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Quien da primero recibe dos veces

  • Viernes, 24 Noviembre 2006 @ 00:25 CET
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Artículos Traemos a Crisis Energética un artículo de Ignacio Rosales, todo un pionero en la actividad fotovoltaica en España, que con el título aquí señalado, va dirigido a la jornada que la revista Energías Renovables ha publicado para unas jornadas sobre el tema.

Ignacio Rosales fue presidente y administrador de ASIF, la Asociación de la Industria Fotovoltaica en España, en sus orígenes. Impulsó muy fuertemente legislación a favor de la implantación de SF. Trabajó en una empresa estatal española y mantuvo su actividad profesional durante bastante tiempo en el extranjero, asesorando a empresas españolas. En este periodo contribuyó de forma desinteresada a la promoción de la tecnología solar fotovoltaica en países en desarrollo.

Sus conocimientos sobre lo intrincado de los procesos legales y administrativos para acogerse al régimen especial, especialmente para pequeñas instalaciones y usuarios, han producido este artículo en clave de humor y con una visión positiva, a pesar de los frenos y barreras, que incluimos aquí para nuestros lectores.

JORNADA ORGANIZADA POR LA REVISTA
“ENERGÍAS RENOVABLES”
22 NOVIEMBRE 2006


Intervención del primer generador fotovoltaico particular español reconocido por la nueva legislación que regula la conexión a la red de distribución.

Por Ignacio Rosales de Fontcuberta

La novedad fue noticia.

En este documento se recuerda la tramitación administrativa que tuvo que superar la primera instalación española de módulos FV en manos de un particular para conseguir su conexión a la red de baja tensión. Con la esperanza de que esta experiencia sea una simpática anécdota a conservar en el recuerdo, paso a rememorar una época ya olvidada y, a efectos prácticos, superada por la normativa de las Administraciones Autonómicas actuales.

Allá por el año noventa y ocho del siglo pasado, los tres únicos fabricantes españoles de módulos (hoy son más) me propusieron constituir la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF), oferta que acepté inmediatamente con gran ilusión puesto que, como dicen mis mejores amigos, soy un gran aficionado a meterme en asuntos de los que no tengo ni puñetera idea. Así pues, y con el apoyo de los expertos fabricantes e instaladores pioneros de estas nuevas tecnologías energéticas, puse en marcha ASIF con escasos medios económicos, y con abundante esfuerzo y voluntad.

Nada más conseguir la publicación del RD 2818, el 30 de diciembre de 1998, el Comité de Dirección me sugirió hacer un ejercicio práctico con trascendencia mediática para difundir esta modalidad solar, incentivada con la nueva prima recién aprobada y con las subvenciones a fondo perdido en vigor. Nadie mejor que el presidente de ASIF, ya conocido por la Administración General del Estado por su perseverancia y carácter trabajónico demostrados en la preparación del RD 2818, para que pusiera un rayo de sol en la sombría España fotovoltaica de aquellos años.

Convinimos que la propia asociación me vendería un instalación de 1.5 kWp, la más pequeña unidad de producción eléctrica de España.

“El interés que despierta en mí alguna buena idea depende de su capacidad para darnos ejemplo”

En aquellos días mi hija, mientras terminaba la carrera de Arquitectura, vivía en una pequeña casa unifamiliar adosada, en un barrio protegido del centro de Madrid. Ambas circunstancias (casa con tejado propio y sin vecinos, e hija con estudios de Arquitectura) me parecieron suficientes para subirme al kilovatio “verde”. Así pues, le propuse:

- Paula, voy a instalarte unos módulos FV en el tejado de tu casa. Así conocerás este tipo de energía renovable, e incluso podrás hacer tu proyecto fin de carrera incluyéndola como novedad energética. Darías el golpe vanguardista e innovador ¿no te parece?
- Padre, en la Escuela de Arquitectura de Madrid, al menos en 1999, puntúan otros conceptos arquitectónicos como el diseño externo, los materiales y la distribución de espacios, pero las instalaciones no se consideran ni se incluyen, por lo que los proyectos con energía solar fotovoltaica no puntúan.

