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Las cartas sobre la mesa

  • Miércoles, 28 Febrero 2007 @ 13:55 CET
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Artículos El pasado mes de enero, El Economista publicó un artículo sin pelos en la lengua, del que su título da una idea: "El verdadero plan de Bush en Irak: el petróleo", el cual ya se comentó, aquí en CE.

Hoy, el mencionado diario digital, publica otro artículo igualmente esclarecedor: "Irak deja en manos extranjeras el control y la explotación de los pozos de petróleo", del cual reproduzco algunos pasajes:
George W. Bush casi lo ha conseguido. La futura ley de hidrocarburos de Irak -que abrirá al capital extranjero el mercado del tercer país del mundo con mayores reservas de crudo- está ya casi lista y contempla, como EEUU pretendía, serias concesiones a las multinacionales del oro negro que a buen seguro les reportará grandes beneficios.
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lo cierto es que, según el análisis de varios expertos conocedores de la nueva norma, con esta ley la industria del petróleo y el gas iraquí prácticamente tiende la alfombra roja a las empresas extranjeras.
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Se da la paradoja de que aunque en este Consejo estarán representadas las diferentes etnias del país, en él también se incluirá, entre otros, a "responsables de importantes compañías petrolíferas", por lo que según Jarrar y Jushasz, podría ocurrir que un ejecutivo de la poderosa petrolera americana Exxon Mobil esté presente en el mayor órgano de decisión sobre el sector del petróleo y gas iraquí. La ley, señalan ambos expertos, tampoco pone límites a los ejecutivos extranjeros a la hora de tomar decisiones sobre los contratos que afectan a sus propias compañías.
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En un Irak donde las mayores reservas de crudo se concentran en el Sur, dominado por los chiítas, y el Norte, en manos de los kurdos, las tensiones entre las diferentes regiones iraquíes ha sido la gran causa de la dilación de la nueva norma que, finalmente, se han solventado gracias a la potestad que se da a las autoridades de las diferentes etnias para negociar contratos con las compañías extranjeras. "El Kurdistán tiene garantizado una parte de las ganancias proporcional a su población", se aseguraba en un comunicado que el Gobierno kurdo emitió el pasado lunes después de anunciar un principio de acuerdo con el Ejecutivo central iraquí sobre el borrador del proyecto de la ley del petróleo.

Precisamente, esta concesión a las autoridades regionales, según muchos analistas, ahondará en la división interna de Irak y podría ser un paso hacia adelante para la pretensiones independentistas de algunos líderes locales.
Al final, se vislumbran las cartas del neocon: invadir Irak para imponer un gobierno que dicte unas leyes que acaben desestructurando el país, dividiéndolo en regiones irreconciliables, para negociar con cada lider local por separado las mejores condiciones para las compañías petrolíferas. Si la tormenta fue perfecta, el negocio a la vista, también lo parece.

Otra cuestión es ver si finalmente se saldrán con la suya. Pues hacer negocios encima de tantos cadáveres, no va a ser nada cómodo.