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Los planes de Irán

  • Martes, 18 Abril 2006 @ 13:09 CEST
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Artículos Irán parece ser el protagonista geopolítico preferido de los analistas a la hora de buscar causas al reciente récord de los precios del petróleo. En parte, esta subida se le atribuye a la revelación por parte de Seymour Hersh, notable periodista estadounidense, de los supuestos planes de guerra para Irán. Su artículo "The Iran Plans", publicado en The New Yorker, dió la vuelta al mundo, y ha supuesto el inicio de una seria polémica en los Estados Unidos acerca de las intenciones de la administración Bush hacia Irán y la reacción que estos planes (que al parecer barajan el uso de armas nucleares) han provocado en el estamento militar, con declaraciones de algunos militares retirados que llevan su crítica hasta la mismísima guerra de Irak.

Por su gran interés, reproducimos a continuación el artículo de Hersh, traducido al español por Inma Martín, ya discutido, junto con otros datos relevantes para la crisis iraní, en los foros de Crisis Energética. Anales de seguridad nacional.
Los planes de Irán.
Por Seymour M. Hersh.

Versión original en inglés: The Iran Plans
Traducido para Crisis Energética por Inma Martín
Revisado por Erebus
¿Iría el presidente Bush a la guerra para impedir que Teherán consiga la bomba?

La Administración Bush, mientras defiende públicamente la diplomacia para evitar que Irán persiga un arma nuclear, ha incrementado las actividades clandestinas dentro de Irán y ha intensificado la planificación de un posible gran ataque aéreo. Los actuales y los anteriores directivos militares y de inteligencia dijeron que los grupos de planificación de la Fuerza Aérea están elaborando listas de objetivos, y equipos de tropas de combate americanas han recibido órdenes clandestinamente respecto a Irán, de que consigan información sobre objetivos y de que establezcan contacto con grupos étnicos minoritarios anti-gobierno. Los directivos dicen que el presidente Bush está decidido a negarle al régimen iraní la oportunidad de comenzar un programa piloto, planeado para esta primavera, para enriquecer uranio.

Agencias de inteligencia americanas y europeas, y la Agencia Internacional de la Energía Atómica (A.I.E.A.) están de acuerdo en que Irán está concentrado en desarrollar la capacidad de producir armas nucleares. Pero hay estimaciones que difieren ampliamente unas de otras sobre cuánto tiempo tardará, y si la diplomacia, las sanciones, o la acción militar son la mejor forma de prevenirlo. Irán insiste en que su investigación es sólo para uso pacífico, cumpliendo el Tratado de No Proliferación Nuclear, y en que no será retrasado ni interrumpido. Hay una creciente convicción entre miembros del ejército de los EEUU y en la comunidad internacional de que el objetivo final del presidente Bush en la confrontación nuclear con Irán es el cambio de régimen. El presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, ha desafiado la realidad del Holocausto y ha dicho que Israel debe ser "borrado del mapa". Bush y otros de la Casa Blanca lo ven como un Adolf Hitler potencial, dijo un antiguo funcionario de inteligencia de alto rango. "Ése es el nombre que están usando. Dicen:'¿Conseguirá Irán un arma estratégica y amenazará con otra guerra mundial?' "

Un consultor del gobierno vinculado estrechamente con el liderazgo civil en el Pentágono dijo que Bush estaba "absolutamente convencido de que Irán va a conseguir la bomba" si esto no se detiene. Dijo que el presidente cree que debe hacer "lo que ningún demócrata ni republicano que resultara elegido en el futuro tendría el coraje de hacer", y "que salvar a Irán va a ser su legado".

Un antiguo funcionario de defensa, que aún trata asuntos delicados para la Administración Bush, me dijo que la planificación militar tenía como premisa la creencia de que "una campaña sostenida para la bomba en Irán humillará al liderazgo religioso y llevará al pueblo a sublevarse y derrocar al gobierno". Añadió: "quedé impactado cuando oí eso, y me pregunté a mí mismo '¿Qué están fumando?' "

El fundamento para el cambio de régimen fue articulado a principios de marzo por Patrick Clawson, un experto en Irán que es el subdirector de investigación de Política de Oriente Próximo en el Instituto Washington, y quien ha apoyado al presidente Bush. "Mientras Irán tenga una república islámica, tendrá un programa de armas nucleares, al menos clandestinamente", dijo Clawson al Comité de Relaciones Exteriores del Senado el 2 de marzo. "La cuestión clave, por lo tanto, es: ¿Cuánto durará el actual régimen iraní?"