Estaba claro que los padres se ponen al día escuchando a sus hijos. Paula expresaba la realidad de su escuela, al menos en aquellos tiempos. ¡Que no puntuaran los conceptos energéticos en un proyecto de fin de carrera, con la que estaba cayendo! Esperemos que con la aplicación del nuevo Código Técnico de la Edificación cambie, si es que no ha cambiado ya, la mentalidad de los profesores de la Escuela de Arquitectura de Madrid.

En una semana se instaló el quilovatio y medio de potencia pico, con un peso total de diez kilos por kilovatio y metro cuadrado, con la inclinación propia del tejado orientado al sur, y en la casa de la joven futura arquitecta. Y ahí empezaron mis pacientes y constantes esfuerzos pioneros para conseguir las bendiciones pertinentes de la “medio” recién regulada conexión a red. Había que conseguir permisos de dos entidades: la Administración Autonómica (pues la energía era ya una competencia transferida), y la Distribuidora Eléctrica. Ambas me autorizarían la conexión a la red, los permisos administrativos, y la subvención a fondo perdido. Al mismo tiempo, el Ayuntamiento, la Agencia Tributaria, las Compañías de Seguros y otros posibles protagonistas también deberían ser objeto de consulta e información, para conseguir la normalización administrativa de esta novedad energética que pretendía generalizarse.

Pero mi hija se interesó por el asunto, y seguimos dialogando.

- ¿Por qué dices que “quien da primero recibe dos veces”?

- Porque después de la instalación de Madrid vino la de Lorca, Murcia. También allí, en una casa del siglo XVIII hiperprotegida por la ordenanza municipal, me animé con la segunda instalación FV. Tuve la suerte de integrarla de tal manera que sólo podía acceder a ella el mismísimo sol, a cualquier hora del día. Mientras la de Madrid fue la primera autorizada de España, la de Murcia, dos años después, sólo fue la primera de Lorca. Pero, debo recordar, hubo otros pioneros particulares que compraron instalaciones y las conectaron a la red antes de que apareciera la legislación del 1998, por lo que mantuvieron sus instalaciones unos años sin legalizar, regalando la energía solar a la Distribuidora Eléctrica únicamente por el placer de producir energía limpia. Sigamos ahora con la tramitación de la instalación madrileña.

- ¿Cuánto te costó?

- En aquellos años noventa y nueve, una instalación de 1.5 kWp compuesta por: módulos de silicio monocristalino e inversor, colocada encima de un tejado accesible, sin obra civil y conectada a la red, me costó IVA incluido (y excluyendo la tramitación administrativa) 2.468.294 pesetas.

- La tramitación administrativa ¿por qué no te la ofreció el instalador?

- Porque, en esta primera instalación, la tramitación me interesaba descubrirla personalmente: allanar las dificultades, hacer de portavoz entre las autoridades y los asociados, y conocer las dificultades reales para poder informar convenientemente a los futuros usuarios. Los socios de ASIF por un lado me daban el soporte técnico, y por otro conocían de cerca los resultados de mis incipientes y tambaleantes movimientos por los pasillos y “galerías de los pasos perdidos” existentes en las Administraciones Públicas y en las Distribuidoras Eléctricas. El IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), al que tenía permanentemente informado, también me observaba atentamente.

- En tu opinión, ¿qué fue lo que más te costó conseguir?

- Pues realmente todo fue igual de complicado, y no por la mala fe de nadie, sino por la novedad y la posible trascendencia de un paso en falso, o de un permiso mal concedido. Las autorizaciones de la Comunidad de Madrid fueron ágiles. Entonces no había agobios como los de ahora: sólo pedían información verídica y fiable. Dado el tamaño de mi instalación, y que el RD 1663/2000 no había visto todavía la luz, la Comunidad autorizó el correspondiente registro (REPE) el 13 de marzo de 2000. Mi instalación es la número tres de la Comunidad (RED nº 03/00/b.1).

- ¿Por qué la 03? ¿No tenía que haber sido la 01?

- Las dos primeras inscripciones se las concedieron a dos gasolineras de BP, que empezaron a volcar energía solar a la red varios meses después de haber conectado la mía. También tuve un pequeño tropiezo con la subvención concedida.

