El que no corre, vuela

En la costa mediterránea, Castellón es la única provincia que no contaba hasta ahora con un aeropuerto. Su promotora, la diputación, ha previsto su conclusión para 2007 en el municipio de Vilanova dŽAlcolea. El proyecto, que conectará la provincia con España y el norte europeo, tiene una clara orientación turística, "decisiva para su total desarrollo", según Carlos Fabra, presidente de la diputación. A su construcción se unirá la edificación de 50.000 viviendas en los próximos año.

Crecer, crecer, crecer. A cualquier precio y de cualquier manera. No importa que sean negocios cuya solidez se apuntala con palillos y cinta adhesiva, como el turismo basado en compañías aéreas de bajo coste. Bastaría una subida de 10 o 15 Dólares el barril de petróleo para ver como estas aerolíneas cierran sus vuelos periféricos en menos de lo que las autoridades locales y las cámaras de comercio han tardado en cortejarlas.

El capital en ebullición busca negocios a ritmo frenético, sin pensar dos veces en la coyuntura de consecuencias que puede traer la dependencia económica del turismo británico o centroeuropeo. Con inviernos cada vez más calidos en las latitudes septentrionales, y con una economía que acusa ya el desfallecimiento del consumo en países como el Reino Unido, los altos costes crecientes de la energía, la presión gubernamental encubierta para modificar los hábitos consumistas (limitación de emisiones de CO2, draconianas medidas de seguridad en el transporte aereo, etc.)... la apuesta por el transporte aéreo ¡tiene Güevos!

La noticia original, en El Mundo: "Las ciudades 'olvidadas' buscan su propio hueco en el cielo español".