Cuando hablé con Clawson, enfatizó que "esta Administración está poniendo un gran esfuerzo en la vía diplomática". Sin embargo, añadió, Irán no tenía más opción que acceder a las demandas de América o afrontar un ataque militar. Clawson dijo que teme que Ahmadinejad "vea a Occidente como debilidades e ideas a las que eventualmente cederemos. Tenemos que estar preparados para tratar el tema de Irán si la crisis se intensifica". Clawson dijo que él preferiría confiar en el sabotaje y en otras actividades clandestinas, tales como "accidentes industriales". Pero sería prudente, dijo, prepararse para una guerra mayor, "dada la forma en que están actuando los iraníes. Esto no es como planear invadir Quebec".

Un planificador militar me dijo que las críticas de la casa Blanca a Irán y el alto ritmo de planificación y actividades clandestinas suponen una campaña de coacción dirigida a Irán. “Tienen que estar preparados para ir, y nosotros veremos cómo responden”, dijo el directivo. “Tienen que presentar realmente una amenaza para conseguir que Ahmadinejad se eche atrás”. Añadió: “La gente cree que Bush ha estado centrado en Saddam Hussein desde el 9/11”, pero, “desde mi punto de vista, si tuvieras que nombrar una nación que fuera su objetivo de forma absoluta, ésta es Irán”. (En respuesta a peticiones detalladas de comentarios, la Casa Blanca dijo que no comentaría sobre planificación militar pero añadió: “Como ha indicado el presidente, estamos buscando una solución diplomática”; el Departamento de Defensa también dijo que se estaba tratando el tema de Irán a través de “canales diplomáticos” pero que no daría más detalles de eso; la C.I.A dijo que había “inexactitudes” en este informe pero que no las especificaría).

“Este es mucho más que una cuestión nuclear”, me dijo un diplomático de alto rango en Viena. “Esto es sólo un punto a tratar, y aún hay tiempo para tratarlo. Pero la Administración cree que no puede ser tratado a menos que controlen los corazones y las mentes de Irán. La verdadera cuestión es quién va a controlar Oriente Medio y su petróleo en los próximos diez años”.

Un asesor de alto rango del Pentágono sobre la guerra al terrorismo expresó una visión similar. “Esta Casa Blanca cree que la única forma de resolver el problema es cambiar la estructura de poder en Irán, y eso significa guerra”, dijo. El peligro, dijo, era que “esto también refuerza la creencia dentro de Irán de que la única forma de defender el país es tener habilidad nuclear”. Un conflicto militar que desestabilice la región también podría aumentar el riesgo de terrorismo: “Hezbollah entra en el juego”, dijo el asesor, refiriéndose al grupo terrorista considerado uno de los más exitosos del mundo, y el cual es ahora un partido político libanés con fuertes vínculos a Irán. “Y aquí viene Al Qaeda”.

En las últimas semanas, el presidente ha iniciado discretamente una serie de conversaciones sobre planes con respecto a Irán con unos pocos senadores y miembros del Congreso clave, incluyendo al menos un demócrata. Un importante miembro del House Appropriations Committee, que no participó en las reuniones pero ha discutido su contenido con sus colegas, me dijo que no había habido “ninguna sesión informativa formal”, porque “son reacios a informar a la minoría. Están informando al Senado, un tanto selectivamente”.

El miembro de la Casa dijo que nadie en las reuniones “se opone realmente” a las conversaciones sobre guerra. “Las personas a las que están informando son las mismas que dirigieron el ataque en Irak. Como mucho, surgen las preguntas: ¿Cómo vas a atacar todos los sitios a la vez? ¿Cómo vas a lograr alcanzar una penetración suficiente?” (Irán está construyendo instalaciones subterráneas.) “No hay presión por parte del Congreso” para no adoptar la acción militar, añadió el miembro de la Casa. “La única presión política viene de los chicos que quieren hacerlo”. Hablando del presidente Bush , el miembro de la Casa dijo: “Lo más preocupante es que este chico tiene una visión de mesías”.

Algunas operaciones, aparentemente encaminadas en parte a intimidar a Irán, están ya en marcha. Los aviones tácticos de la Marina de los EEUU, que opera desde portaaviones en el Mar de Arabia, han estado realizando misiones simuladas de disparo de armas nucleares –maniobras de ascenso rápido conocidas como bombardear “sobre el hombro” – desde el pasado verano, dijo el antiguo funcionario, dentro del alcance de radares costeros iraníes.

El mes pasado, en una ponencia de una conferencia sobre seguridad en Oriente Medio que tuvo lugar en Berlín, el Coronel Sam Gardiner, un analista militar que dio clase en el Colegio Nacional de Guerra antes de retirarse de la Fuerza Aérea, en 1987, aportó una estimación de qué sería necesario para destruir el programa nuclear de Irán. Trabajando a partir de fotos de satélite de las instalaciones conocidas, Gardiner estimó que tendrían que ser atacados al menos cuatrocientos objetivos. Añadió:

No creo que un planificador militar de los EEUU quisiera parar ahí. Irán posiblemente tiene dos plantas de producción química. Las atacaríamos. Querríamos atacar los misiles balísticos de medio alcance que han sido recientemente desplazados más cerca de Irak. Hay catorce campos de aviación con aviones protegidos... Querríamos librarnos de esa amenaza. Querríamos atacar los recursos que podrían ser usados para amenazar la navegación del Golfo. Esto significa tener como objetivo los emplazamientos de misiles de crucero y los submarinos diesel iraníes... Algunas de las instalaciones podrían ser muy difíciles de atacar incluso con armas penetrantes. Los EEUU tendrán que usar unidades de Operaciones Especiales.