- ¿Qué pasó con la subvención?

- Seguí al pie de la letra las exigencias administrativas que regían en ese momento, en contra de la opinión más laxa y permisiva de algunos, que me proponían interpretarlas a mi manera cambiando - en las facturas de compra - las fechas reales por las fechas reglamentarias, “como se suele hacer”, me decían. El acceso a la subvención exigía unos plazos en el montaje y puesta en marcha que mi instalación no cumplía. Por lo tanto, cuando estuvo montada e inyectando a la red, la fecha real de la factura no se ajustaba al reglamento. Para entonces la Administración autonómica ya había contestado mi solicitud concediéndome la subvención, por lo que tenía dos posibilidades: cambiar las fechas reales de las facturas por las ajustadas al reglamento, o renunciar a la subvención de ese año y esperar a solicitarla el siguiente. Opté por la verdad, es decir, por la segunda posibilidad. Y así se lo comuniqué a la Comunidad de Madrid, el 8 de octubre de1998.

- ¿Y cuál fue su reacción?

- Al año siguiente, cumplidos todos los requisitos formales, volví a solicitar la misma subvención. Mi sorpresa fue grande cuando recibí la carta concediéndomela con una sustanciosa rebaja. La primera subvención ascendía a 1.185.600 pts, y la que realmente me concedieron al año siguiente fue de 844.740. Un 71 y algo por ciento menos. “Sonseras, cosas que pasan”, dicen los gauchos de la Pampa argentina…

- ¿Y qué pasó con el contrato y la indicación del punto de conexión de la Distribuidora? ¿Te pusieron las cosas fáciles?

- En aquellos momentos me pareció que la desgana superaba al interés por facilitarme la conexión. “¡Una gran tontería, la conexión a red de la fotovoltaica!”, oí decir a una personalidad relevante del sector eléctrico. Tardaron ocho meses en firmarme el contrato de compra de la energía producida por el sol pero, según han evolucionado las cosas, pienso que fueron diligentes. La verdad, tuve que utilizar toda mi imaginación, paciencia, mano izquierda, perseverancia, sentido del humor, mis buenos contactos con la Dirección de la Distribuidora y, sobre todo, la transparencia informativa para firmar el anhelado contrato. Al fin lo conseguí. Aunque no me dejaron hacerme la foto en el momento de la firma, fue suficiente tenerlo firmado a través del correo postal. Así son los principios de cualquier actividad iniciada por imperativo legal: lo bueno para unos es malo para otros. A mi entender firmamos un documento descolorido: era el contrato que se firmaba con los cogeneradores, aunque adaptado a la energía fotovoltaica. Pero este documento fue suficiente para que, una vez aceptado por ambas partes, aprovechara un encuentro con el propio Consejero Delegado de la Distribuidora para preguntarle: “¿Te importa que lo haga público?” “Por supuesto Ignacio, puedes hacerlo público cuando quieras, sin ninguna duda”. Esta autorización, dada en una asamblea organizada por el Club de la Energía, fue el pistoletazo de salida. Al lunes siguiente salían ciento catorce cartas hacia los medios de comunicación, con la noticia bomba: “la primera instalación fotovoltaica de España en manos de un particular consigue vender el Sol a una Distribuidora Eléctrica”, era más o menos el texto de la noticia enviada. A partir de entonces mi vida cambió de ritmo, y surgió la arritmia en mi riego sanguíneo. Me convertí de la noche a la mañana en noticia, en el “Quijote Fotovoltaico”, como me llamó uno de los Socios de Honor de ASIF a raíz de la foto que me hizo EL PAÍS a toda plana, subido en una escalera a la altura del tejado, frente a las placas. Esto ocurría el día 7 de marzo del año 2000. Tan sólo me faltaban la armadura y la adarga defensiva. No tuve un momento de respiro en mucho tiempo. Los Medios no descansaban ante la noticia, y cualquier hora de cualquier día era buena para entrevistar al supuesto héroe. Era todo un logro histórico, y había que divulgarlo a toda plana. Las otras empresas Distribuidoras Eléctricas se abalanzaron al teléfono, y llamaron al valiente empleado que me había firmado el contrato: “Qué has hecho, insensato: has abierto la caja de los truenos”, alguien me comentó que había oído decir.

