Bienvenido(a) a Crisis Energética, Anonymous Martes, 19 Marzo 2024 @ 08:41 CET

El director ejecutivo de Shell teme escasez de petróleo para dentro de siete años

  • Viernes, 25 Enero 2008 @ 11:42 CET
  • Autor:
  • Lecturas 7.991
Artículos El artículo aparecido en The Times con el título mencionado, es otro paso más en el rosario de declaraciones de los grandes empresarios del mundo del petróleo, que hasta no hace mucho no veían horizonte al cenit del petróleo ni límites al consumo de combustibles fósiles y de repente, descubren y admiten que lo tienen a la vuelta de la esquina.

Ya son legión y cada uno de ellos merecería un análisis separado. En este caso, el traductor publica la noticia dado su interés público y no se resiste, entre líneas, en cursiva y negrita, a comentar la opinión que le merecen estas declaraciones

Redacción CE: en el número de enero y febrero de la revista editada por Shell, Shell Venster, se entrevista (fichero PDF, 1,9MB) al director ejecutivo de Shell. Van der Veer habla de manera clara acerca del cenit del petróleo, que para él ya se encuentra aquí por lo que respecta al petróleo convencional (cuyo récord de producción continúa siendo mayo de 2005). La revista Shell Venster se publica en holandés, y gracias a la colaboración de Rembrandt Kooppelar, presidente de ASPO Holanda, que ha traducido la entrevista al inglés, podemos ofrecérsela a nuestros lectores en español.

Destacamos, además del carácter estratégico de las numerosas declaraciones del director de Shell en varios foros, esta afirmación, que a nuestro parecer es una clara muestra de que a la hora de proteger los intereses de marca, recuperar y honorar el nombre de un antiguo empleado, por polémico que haya sido, no tiene precio:

La teoría del pico del petróleo, tal y como fue publicada por el antiguo empleado americano de Shell, King Hubbert, es correcta, al menos para el petróleo fácil.
Reproducimos la entrevista de van der Veer tras la traducción del artículo en The Times.

Actualización: el diario español La Vanguardia, en su edición de hoy, recoge la noticia, "Shell prevé que la producción de crudo tocará techo el 2015".

The Times

25 de enero de 2008

Carl Mortished, Editor de World Business Traducción de Pedro Prieto

Según Royal Dutch Shell, la demanda mundial de petróleo y gas superará a la oferta en siete años.

La multinacional petrolífera predice que los suministros convencionales no podrán mantener el ritmo de una población con un crecimiento disparado ni el rápido ritmo del desarrollo económico.

Jeroen van der Veer, el director ejecutivo de Shell dijo esta semana, en un correo electrónico al personal de la empresa , que la producción de petróleo y gas convencionales estaban cerca de su cenit. Escribió: “Shell estima que con posterioridad al 2015, la oferta de petróleo y gas de fácil acceso ya no podrá seguir haciendo frente a la demanda”.

Es muy sorprendente que este importante dirigente empresarial salga ahora, de buenas a primeras, con que el líquido y el gas que han terminado moviendo al mundo en un 95% de su transporte actual y en gran parte de otras actividades industriales, energéticas, químicas o incluso agrícolas, se va a quedar corto para siempre en tan solo siete años a partir del anuncio.

Lo dice y se queda tan ancho. Es inconcebible. Sobre todo que nadie le llame la atención. Este hombre, comenzó aceptando hace aproximadamente algo más de tres años, que las reservas de su empresa estaban considerablemente sobrevaloradas. Y apenas en 2006, este personaje decía:

Además de las preocupaciones sobre los altos precios del petróleo, llega ahora la preocupación de que hemos llegado al “cenit del petróleo” y que la producción mundial de petróleo comenzará a disminuir. ¿Hemos llegado? Si el petróleo ha llegado a su cenit, nos enfrentamos a un futuro de interrupciones crecientes del suministro, de precios en aumento y de conflictos internacionales por los suministros. Nadie debería subestimar el reto energético…mi opinión es que el petróleo “fácil” haya pasado probablemente el cenit. Pero hay otras reservas que están todavía muy lejos del cenit. En petróleo y gas no convencional –recursos que son más difíciles de obtener- hay muchas reservas. La industria petrolífera tiene que explotar nuevas fronteras, desarrollar nuevas energías de las fuentes de hidrocarburos e integrar las “soluciones del CO2”. (Jeroen Van der Veer, Director Ejecutivo de Royal Dutch Shell. 25 de Enero de 2006).