Uno de los planes iniciales del ejército, según se presentó a la casa Blanca por el Pentágono este invierno, hace una llamada al uso de un arma nuclear táctica destructora de búnkers, tal como el B16-11, contra emplazamientos nucleares bajo tierra. Un objetivo es la planta centrifugadora principal de Irán, en Natanz, casi doscientas millas al sur de Teherán. Natanz, que ya no está bajo la salvaguardia de la A.I.E.A., según se informa tiene espacio subterráneo para albergar cincuenta mil centrifugadoras, y laboratorios y espacios para trabajar enterrados a aproximadamente setenta y cinco pies bajo la superficie. Este número de centrifugadoras podría proporcionar suficiente uranio enriquecido a alrededor de veinte cabezas nucleares al año. (Irán ha reconocido que inicialmente mantuvo la existencia de su programa de enriquecimiento escondido de los inspectores de la A.I.E.A., pero afirma que ninguna de sus actividades actuales está prohibida por el Tratado de No Proliferación Nuclear). La eliminación de Natanz sería un importante contratiempo para las ambiciones nucleares de Irán, pero las armas convencionales del arsenal americano no podrían asegurar la destrucción de instalaciones bajo setenta y cinco pies (25 metros) de tierra y roca, especialmente si están reforzadas con hormigón.

Hay un precedente en la Guerra Fría de tener como objetivo búnkers profundos subterráneos con armas nucleares. A principios de los noventa, la comunidad americana de inteligencia vigilaba cómo el gobierno soviético comenzó a excavar un enorme complejo subterráneo en las afueras de Moscú. Los analistas concluyeron que la instalación subterránea estaba designada para la “continuidad del gobierno” –para que el liderazgo militar y político sobreviviera a una guerra nuclear. (Hay instalaciones similares en Virginia y Pensilvania para el liderazgo americano). La instalación soviética aún existe, y mucho de lo que EEUU sabe sobre ella está clasificado. “Los ‘delatores’ –la pista- “fueron los troncos de ventilación, algunos de las cuales estaban disimulados”, me contó el antiguo funcionario de inteligencia de alto rango. A la vez, dijo, se había determinado que “sólo armas nucleares” podrían destruir el búnker. Añadió que algunos analistas de inteligencia americanos creen que los rusos ayudaron a los iraníes a diseñar su instalación subterránea. “Vemos una similitud de diseño”, específicamente en los troncos de ventilación, dijo.

Un antiguo funcionario de alto nivel del Departamento de Defensa me dijo que, desde su punto de vista, incluso un bombardeo limitado le permitiría a EEUU “entrar allí y hacer el daño suficiente para ralentizar el desarrollo de la infraestructura nuclear –esto es factible”. El antiguo funcionario de defensa me dijo: “los iraníes no tienen amigos, y les podemos decir que, si es necesario, seguiremos rechazando su infraestructura. Los EEUU deberían actuar como si estuviéramos preparados para ello”. Añadió: “No tenemos que derribar todas sus defensas aéreas. Nuestros bombarderos furtivos y misiles realmente funcionan, y podemos derribar instalaciones. También podemos hacer cosas en el suelo, pero es difícil y muy peligroso –poner productos nocivos en los troncos de ventilación y acabar con ellos”.

Pero quienes están familiarizados con los búnkers soviéticos, según el antiguo funcionario de inteligencia de alto rango, “dicen: ‘de ninguna forma’. Tienes que saber qué hay debajo –conocer qué ventilador alimenta a la gente, o los generadores diesel, o cuáles son falsos. Y hay muchas cosas que no sabemos”. La falta de inteligencia fiable deja a los planificadores militares, dado el objetivo de destruir totalmente los emplazamientos, pocas opciones salvo considerar el uso de armas nucleares tácticas. “Cualquier otra opción, desde el punto de vista de los defensores de armas nucleares, dejaría un vacío”, dijo el antiguo funcionario de inteligencia. “La palabra clave de la planificación de la Fuerza Aérea es ‘decisivo’. Es una decisión difícil. Pero la tomamos en Japón”.

Continuó: “los planificadores nucleares reciben un amplio entrenamiento y aprenden los detalles técnicos de los daños y la lluvia radiactiva –estamos hablando de hongos nucleares, radiación, víctimas en masa y contaminación por años. No se trata de una prueba nuclear subterránea, en la que todo lo que se ve es que la tierra se eleva un poco. Estos políticos no tienen ni idea, y siempre que alguien lo intenta” –eliminar la opción nuclear- “se le hace callar”.