- ¿En Lorca también tuvo la misma repercusión en la prensa?

- Ni mucho menos. En el año 2002 ya no era noticia novedosa. Salí en el periódico local porque la restauración de mi casa original del XVIII, situada en el casco histórico, sedujo a la periodista responsable de la noticia. Quise que el alcalde apretara el botón de puesta en marcha incluyendo la visita entre los actos de su campaña electoral, pero no lo conseguí. Fíjate ahora lo “fotovoltaico” que se ha vuelto este buen alcalde, promoviendo una de las mayores instalaciones de España: pero entonces no quería ni oír hablar de la FV. Cuando me acercaba a comentarle su funcionamiento, y le animaba a conocerla personalmente, ponía cara de estar pensando “aquí está otra vez este pesado con sus placas solares...” La tramitación de la conexión a la red también fue complicada, pero siempre hay algún empleado amable y sensibilizado por las energías renovables que te sopla al oído la información que necesitas. Al fin, y con la ayuda de sus técnicos lorquinos, pude firmar el contrato.

- ¿Conseguiste subvención?

- Del IDAE y de la Región de Murcia. El Consejero y sus Directores fueron desde el primer momento muy receptivos y positivos. Trabajamos juntos y nos intercambiamos información, por lo que decidieron ampliar en los años sucesivos los presupuestos dedicados a subvencionar estas instalaciones. También me pidieron participar en la primera conferencia informativa sobre esta energía, a la que asistió una nutrida representación financiera y empresarial de Murcia, y me encargaron la redacción del texto del documento informativo sobre la Energía Solar Fotovoltaica en la Región de Murcia. De aquellas acciones iniciales se derivan las recientes iniciativas, que harán posibles las grandes instalaciones solares programadas en la Región.

- Creo recordar que el propio IDAE tenía grandes dudas acerca de la obligatoriedad de darse de alta en la cuota de autónomos como productor fotovoltaico, ¿no?

- Hubiera sido el principio del fin de las pequeñas instalaciones. La cuota de autónomo es tan alta, que la escasa facturación se la comería la Seguridad Social. Afortunadamente, también en este caso tropecé con la funcionaria lógica y eficaz, aquella que está detrás de una mesa, oculta tras un montón de expedientes y sin echar un pitillito, las ocho horas reglamentarias. Me aconsejó bien. “Escribe una carta detallando la actividad que vas a desarrollar, y destacando que no exige dedicación personal alguna. Es como si alquilaras un local o una vivienda. Sus propietarios no tienen que darse de alta como autónomos, ¿verdad? Bueno, pues eso”. El consejo fue definitivo. Aun así la respuesta a mi carta, en uno de sus párrafos, era algo ambigua. Estaba claro que su jefe no quería comprometerse demasiado y dejaba una rendija abierta, por si las moscas, no fuera que se electrocutara con un calambrazo solar. Pero esta rendija se cerró al poco tiempo con la práctica, la aceptación social y con el sentido común que, afortunadamente, se impuso. No hay que darse de alta en autónomos. Todo un éxito.

- Técnicamente ¿es complicado cumplir la legislación aplicable a estos módulos?

- En mi primera instalación de Madrid ni siquiera se había redactado el RD 1663, por lo que todas las autorizaciones que conseguí se basaron en la creencia de la Administración de que el equipo técnico que estaba detrás de mi instalación era de total confianza. Prueba de ello es que nunca fue visitada por el Distribuidor. Se fiaron de los especialistas que me rodeaban o prefirieron no volver a verme: no lo tengo muy claro. Pero, bromas aparte, semejante confianza del Distribuidor en mi instalación me daba seguridad. Las cosas bien hechas dan menos problemas. Cuando, a causa de las obras que ahora se realizan en la casa contigua, me avisaron de un corte de suministro en la zona, me lancé a advertir a los operarios que la instalación FV estaba en funcionamiento. Se rieron: “No se preocupe, que aquí no pasa nada. Lo tenemos todo controlado. La instalación puede seguir funcionando”. No me dieron más explicaciones. Es decir, la instalación es tan sencilla, y los técnicos operarios tan conocedores de lo que tienen entre manos, que mi tranquilidad es absoluta. Claro está, siempre que se cumpla al pie de la letra el RD 1663. Yo lo cumplí anticipadamente, pues los técnicos que la instalaron fueron los mismos que trabajaron con el Ministerio en el texto del RD de conexión a la red, publicado en septiembre del 2000.