No es de recibo, ni aceptable que una persona de este nivel, responsable de la segunda compañía más importante del mundo, venga ahora a reconocer, cuando apenas queda tiempo, que el mundo va a tocar techo en los próximos siete años en suministros energéticos tan fundamentales, frente a la demanda que exige el propio sistema que representa. Es mala fe; es dolo. Es una estafa a los ciudadanos del mundo. Porque como el mismo artículo describe más abajo, esta gigantesca empresa, con su responsable a la cabeza, hacen sistemáticamente estudios a largo plazo. No es creíble ni aceptable, ni moral, que una empresa que proyecta sus estudios estratégicos de hoy hasta el 2050 y ha venido siguiendo esta política durante las últimas décadas, en 2006 viniese a decir, por boca de su principal directivo, que no había horizontes previsibles al consumo y a principios de 2008, confiese que teneos un grave problema para el 2015. Es de juzgado de guardia mundial, si lo hubiese.

El responsable de la segunda compañía petrolífera más grande del mundo, predijo que a pesar de las iniciativas políticas de los gobiernos y las inversiones en renovables, el mundo necesitaría más energía nuclear y combustibles fósiles no convencionales, tales como las arenas asfálticas.

Resulta patético que van Deer recurra a estas alturas a proponer nucleares, un negocio que cae fuera de su mercado tradicional, que tiene problemas ingentes y que no resuelve el problema del transporte y a los llamados eufemísticamente “combustibles no convencionales”, que en realidad son combustibles no convencionales porque contaminan mucho más que los convencionales equivalentes. Es sencilla y directamente, tan infumable como las emisiones que promueve y como las radiaciones que promociona.

“La utilización de más energía inevitablemente significa más emisiones de CO2, en un momento en que el cambio climático se ha convertido en una crítico asunto mundial”, escribió.

En esto no podemos estar más de acuerdo con el Sr. Der Veer. Pero esto, que parece una perogrullada, es toda una declaración a enmarcar. Porque todavía tenemos a prácticamente la totalidad de sus colegas en el sector diciendo, con la misma fe del carbonero que muchos ecologistas, que aquí se puede crecer de forma infinita en la economía, en el PIB y por tanto, en el consumo de todo tipo de combustibles, contaminando cada vez menos y a base de recoger por un tubo las emisiones que generan. Cuando los hechos de los últimos 150 años dicen a las claras que eso no es verdad. Cuando ya queda cada vez más claro que el PIB es pura contaminación. Los propios chinos, de la Universidad del Petróleo de China en Beijing, en artículo que próximamente publicará nuestra propia revista, sobre el cenit de su petróleo, identifican muy clara y directamente el aumento del PIB y el aumento del consumo de petróleo en un porcentaje superior de identificación al 99%. Así que bienvenido al club de lo obvio, Sr. Der Veer.

Hoy se prevé que el Sr. van der Veer, trate de las previsiones energéticas en el Foro Económico Mundial de Davos

Pues esperemos que diga lo mismo a tanto alto dirigente como se reúne en ese selecto foro, a ver si los demás próceres y líderes mundiales se dan por aludidos y empiezan a tomar medidas, al darse cuenta de que se acabó el crecimiento perpetuo y espiraloide.

En su correo electrónico, que se publica en RoyalDutchShellplc.com, una web independiente que vigila a la compañía, el responsable de Shell describe dos escenarios sobre el futuro energético mundial.

El primero, el “revuelto” (en inglés “scrambled”, que puede significar también codificado o encriptado o mezclado, n. del T.), prevé una loca carrera entre las diferentes naciones para asegurarse los recursos. Y con la clase política viendo la energía como un “juego de suma cero” en el que el uso del carbón nacional y los biocombustibles se acelera.

Vaya. Así que ahora en siete años, resulta que podemos estar dándonos bocados en la yugular por los recursos, según el primer escenario del Sr. der Veer y además, utilizando con desesperación carbones nacionales que, como en el caso español, son bastante malos y muy contaminantes y además, exprimiendo lo poco que queda de las superficies cultivables para seguir alimentando a la maquinaria que nos alimenta. Vaya, vaya. Todo un director ejecutivo de mutinacional, que siempre parecen estar obligados a ver el futuro con optimismo, empieza a enseñar la patita apocalíptica que hasta ahora estaba reservada a unos marginales como los de esta página web. “Scrambled scenario”, que es una figura que casi parece decir que el mundo puede terminar tan revuelto como los huevos de los desayunos de los hoteles) ¡Qué cosas tiene el mundo!

Este es un mundo, dijo el responsable de Shell, en el que “la clase política presta poca atención al consumo energético, hasta que la oferta se les queda corta”.

Pues ésta es una declaración sorprendente para un personaje de este nivel, que tiene una autoridad económica –y política- que sobrepasa a la de muchos jefes de Estado y un nivel de interlocución que para sí lo quisieran muchos de los que ya sabían que esto no podía terminar bien. A buenas horas, mangas verdes.