La atención prestada a la opción nuclear ha creado serias dudas en los despachos de los Jefes del Estado Mayor, añadió, y algunos directivos han hablado de dimisión. A finales de este invierno, los Jefes del Estado Mayor intentaron eliminar la opción nuclear de los planes de guerra que se están desarrollando con respecto a Irán –sin éxito, dijo el antiguo funcionario de inteligencia. “La Casa Blanca dijo: ‘¿Por qué están desafiando esto? La opción vino de ustedes’ “.

El consultor del Pentágono sobre la guerra al terrorismo confirmó que algunas personas de la Administración estaban considerando seriamente esta opción, la cual él vinculó a un resurgimiento del interés en armas nucleares tácticas entre civiles del Pentágono y en círculos políticos. Lo llamó “un monstruo que tiene que ser detenido”. También confirmó que algunos funcionarios de alto rango estaban considerando dimitir. “Hay sentimientos muy fuertes dentro del ejército contra la idea de usar armas nucleares contra otros países”, me dijo el consultor. “Esto va a niveles altos”. La cuestión podría llegar pronto a un punto decisivo, dijo, porque los Jefes habían acordado darle al presidente Bush una recomendación formal afirmando que ellos se oponen fuertemente a considerar la opción nuclear para Irán. “El debate interno sobre esto se ha endurecido en las últimas semanas”, dijo el consultor. “Y, si los directivos del Pentágono expresan su oposición al uso de armas nucleares ofensivas, entonces no sucederá nunca”.

En consultor añadió, sin embargo, que la idea de usar armas nucleares tácticas en tales situaciones ha ganado apoyo del Consejo Científico de Defensa, una comisión asesora cuyos miembros son seleccionados por el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld. “Le están diciendo al Pentágono que podemos construir los B61 con mayor onda expansiva y menos radiación”, dijo.

El presidente del Consejo Científico de Defensa es William Schneider, Jr., Subsecretario de Estado de la Administración Reagan. En enero de 2001, cuando el presidente Bush se preparaba para tomar posesión del cargo, Schneider prestaba servicio en una comisión ad-hoc sobre fuerzas nucleares patrocinada por el Instituto Nacional para la Política Pública, un grupo de especialistas conservadores. El informe de la comisión recomendaba tratar las armas nucleares tácticas como una parte esencial del arsenal de EEUU y señalaba su idoneidad “para aquellas ocasiones en las que la destrucción cierta y rápida de objetivos de alta prioridad es esencial y está más allá de la promesa de las armas convencionales”. Varios firmantes del informe son ahora importantes miembros de la Administración Bush, incluso Stephen Hadley, el consultor de seguridad nacional; Stephen Cambone, Subsecretario de Defensa para Inteligencia; y Robert Joseph, Subsecretario de Estado para el Control de Armas y Seguridad Internacional.

El consultor del Pentágono cuestionó el valor de los ataques aéreos. “Los iraníes han distribuido muy bien su actividad nuclear, y no tenemos ni idea sobre dónde se encuentra parte del material clave. Podría estar incluso fuera del país”, dijo. Avisó, como hicieron muchos otros, de que bombardear a Irán podría provocar “una reacción en cadena” de ataques a instalaciones y ciudadanos americanos por todo el mundo: “¿Qué pensarán 1.2 billones de musulmanes el día que ataquemos a Irán?”

Con la opción nuclear o sin ella, la lista de objetivos se podría ampliar inevitablemente. Un funcionario de alto nivel de la Administración Bush jubilado recientemente, que es también un experto en planificación de guerra, me dijo que él habría discutido con rotundidad contra un ataque aéreo a Irán, porque "Irán es un objetivo mucho más fuerte" que Irak. Pero, añadió, "si vas a bombardear para parar el desarrollo de armas nucleares, podrías también perfeccionar tu mentira de forma global. Ataca quizás algunos campos de entrenamiento, y resuelve muchos otros problemas".

El consultor del Pentágono dijo que, en caso de ataque, la Fuerza Aérea tenía como intención atacar varios cientos de objetivos en Irán pero que "el noventa y nueve por ciento de ellos no tiene que ver con la proliferación. Hay gente que cree que esta es la forma de operar" -que la Administración puede lograr sus objetivos políticos en Irán con una campaña de bombardeos, una idea que ha sido apoyada por neoconservadores.

