidad de los países más pobres.

...hasta el 2030, el número de vehículos en el mundo podría crecer un 79%, pasando de 923 a 1.652 millones. Una tendencia insostenible, merecedora de un atento seguimiento y cuyo impacto habría que intentar minimizar por todos los medios.

Actualmente el mundo produce cada año más de 70 millones de vehículos, de los que 50 millones son turismos, con un incremento medio anual del 4% (ver en el foro "El sector del automóvil"). Una gran parte de ellos seguirán funcionando a mediados de la próxima década, justo cuando tanto la Shell como la AIE dicen que el suministro de petróleo no cubrirá la demanda. Sin embargo, hasta entonces, las empresas seguirán obteniendo beneficios. No hay que detenerse ante el muro.

Artículo completo:

MALOS HUMOS

Mariano Marzo

Los discursos verdes han protagonizado el Salón del Automóvil de Detroit. Los prototipos de vehículos híbridos y eléctricos han irrumpido con fuerza, aunque, como informaba La Vanguardia,si nos atenemos a las ventas, los poco ecológicos pickups siguen siendo los preferidos de los estadounidenses. Una tendencia que según el director de General Motors, Rick Wagoner, habría que desterrar porque "no existe duda de que la demanda de petróleo va camino de superar rápidamente la oferta", de modo que "desarrollar fuentes alternativas de propulsión es a la vez una necesidad de negocios y una obligación social".

Desde luego, este tipo de consideraciones estuvo ausente durante la reciente presentación en India del Tata Nano, un pequeño coche que con un precio de 1.700 euros pretende hacerse un hueco entre los cientos de millones de motoristas y ciclistas de los países en vías de desarrollo. Una iniciativa empresarial que sin duda tendrá serias repercusiones globales sobre el medio ambiente y el consumo de petróleo.

Obviamente, mientras los ciudadanos de los países ricos no prediquemos con el ejemplo, resulta cínico censurar las legítimas aspiraciones en materia de movilidad de los países más pobres. Por ello, como recuerda el alto ejecutivo de General Motors, los países industrializados deben emprender con urgencia una actuación ejemplarizante. Pero no se trata sólo de una cuestión ética. Las proyecciones sobre el futuro crecimiento del parque automovilístico mundial no dejan lugar a dudas sobre la perentoria necesidad de abordar profundos cambios tecnológicos y de hábitos de consumo.

Por ejemplo, el World Oil Outlook 2007 de la OPEP señala que durante el periodo 2005-2030 el parque mundial de vehículos de pasajeros se incrementará en 484 millones de unidades, con la particularidad de que los países en desarrollo, especialmente los asiáticos, absorberán el 68% del aumento. Pero no se apresuren a la hora de buscar culpables. Aunque el porcentaje sobre el total correspondiente a los países más pobres crece del 21% al 40%, la mayor parte del parque mundial seguirá en los países de la OCDE, donde el número de coches por cada mil habitantes se situará en torno a los 497; una cifra siete veces superior a la de los países en desarrollo.

Al mismo tiempo, la OPEP prevé que el parque global de vehículos comerciales se incremente en 245 millones de unidades, con los países menos favorecidos registrando el 70% del aumento, de forma que en el 2030 estos dispondrán de una flota de 234 millones de unidades, frente a los 206 millones de la OCDE.

Así, hasta el 2030, el número de vehículos en el mundo podría crecer un 79%, pasando de 923 a 1.652 millones. Una tendencia insostenible, merecedora de un atento seguimiento y cuyo impacto habría que intentar minimizar por todos los medios.

Mariano Marzo, Catedrático de recursos energéticos de la Universitat de Barcelona.