El escenario alternativo, “anteproyecto”, prevé un mundo con cooperación política entre gobiernos en asuntos de eficiencia energética e impositivos, una política de convergencia en lo relativo al comercio de emisiones y a las iniciativas locales para mejorar el comportamiento ambiental de los edificios.

Un popurrí de soluciones, en las que el comercio de gases contaminantes ahora resulta que jugará un papel importante. Luego otro poco de mejora en la eficiencia energética de los edificios, unos impuestos por aquí y algo de eficiencia energética por allá y ya están todos los gobiernos cooperando, tanto los de los países en los que los ciudadanos consumen 20 barriles de petróleo por persona y año, como los que apenas consumen nada, que son los más y a los que si no se especifica nada, se teme les vayan a caer sobre las espaldas los esfuerzos principales. En fin, primero se dice que más energía es más CO2 y luego se pone a jugar con el comercio de emisiones, los impuestos y los edificios, sin tocar el intocable modelo de crecimiento. Todo muy consistente.

Shell no se ha comprometido con ningún escenario. La compañía petrolífera utiliza de forma habitual supuestos varios de planificación, para analizar sus posibles consecuencias, con supuestos económicos y políticos muy diversos para sus estrategias a largo plazo.

No es de extrañar que el Sr. Van der Veer señalase que Shell prefiere el supuesto “anteproyecto”, pero expresó sus reservas sobre su viabilidad sin una aproximación mundial al comercio de emisiones.

Sigue el incomprensible e inconexo discurso del director de Shell: planifican a largo plazo y no ven lo que pasa hasta que está el problema (¡y qué problema!) encima. Y cuando lo tiene encima, sugiere que prefiere que el escenario sea de acuerdo entre gobiernos, en vez de enfrentamiento dramático por los recursos (¡toma, y yo!) y que esto no será posible sin un acuerdo (que no especifica y deja vago posiblemente de forma intencionada) sobre el comercio de emisiones. Cuando estos personajes dicen estas cosas, los pobres del mundo se pueden echar a temblar. Pueden temerse “mejoras”. Y de nuevo cabría preguntarse: si para der Veer un mayor consumo de energía es una mayor emisión de contaminantes, ¿qué pinta el comercio de emisiones en la solución del problema del aumento del consumo y los límites que prevé al mismo?

El escenario o supuesto “anteproyecto” supone que se llega a capturar el 90 por ciento del CO2 de las plantas de carbón y gas natural hacia el 2050 y al menos la mitad del CO2 emitido por las centrales eléctricas del mundo en desarrollo. Estas plantas no están operativas hoy día, hizo notar el responsable de Shell. “Será un trabajo duro y hay poco tiempo”, dijo.

Desde luego este hombre no tiene desperdicio, en el sentido literal de la palabra. Ni al parecer los combustibles que su empresa suministra. Nada menos que el 90% de las emisiones, atrapadas y condenadas a prisión perpetua, antes incluso de salir a la atmósfera en 2050. Inaudito. Esto es fe. Pero entonces, ¿Cómo se atreve a decir que mas consumo de energía son más emisiones? ¡Si lo tiene resuelto, aunque diga que va a ser duro y que hay poco tiempo!

Los comentarios del Sr. van der Veer coincidieron en la misma semana en que la Unión Europea lanzó reformas al sistema de comercio de carbón, con planes para obligar a las centrales térmicas a comprar permisos para emitir CO2.

Otros que todo lo arreglan comerciando. Tal para cual. Para que luego diga der Veer que no le escuchan.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, reconociendo el reto de asegurar la aceptación mundial de reducir las emisiones de carbono, dijo que la comisión consideraría la posibilidad de poner impuestos a las importaciones en la Unión Europea (provenientes) de países que no cumplan medidas equivalentes para reducir las emisiones de carbono.

Y aquí esta cuña en el artículo empieza a oler mal. No viene a cuento, en medio de las declaraciones del director de Shell, la declaración de intenciones de la Comisión Europea, pero deja clara y va generalizando la idea de que los poderosos van a ejercer de jueces del resto de los países del mundo, a la hora de juzgar si los demás cumplen o no los niveles de emisiones, que los mismos poderosos fijarán al resto del mundo. En las condiciones y niveles que los mismos poderosos se encargarán de fijar para ellos mismos y para los demás. Quizás una forma encubierta de cerrar fronteras en un sentido unidireccional y a conveniencia, según diseños producidos por los de siempre.

La predicción del Sr. van der Veer de que la industria petrolífera pronto tendrá que batallar para entregar petróleo y gas suficiente para cubrir la demanda, se hace eco de la preocupación creciente de otros líderes del sector petrolífero.