Si se fuera a dar la orden de un ataque, las tropas de combate americanas que ahora están operando en Irán estarían en una posición que les permitiría marcar los objetivos críticos con rayos láser, para asegurarse la precisión al bombardear y para minimizar las víctimas civiles. Hacia principios de invierno, el asesor del gobierno con vínculos estrechos con los civiles del Pentágono me dijo que las unidades estaban trabajando también con grupos minoritarios en Irán, incluyendo los azeris, en el norte, los baluchis, en el sur, y los kurdos, en el noreste. Las tropas "están estudiando el terreno, y dando dinero a tribus étnicas, y reclutando exploradores de tribus locales y pastores", dijo el asesor. Un objetivo es tener "la vista hacia el suelo" -citando un verso de "Otelo"(Opera de Verdi), dijo: "Dame la prueba ocular". El mayor objetivo, dijo el asesor, es "alentar las tensiones étnicas" y minar el régimen.

La nueva misión para las tropas de combate es un resultado del viejo interés del Secretario de Defensa Rumsfeld por ampliar el papel del ejército en las operaciones secretas, lo que se convirtió en una política oficial en la "Quadrennial Defense Review" del Pentágono, publicada en febrero. Tales actividades, si las dirigieran operativos de la C.I.A., necesitarían una opinión presidencial y tendrían que ser notificadas a miembros clave del Congreso.

" 'La protección de la fuerza' es la nueva expresión de moda", me dijo el antiguo directivo de inteligencia. Se refería a la idea del Pentágono de que las actividades clandestinas generalmente clasificadas como preparadoras del campo de batalla o protectoras de tropas son operaciones militares, no de inteligencia, y por lo tanto no están sujetas a descuido por parte del Congreso. "Los chicos del Estado Mayor dicen que hay un montón de incertidumbres en Irán", dijo. "Necesitamos tener más de lo que tuvimos en Irak. Ahora tenemos luz verde para hacer todo lo que queramos".

La profunda desconfianza del presidente hacia Ahmadinejad ha fortalecido su determinación a atacar Irán. Esta visión ha sido reforzada por alegaciones de que Ahmadinejad, que se unió a una brigada de fuerzas especiales de las Guardianes de la Revolución en 1986, podría haber estado implicado en actividades terroristas a finales de los ochenta. (Hay lagunas en la biografía oficial de Ahmadinejad en este período). Según se informa, Ahmadinejad ha estado conectado con Imad Mughniyeh, un terrorista que ha estado implicado en los bombardeos mortales de la Embajada de EEUU y en los altercados de la Marina de EEUU en Beirut en 1983. Mughniyeh era entonces el jefe de seguridad de Hezbollah; permanece en la lista del F.B.I. de los terroristas más buscados.

Robert Baer, un funcionario de la C.I.A. en Oriente Medio y en otros lugares durante dos décadas, me dijo que Ahmadinejad y sus colegas de las Guardianes de la Revolución del gobierno de Irán "son capaces de hacer una bomba, esconderla y lanzarla en Israel. Son chiítas apocalípticos. Si estás sentado en Tel Aviv y crees que tienen armas nucleares y misiles -tienes que sacarlos de allí. Estos chicos están chiflados, y no hay motivos para desistir".

Bajo Ahmadinejad, las Guardianes de la Revolución han ampliado su base de poder por toda la burocracia iraní; hacia finales de enero, habían sustituido a miles de funcionarios civiles por sus propios miembros. Un antiguo funcionario de alto rango de la ONU , que tiene amplia experiencia con Irán, describió el cambio como un "golpe blanco", con implicaciones negativas para Occidente. "Los profesionales del Ministerio de Asuntos Exteriores están fuera; otros están esperando ser despedidos", dijo. "Podría ser que hayamos llegado tarde. Estos chicos ahora creen que son más fuertes que nunca desde la revolución". Dijo que, especialmente al considerar la aparición de China como una super potencia, la actitud de Irán fue: "al diablo con Occidente. Puedes hacer lo que te dé la gana".

Muchos expertos consideran que el líder religioso supremo de Irán, Ayatollah Khamenei, está en una posición más fuerte que Ahmadinejad. "Ahmadinejad no controla", me dijo un diplomático europeo. "El poder en Irán es difuso. Las Guardianes de la Revolución se encuentran entre los partidarios clave del programa nuclear, pero, en última instancia, no creo que estén a cargo de él. El Líder Supremo tiene el voto decisivo sobre el programa nuclear, y las Guardias no pasarán a la acción sin su aprobación".

El consejero del Pentágono sobre la guerra al terrorismo dijo que "el permitirle a Irán tener la bomba no es una cuestión a tratar. No podemos permitir que haya armas nucleares enviadas a una red de terrorismo. Simplemente es muy peligroso". Añadió: "El debate interno en su totalidad es acerca de qué camino seguir" -en cuanto a parar el programa iraní. Es posible, dijo el consejero, que Irán renuncie unilateralmente a su plan nuclear- e impida la acción americana. "Dios podría hacer la vista gorda con nosotros, pero no lo creo. Lo relevante es que Irán no puede convertirse en un estado que posea armas nucleares. El problema es que los iraníes se dan cuenta de que se pueden defender de los EEUU sólo si se convierten en un estado nuclear. Algo malo va a pasar".

