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El precio del uranio es signo de una próxima recesión económica

  • Martes, 02 Enero 2007 @ 20:44 CET
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Artículos Traducimos a continuación la conferencia ofrecida el 25 de diciembre de 2006 por Jay Taylor para Taylor Hard Money Advisors (THMA), editor de J. Taylor's Gold & Technology Stock Newsletter.
Puede que este editor haya estado recorriendo la tierra incluso una década más que James Dines, pero yo llevo observando los mercados desde que soy adulto desde la década de los 60, y podría estar de acuerdo con James Dines en que nunca ha existido un mercado como el actual del uranio. Lo más remarcable de todo es que a pesar de que los mercados de gas y petróleo han sufrido considerables correcciones, los precios del uranio han seguido subiendo.

Ya hemos explicado anteriormente las razones fundamentales de este fenomenal mercado alcista del uranio, pero déjenme hacer una vez más un rápido resumen de las fuerzas que están trabajando detrás del incremento del U308 (la pasta amarilla):
1. Las plantas nucleares emplean uranio como combustible. No hay sustituto. Así que si no tienen uranio, estas costosísimas instalaciones quedan paradas.

2. El precio del uranio en relación con los costes operativos totales son muy bajos, aún con los precios actuales. De hecho, un analista de Toronto llegó a estimar que el uranio debería costar unos 500$ la libra para llegar a igualar el precio del gas que alimenta las plantas de cogeneración.

3. La producción de uranio procedente de la minería sólo está cubriendo el 60% del consumo de combustible de los actuales 440 reactores que hay en el mundo. Así que las reservas de uranio del desmantelamiento nuclear de la Unión Soviética y EEUU está disminuyendo rápidamente.

4. No hay nuevos suministros de uranio significativos en cartera que vayan a entrar en producción antes del 2010 o después. Pero resulta que hasta que llegue ese momento se van a construir nuevas centrales nucleares hambrientas de nuevas fuentes de uranio. La semana pasada China anunció que iba a contratar a Westinghouse para construir 4 nuevas centrales y a Toshiba otras 3. Pero además hay decenas de nuevos proyectos en cartera en China, India y en general en todo el mundo. Y evidentemente todos ellos van a demandar uranio.

La siguiente gráfica, aún estando desfasada, explica muy bien por qué los precios del uranio están creciendo explosivamente y por qué continuarán haciéndolo previsiblemente en el futuro. Lo que se observa en la izquierda representa la producción histórica hasta el 2001. Como se puede observar, la producción total procedente de la minería ha sido insuficiente para satisfacer la demanda desde 1985.



Esta otra está más actualizada y muestra previsiones a largo plazo. (Artículo de origen)



También es cierto que los precios han estado cayendo desde el momento en que el uranio procedente del desarme nuclear golpeó el mercado. Pero ahora, como las reservas se están consumiendo, hay una creciente atmósfera de pánico en el mercado de uranio. Y este pánico se ha exacerbado recientemente con la inundación del lago Cigar, porque tenía que abastecer el 24% de la demanda mundial anual de uranio. Es probable que esta mina permanezca inactiva como mínimo un año hasta que se pueda volver a extraer mineral y se reinicien los estudios de ingeniería.



Los elevados precios han disparado una búsqueda frenética de nuevos yacimientos de uranio

Estas fuerzas que actúan en el mercado no sólo son alcistas sobre el uranio, sino que a mi juicio están haciendo que este metal sea la prueba de una recesión económica. Seguramente, si entramos es una onda de Kondratieff de gélido invierno, la demanda de energía declinará y los precios del gas y el petróleo caerán, quizá dramáticamente. No obstante, con una parte de la producción eléctrica mundial suministrada por centrales nucleares y con todas esas plantas necesitando mantener el suministro eléctrico incluso en medio de una crisis económica (y con los suministros de uranio en declive en un horizonte no muy lejano), se hace difícil ver una bajada de los precios del U308, aunque los costes de la minería se redujeran en medio de un entorno económico deflaccionario.