Ciertamente, el rosario de declaraciones de grandes dirigentes del mundo petrolífero e industrial, que ayer no veían nada y hoy ya ven las orejas al lobo cuando lo tienen encima, empieza a ser muy preocupante. Menos mal que como dice le presidente de General Motors, el Sr. Wagoner, la cosa podrá solucionarse (para su empresa, que es lo que le importa), pasándose a los coches eléctricos. Menuda visión de futuro. Menudas predicciones. Y estábamos y estamos en estas manos.

Entrevista a Jeroen van der Veer en la revista Shell Venster:
Entrevistador: parece como si la ejecución de nuevos proyectos de gas y petróleo estuviese llevando mucho más tiempo.

Jeroen van der Veer: Esta claro que el interés activo que los gobiernos están mostrando está conduciendo a retrasos en los proyectos. Las negociaciones para compartir los beneficios con la parte gubernamental están llevando mucho más tiempo que antes. Se podría pensar que los precios más altos de gas y petróleo llevarían a una aceleración de las decisiones, pero está sucediendo lo contrario. A largo plazo esto está influyendo en la velocidad a la que los nuevos proyectos pueden ponerse en producción.

Entrevistador: Estos retrasos están ocurriendo al mismo tiempo que el declive natural por la producción de petróleo y gas continúa y la demanda de energía está creciendo. La teoría del pico del petróleo parece ser correcta.

Jeroen van der Veer: La teoría del pico del petróleo, tal y como fue publicada por el antiguo empleado americano de Shell, King Hubbert, es correcta, al menos para el petróleo fácil (petróleo convencional fácil de extraer). Pero Hubbert no tenía el Golfo de México en su radar. Ni tampoco las arenas asfálticas de Canadá. Se puede formular una teoría del cenit para las arenas asfálticas, pero de momento estamos solo en el principio de esto. Y hay muchas más fuentes no convencionales que pueden ser desarrolladas.

Entrevistador: Pero el mundo consume actualmente 85 millones de barriles de crudo diarios. La mayoría viene de ese petróleo fácil que no se puede substituir tan fácilmente por las fuentes convencionales.

Jeroen van der Veer: Correcto. Se necesita desarrollar una considerable cantidad de conocimiento y know-how y grandes inversiones para los proyectos de petróleo no convencional. Hemos dicho que en 2015, alrededor de un 15% de la producción de Shell debería venir de fuentes no convencionales. La industria del petróleo ya es una industria muy intensiva en capital y esto solo puede aumentar, se convertirá en una industria de inversiones gigantescas. ¿Qué pruebas tengo de eso? El mundo en 2015 usará más energía que hoy y por cada barril se necesitará más inversión. Y esa tendencia no va acabar en 2015. Una población mundial creciente y un creciente bienestar son diferentes tipos de “verdades inconvenientes”.

Entrevistador: ¿Significa esto que el “petróleo a 100 dólares” es solo el principio?

Jeroen van der Veer: En todo caso, para nuestras decisiones de inversión estamos tomando como referencia un precio mucho más bajo para ver si vale la pena invertir en los proyectos. El “petróleo difícil” puede producirse fácilmente con sólidos fundamentos financieros a precios mucho más baratos que 100 dólares. La barrera casi mítica de los cien dólares por barril está basada en la percepción de una próxima escasez de capacidad en el mercado del petróleo. Pero pienso que la demanda de petróleo reaccionará a ese alto precio, aunque con algún retraso. De todas maneras, esto no llevará a un declive en la demanda, sino a un menor crecimiento de esta. También sabemos que hay mucho de psicológico en el actual precio. La realidad es que a través de la cadena nadie tiene que esperar para obtener petróleo: los petroleros no tienen que esperar a ser cargados, las refinerías no han de esperar a los petroleros, los camiones no han de esperar en las refinerías y los consumidores no tienen que esperar en las gasolineras. El sistema físico funciona de manera correcta. Además, es una ley económica que la demanda y el suministro siempre están en equilibrio. Parece que no todo el mundo se da cuenta de esto. A veces hay fricciones, que se muestran en el precio, que provoca la reacción de suministro y demanda. Esta ley aún no ha sido derogada.

Entrevistador: De acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía, en su más reciente World Energy Outlook, es posible que un “choque de suministro” ocurra entre 2012 y 2015, momento en el que el suministro no pueda satisfacer la demanda. ¿Qué probabilidades le da a esta predicción?

Jeroen van der Veer: No lo sé. Además de eso solo miro si como compañía tenemos suficientes oportunidades para nuestro negocio. No soy un gurú de la industria. De momento veo que tenemos recursos adecuados para desarrollar nuevos proyectos. Actualmente Shell tiene el equivalente a 60.000 millones de barriles de petróleo equivalente de “recursos a desarrollar” en los que podemos utilizar nuestra tecnología. Ahí es donde está mi atención.