- ¿Requiere mucho mantenimiento esta instalación?

- La verdad es que a mí poca guerra me ha dado. En una ocasión se estropeó un interruptor magnetotérmico, y se paró. Lo cambiaron, y hasta hoy; en siete años no he tenido otro problema. De vez en cuando, especialmente en verano, le doy un manguerazo con agua a presión con dos objetivos: primero, quitarle el polvo de las obras cercanas y, segundo, enfriarla debido a las altas temperaturas estivales. Eso sí: hay que estar pendiente para saber cuando deja de funcionar, y tomar las medidas oportunas. Recientemente tuve una llamada: “Las placas han amanecido blancas como la nieve en pleno mes de julio”. Estaba de viaje y no podía comprobarlo personalmente, pero la información fue precisa: los operarios de la maldita obra colindante, pintando a pistola la nueva estructura metálica, debido a un golpe de viento salpicaron sin contemplaciones el tejado vecino, manchándolo escandalosamente. Llamé al constructor, amenazándole con la más terrible de las denuncias: avisar a EL PAÍS para que hiciera un reportaje sobre la falta de medidas y sensibilidad energética que tiene esta obra. Todos se hicieron cargo de la situación, y se pusieron “manos a la pintura”. La operación de limpieza duró quince minutos, y la pintura resbaló por el cristal acompañando a las propias gotas de agua de lluvia artificial que le caían. Fue una buena experiencia, que debe ilustrar y animar al nuevo empresario FV. El mantenimiento es sencillo. tanto de las placas como del ondulador (inversor). Y cada día es más sencillo, porque la tecnología del año 1999 ha sido ampliamente mejorada en el año 2006, tanto en el rendimiento de las células como en el funcionamiento contrastado del ondulador.

- ¿Tienes la misma opinión respecto de la puesta en marcha de la segunda instalación murciana?

- En Lorca tuve problemas con el ondulador. Mi proveedor me envió un modelo experimental que tuvo que poner a punto sobre la marcha y, debido a la distancia, sufrí un retraso de varios meses hasta lograr su pleno rendimiento. Consejo: no compres la instalación a un proveedor lejano. Aunque hoy en día todo esto ha cambiado radicalmente. Fíjate, en el año 2002 integraban ASIF cuarenta industriales. Ahora creo que son más de doscientos, repartidos por todo el territorio nacional. Imprescindible: tener cerca a un proveedor experto, dispuesto a mantener tu instalación a pleno rendimiento en todo momento.

- Y ¿qué te pasó con el Ayuntamiento de Madrid?

- Con el ánimo de hacer las cosas bien, me presenté en la Gerencia de Urbanismo solicitando la licencia pertinente. La respuesta fue lógica.
. No hay licencia específica para esas placas… “foto ¿qué”?.
. “Pues qué me propone”, le pregunté a la funcionaria que me atendía.
. Sacar una licencia pagando la misma cuota que pagan las antenas de TV, que es lo más asimilable a lo que usted quiere poner. Es decir, 16.115 pesetas.
. “De acuerdo. Déme por favor “cuarto y mitad” de licencia de antena para placa fotovoltaica huérfana de padre municipal”, pensé para mis adentros sin pronunciar palabra alguna. Salí muy contento con mi recibo en la mano. Creo que nadie más ha pagado nunca por este concepto una licencia tan improvisada. Con el papelillo a buen recaudo, me fui por las alturas a la búsqueda del Concejal de Actividades Empresariales: Industria. Ahí el diálogo fue inmejorable: nos hicimos amigos, pues se acordaba de mi época en Promadrid. Me conectó con el Concejal responsable de las Colonias y Edificios Protegidos, y allá me fui en busca de cobijo energético. Uno de los días en que convocaba al comité de expertos sobre la materia, me citó en Gerencia. Conocí a todos los sabios arquitectos y especialistas en edificios protegidos que asesoran al Ayuntamiento. Después de exponer el “estado del arte” y de dejarles documentación europea y española sobre la materia, revistas especializadas, y mis tarjetas de ASIF, les hice la gran pregunta: ¿Qué permiso necesitan estas instalaciones cuando se colocan dentro de la “almendra” (lo que está dentro de la M 30), o en un barrio protegido como el mío? Tras un breve silencio y miradas cruzadas llegó la respuesta: “lo estudiaremos caso por caso”. Me levanté y, muy cordialmente, me despidieron deseándome mucha suerte. Decidí dar por terminadas mis consultas municipales. Ya había cumplido facilitando todo tipo de detalles, y quedando a su disposición “para lo que gusten”, como se dice en las Vistillas.