Mientras casi nadie discute las ambiciones nucleares de Irán, hay un debate intenso sobre con qué rapidez podría conseguir la bomba, y qué hacer el respecto. Robert Gallucci, un antiguo experto del gobierno en no proliferación que es actualmente el decano de la School of Foreign Service de Georgetown, me dijo: "Basándome en lo que yo sé, podrían pasar entre ocho y diez años" hasta que Irán desarrolle un programa nuclear válido. Gallucci añadió: "Si tuvieran un programa nuclear secreto y nosotros lo pudiéramos demostrar, y no lo pudiéramos parar mediante negociaciones, diplomacia, o la amenaza de sanciones, yo estaría a favor de retirárselo. Pero si lo haces" -bombardear Irán- "sin ser capaz de demostrar que hay un programa secreto, estás en un lío".

Meir Dagan, presidente de Mossad, la agencia de inteligencia de Israel, le dijo al Knesset el pasado diciembre que "Irán tendrá uranio enriquecido dentro de uno o dos años, como muy tarde. A partir de entonces, la conclusión de su arma nuclear es simplemente una cuestión técnica". En una conversación que tuvo conmigo, un funcionario de inteligencia israelí de alto rango habló de lo que él calificó como duplicidad iraní: "Hay dos programas nucleares paralelos" dentro de Irán -el programa declarado a la A.I.E.A. y una operación aparte, dirigida por el ejército y las Guardianes de la Revolución. Los funcionarios israelíes han dado este argumento repetidas veces, pero Israel no ha dado indicios públicos que lo apoyen. Richard Armitage, Subsecretario de Estado del primer mandato de Bush, me dijo: "Creo que Irán tiene un programa secreto de armas nucleares -lo creo, pero no lo sé".

En los meses recientes, el gobierno paquistaní le ha dado a EEUU nuevo acceso a A. Q. Khan, a quien se ha llamado el padre de la bomba atómica paquistaní. Khan, que actualmente vive bajo arresto domiciliario en Islamabad, está acusado de montar un mercado negro de materiales nucleares; hizo al menos una visita clandestina a Teherán a finales de los ochenta. En los interrogatorios más recientes, Khan ha aportado información sobre el diseño de armas de Irán y su límite de tiempo para construir una bomba. "El panorama es de 'peligro incuestionable' ", dijo el antiguo funcionario de defensa de alto rango. (El consejero del Pentágono también confirmó que Khan ha estado "cantando como un canario"). El asunto, dijo el antiguo funcionario, es que "Khan tiene problemas de credibilidad. Es influenciable, y les está diciendo a los neoconservadores lo que quieren oír" -o lo que podría ser útil para el presidente de Paquistán, Pervez Musharraf, que está presionado para ayudar a Washington en la guerra al terrorismo.

"Creo que Khan nos está engañando", dijo el ex funcionario de inteligencia. "No conozco a nadie que diga: 'aquí está el arma del crimen'. Pero las luces están empezando a parpadear. Nos está proporcionando información sobre el tiempo límite, y la información clave está entrando desde nuestras propias fuentes -sensores y los equipos secretos. La C.I.A., que fue tan atacada por el caso de las armas de destrucción masiva iraquí, va a ir al Pentágono y al despacho del vicepresidente diciendo: 'Todo esto es un asunto nuevo'. La gente de la Administración están diciendo: 'Hemos tenido suficiente' ".

El argumento de la Administración contra Irán ha sido puesto en peligro por su antecedente de promover información falsa sobre las armas de destrucción masiva de Irak. En un ensayo reciente publicado en la web de Política Exterior, titulado "Fool Me Twice" ("Engáñame Dos Veces"), Joseph Cirincione, director de no proliferación en el Carnegie Endowment for International Peace, escribió: "La reveladora estrategia de la administración parece ser un esfuerzo por repetir su exitosa campaña para la guerra de Irak". Él notó varios paralelismos:

El vicepresidente de los EEUU da un importante discurso centrado en la amenaza de una nación de Oriente Medio rica en petróleo. El Secretario de Estado de EEUU le dice al Congreso que la misma nación es nuestro más importante desafío global. El Secretario de Defensa denomina a esta nación el principal apoyo del terrorismo global.

Cirincione calificó algunas de las reivindicaciones de la Administración sobre Irán como "cuestionables" o carentes de evidencia. Cuando hablé con él, preguntó: "¿Qué sabemos? ¿Cuál es la amenaza? La cuestión es: ¿Qué urgencia tiene todo esto?" La respuesta, dijo, "está en la comunidad de inteligencia y en la A.I.E.A." (En agosto, el Washington Post informó que el cálculo exhaustivo más reciente de Inteligencia Nacional predecía que Irán tardaría una década en ser una potencia nuclear).

