Contributed by: EdgarMex on Jueves, 08 Junio 2006 @ 06:28 CEST
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La primera, fue la obligación de responder a un añejo reclamo popular que ya había demostrado, con las anteriores renuncias de Sánchez de Losada y la de Carlos Mesa, que no toleraría ninguna otra opción que la nacionalización.
La segunda fue el propio sentimiento nacionalista de Evo, que además de recuperar el dominio sobre el gas y el petróleo, promovió y colocó como ministro de hidrocarburos a uno de los analistas de los recursos energéticos mas críticos en Bolivia, Andrés Solís. Y la tercera, la confianza que le otorga el valor geoestratégico que tiene en este momento el gas a nivel mundial, para algunas de las grandes compañías asiáticas y de Europa del Este que ya hacían fila para acercarse al país andino.
Sin el respaldo de grandes petroleras que le permitieran a Evo una alternativa para el desarrollo de sus recursos, en caso de la estampida de las occidentales, es probable que la decisión sobre los hidrocarburos hubiese sido mas mesurada. Ahora, según informa el portal de “Invertia”, aparece en el escenario la poderosa compañía del gas Gazprom que se encuentra analizando la posibilidad de invertir unos 3.000 millones de dólares en exploración y producción de crudo y gas, así como de industrialización y transporte para llevar gas a México y a Estados Unidos.