- Y con Hacienda, ¿cómo te fue?

- También tengo algo que contarte, a modo de aviso a navegantes. Primero fui a ver al Secretario de Estado, quien me recibió con dos de sus especialistas. Les pedía desgravación fiscal a la inversión para los productores FV particulares, ya que las empresas sí que gozaban de este privilegio fiscal. Me atendieron y escucharon con atención. Después visité al Jefe de la Agencia Tributaria que me correspondía. También me recibió y atendió con amabilidad. Pero las instrucciones que me dio me crearon problemas cinco años después cuando me citó el departamento de Gestión Tributaria, más dura que la propia Inspección, con una carta: “Debe incluir en su declaración la subvención obtenida”. Me presenté con todas las declaraciones anteriores.
o Usted ha cobrado una subvención del IDAE en el año 2002, y no la ha declarado.
o La declaré el año anterior, cuando me la concedieron. Así lo hice por indicación de su jefe, a quien vine a consultar.
o ¿…?. Lo comprobaré.
o “¿Y no podría cambiar mi declaración traspasando este ingreso al año del cobro, como me indica ahora?”, le pregunté para ver su reacción, conociendo de antemano su respuesta negativa.
o No se puede. Usted ha elegido el periodo de devengo y no el de cobro. Y ya que estamos aquí….
A continuación, el joven funcionario me pidió todo tipo de detalles y explicaciones. Todo fue justificado convenientemente, incluso le llevé el BOE con los beneficios fiscales, que desconocía. Cuando le pedí que me aplicara las desgravaciones fiscales aprobadas me dijo que, al ser mi instalación anterior, no era posible. Moraleja: no seas diligente ni el primero en nada pues, de serlo, también serás el primero en pagarlo todo. Lo mejor: pasar desapercibido dentro del pelotón, pues si no te costará un riñón.

- ¿Y qué más desdichas has tenido con tu primera y diminuta instalación FV conectada a la red?

- Con los seguros también tuve que emplearme a fondo, pasar el examen como presidente de ASIF y, posteriormente, como particular; pero como no he tenido ningún siniestro, no podría decirte como reacciona la compañía. La incluyeron en mi póliza del hogar, como parte del continente.

- Pero ahora vivimos este “boom” fotovoltaico debido al nuevo RD 436 de marzo del 2004 que ha desbordado todas las expectativas, tanto de la Administración como de los fabricantes e instaladores,¿no?

- La reacción del mercado no era previsible entonces. Pero, como siempre, todo tiene su parte buena y su parte mala.

- Me podrás hablar de la rentabilidad de tu instalación, ¿verdad?