El año pasado, la Administración Bush informó a los funcionarios de la A.I.E.A. sobre lo que decían que era información nueva y alarmante sobre el programa de armas de Irán que había sido recuperado de un ordenador portátil iraní. La nueva información incluía más de mil páginas de dibujos técnicos de sistemas de armas. El Washington Post informó que también había diseños para una pequeña instalación que podía ser usada en el proceso de enriquecimiento de uranio. Las filtraciones de información sobre el portátil se convirtió en el punto central de las historias del Times y de otras publicaciones. Las historias normalmente eran prudentes al apuntar que los materiales podrían haber sido fabricados, pero también citaba a importantes funcionarios americanos diciendo que parecían ser legítimos. El titular del relato del Times ponía: "CONFIANDO EN LOS ORDENADORES, EEUU BUSCA DEMOSTRAR LOS PROPÓSITOS NUCLEARES DE IRÁN".

Sin embargo, en entrevistas con funcionarios de inteligencia americanos y europeos, se dijo que el portátil era más sospechoso y menos revelador de lo que se había descrito. El iraní propietario del portátil había sido contratado inicialmente por operarios de inteligencia alemanes y americanos, trabajando conjuntamente. Los americanos finalmente perdieron el interés en él. Los alemanes continuaron, pero el iraní fue secuestrado por la fuerza anti-inteligencia iraní. No se sabe dónde se encuentra actualmente. Algunos miembros de su familia lograron salir de Irán con su portátil y lo entregaron en mano en una embajada de EEUU, supuestamente en Europa. Fue un clásico "entra sin llamar".

Un funcionario de inteligencia europeo dijo: "hubo algo de duda por nuestra parte" sobre qué demostró realmente el material, "y aún no estamos convencidos". Los dibujos no eran meticulosos, como indicaban las noticias de los periódicos, "sino que tenían pinta de esbozos", dijo el funcionario europeo. "No fue un indiscutible arma del crimen".

La amenaza de la acción militar americana ha creado consternación en las oficinas centrales de la A.I.E.A. en Viena. Los funcionarios de la agencia creen que Irán quiere ser capaz de hacerse con un arma nuclear, pero "nadie ha presentado ni una prueba de un programa de armas nucleares paralelo en Irán", me dijo el diplomático de alto rango. El cálculo más preciso de la A.I.E.A. es que los iraníes tardarán cinco años en tener construida una bomba nuclear. "Pero, si EEUU hace algo militarmente, convertirán el desarrollo de una bomba en una cuestión de orgullo nacional iraní", dijo el diplomático. "La cuestión global es la evaluación de riesgo por parte de EEUU de las futuras intenciones de Irán, y no confían en el régimen. Irán es una amenaza para la política americana".

En Viena, me contaron de una reunión extremadamente desesperante que se celebró en este año entre Mohamed ElBaradei, director general de la A.I.E.A., que ganó el Premio Nobel de la Paz el año pasado, y Robert Joseph, Subsecretario de Estado para el Control de Armas. El mensaje de Joseph fue directo, recordó un diplomático: "No podemos tener en Irán un solo centrifugador en funcionamiento. Irán es una amenaza directa a la seguridad nacional de EEUU y de nuestros aliados, y no lo toleraremos. Queremos que ustedes nos den a entender que no dirán nada en público que nos mine".

La dureza de Joseph fue innecesaria, dijo el diplomático, ya que la A.I.E.A. ya se había inclinado a adoptar una postura firme contra Irán. "Todos los inspectores están enfadados por haber sido engañados por los iraníes, y algunos piensan que el liderazgo iraní está chiflado -cien por cien totalmente declarados chiflados", dijo el diplomático. Añadió que la preocupación primordial de ElBaradei es que los líderes iraníes "quieren confrontación, al igual que los neoconservadores del otro lado" -en Washington. "Al final, funcionará sólo si EEUU está de acuerdo en hablar con los iraníes".

La cuestión central -si Irán será capaz de continuar con sus planes para enriquecer uranio- está ahora ante la ONU, con los chinos y los rusos reacios a imponer sanciones a Teherán. Un desanimado ex-funcionario de la A.I.E.A. me dijo a finales de marzo que, en este momento, "no hay nada que los iraníes puedan hacer que tenga un resultado positivo. La diplomacia americana no cuenta con ello. Incluso si anuncian una interrupción del enriquecimiento, nadie les creerá. Es un callejón sin salida".