- Al final te adjuntaré los datos económicos que te comento ahora. Por ejemplo, no debemos olvidar que la producción de electricidad a partir de la células FV depende de muchas variables puramente técnicas, como son: las horas de sol (dependiendo de la zona geográfica, de edificios cercanos que puedan dar sombra, de los árboles, del polvo superficial, de la suciedad causada por los pájaros), de la incidencia perpendicular de los fotones solares (inclinación de las placas, con seguidores de dos ejes, de uno o varios módulos fijos), del calentamiento de la célula (a mayor temperatura, menor rendimiento), de la cercanía del punto de conexión (un punto lejano ocasiona pérdidas por transporte), de la calidad de las placas reflejada en las garantías de los fabricantes (silicio monocristalino, policristalino o amorfo), de la eficiencia de los equipos de inversión de la corriente continua en alterna (actualmente la tecnología ha mejorado sensiblemente su rendimiento), y de su integración en el edificio, como algunos de los condicionantes más importantes que inciden directamente en la producción. En estas instalaciones pequeñas los rendimientos económicos dependen fundamentalmente de la subvención, pues la prima y las desgravaciones fiscales a incluir en el IRPF no son suficientes. Los gastos de mantenimiento, administración, alquiler del equipo de medida, eventual vigilancia, amortización y seguro también inciden en el coste real del kWh vendido. En mi instalación preferí comprar directamente el equipo de medida, con sus certificados de buen funcionamiento. Eso fue lo que me recomendó el propio Ministerio de Industria. Creo que ahora algún Distribuidor alquila estos equipos, lleva a cabo la lectura del contador, y confecciona la factura a pagar al productor FV a efectos del cálculo del IVA. Por este trabajo carga unos gastos, que deduce de la liquidación final que paga al productor FV. Mi caso es distinto: yo me hago mis facturas y liquido el IVA correspondiente.

- Finalmente ¿qué recomendaciones me haces si quiero invertir en placas fotovoltaicas conectadas a la red?

- Primero te diría que inviertas en tu propia casa, nave o solar. Si esto no es posible, en huertas solares, y siempre vigilando a quién confías tu dinero. No se lo des a promotores que no tengan módulos disponibles en las fechas acordadas, carezcan de experiencia, o hablen mal de la competencia. En este último caso, sospecha. En España, el desarrollo fotovoltaico conectado a la red tiene pocos años de experiencia, y las tramitaciones administrativas todavía son complejas y laboriosas. Conocer la legislación, y las posibilidades reales de conexión a la red, es tan importante como la tecnología y la disponibilidad de células. El terreno, los permisos y la financiación son básicos, pero más fáciles de obtener. Te recomiendo que acudas a un especialista conocedor de la tecnología, viejo en el sector y joven de mentalidad, dispuesto a conseguir los permisos en el menor tiempo posible. Para ello tiene que estar bien conectado con las Comunidades Autónomas correspondientes. Cada Comunidad Autónoma tiene su librillo administrativo, y su mayor o menor interés en promocionar esta energía. Además cada zona disfruta de diferentes grados de insolación y, al ser la prima la misma en todo el territorio español, su situación geográfica afecta directamente a la rentabilidad económica. Hay que estudiar todos estos condicionantes antes de tomar una decisión acertada. Los rendimientos que te indica el proveedor deben estar garantizados. Además, al día de hoy (octubre 2006) el RD Ley 7/2006 de 23 de junio introduce una serie de incertidumbres que deberán aclararse dentro de este año. Si cambia el procedimiento del cálculo de la prima FV, también cambiará la rentabilidad de la inversión. Confiemos en que, al menos, el objetivo de los 400 MWp pueda cumplirse con la nueva legislación anunciada, e incluso se supere. El nuevo Secretario de Estado responsable de la energía, conocedor de la fotovoltaica, seguro que no nos defraudará. Nos conviene a todos. Siempre te recomendaré que inviertas en energías renovables, cualquiera que sean éstas, y que aconsejes a tus clientes que también lo hagan. Estarás contribuyendo a mejorar la calidad del aire que respiramos todos. “Pásalo”, como decís ahora los jóvenes.










DATOS ECONÓMICOS:
PRIMERA INSTALACIÓN FV CONECTADA A LA RED
(Madrid, 1999)

Coste de instalación 2.468.294 pts 14.835 €
Subvención CAM 844.740 pts 5.077 €

Facturación neta desde
13.3.2000 hasta 31.12.2005 3.038,82 €
Gastos de mantenimiento insignificantes
Amortización 15% anual
Seguro sin contabilizar
Desgravación fiscal sin aplicar
Gastos de administración sin estimar
Gastos financieros inexistentes


Madrid, octubre 2006
Ignacio Rosales de Fontcuberta
607 520 023