Otro diplomático de Viena me preguntó: "¿Por qué iría Occidente a asumir el riesgo de ir a la guerra contra este tipo de objetivo sin cedérselo a la A.I.E.A. para que verifique? Somos de bajo coste, y podemos crear un programa que fuerce a Irán a poner sus cartas sobre la mesa". Un embajador occidental de Viena expresó un disgusto similar ante el rechazo por parte de la Casa Blanca a la A.I.E.A. Dijo: "Si no crees que la A.I.E.A. puede establecer un sistema de inspección -si no confías en ellos- sólo puedes bombardear". Hay poca simpatía hacia la A.I.E.A. en la Administración Bush y entre sus aliados europeos. "Estamos bastante frustrados con el director general", me dijo el diplomático europeo. "Su enfoque básico ha sido describir esto como una disputa entre dos lados con igual peso. No lo es. ¡Nosotros somos los chicos buenos! ElBaradei ha estado imponiendo la idea de permitirle a Irán tener un pequeño programa de enriquecimiento, lo que es absurdo. No es su trabajo imponer ideas que suponen un serio riesgo de proliferación".

Los europeos están desconcertados, sin embargo, por su creciente percepción de que el presidente Bush y el vicepresidente Dick Cheney creen que se necesitará una campaña de bombardeos, y que su objetivo real es el cambio de régimen. "Todos están en la misma página acerca de la bomba iraní, pero EEUU quiere el cambio de régimen", me dijo un consejero diplomático europeo. Añadió: "Los europeos tienen un papel que interpretar mientras no tengan que elegir entre apoyar a los rusos y los chinos y apoyar a Washington en algo que no quieren. Su política es mantener a los americanos ocupados con algo con lo que los europeos puedan vivir. Eso podría ser insostenible".

"Los británicos creen que ésa es una idea muy mala", me dijo Flynt Leverett, un ex-miembro del personal de Consejo Nacional de Seguridad que es actualmente un alto rango en el Brookings Institution’s Saban Center, "pero están realmente preocupados por que lo vamos a hacer". El consejero diplomático europeo reconoció que el Ministerio de Asuntos Exteriores británico era consciente de la planificación de la guerra en Washington pero que, "sin un arma del crimen, va a ser muy difícil alinear a los europeos en Irán". Dijo que los británicos "están nerviosos ante la idea de que los americanos vayan a por todas con los iraníes, sin compromiso".

El diplomático europeo dijo que él estaba escéptico acerca de que Irán, dado su historial, hubiera reconocido todo lo que estaba haciendo, pero "según tenemos entendido, la capacidad iraní no se encuentra en el punto en el que podrían dirigir con éxito centrifugadores" para enriquecer uranio en cantidad. Una razón para buscar la vía diplomática era, dijo, el pragmatismo esencial de Irán. "El régimen actúa según sus mejores intereses", dijo. Los líderes de Irán "adoptan un enfoque severo sobre la cuestión nuclear y quieren averiguar las verdaderas intenciones de EEUU", creyendo que "cuanto más duros sean, habrá mayor probabilidad de que Occidente se debilite". Pero, dijo: "Por lo que hemos visto en Irán, parecerán súper seguros hasta el momento en que desistan".

El diplomático continuó: "nunca recompensas el mal comportamiento, y este no es tiempo de ofrecer concesiones. Necesitamos encontrar maneras de imponer costes suficientes para hacer recapacitar al régimen. Va a ser una situación difícil, pero creo que si hay unidad en la oposición y en el precio impuesto" -sanciones- "es suficiente, podrían echarse atrás. Es muy pronto para abandonar la vía de la ONU". Añadió: "Si la vía diplomática no funciona, no hay 'solución' militar. Podría haber una opción militar, pero el impacto podría ser catastrófico".

El Primer Ministro británico, Tony Blair, fue el aliado más fiable de George Bush en el año que precedió la invasión de Irak en 2003. Pero él y su partido han estado atormentados por una serie de escándalos financieros, y su popularidad está en un nivel bajo. Jack Straw, el Secretario de Asuntos Exteriores, dijo el año pasado que la acción militar contra Irán era "inconcebible". Blair ha sido más prudente, diciendo públicamente que uno no debería adoptar opciones que no estén sobre la mesa.

Otros funcionarios europeos expresaron un escepticismo similar sobre el valor de una campaña de bombardeos americana. "La economía iraní está en baja forma, y Ahmadinejad está en baja forma política", me dijo el funcionario de inteligencia europeo. "Él se beneficiará políticamente del bombardeo americano. Puedes hacerlo, pero los resultados serán peores". Un ataque americano, dijo, se granjearía la antipatía del pueblo iraní, inclusive los que podrían simpatizar con EEUU. "Irán ya no vive en la Edad de Piedra, y los jóvenes de allí tienen acceso a películas y libros estadounidenses, y les encantan", dijo. "Si hay una ofensiva encubierta en Irán, los mulás tendrían problemas a la larga".

Otro funcionario europeo me dijo que él era consciente de que muchas personas de Washington querían la acción. "Son siempre los mismos chicos", dijo, con un resignado encogimiento de hombros. "Hay una creencia de que la diplomacia está condenada a fallar. El calendario es corto".

Un aliado clave con una importante voz en el debate es Israel, cuyo liderazgo ha avisado durante años que veía cualquier intento por parte de Irán de comenzar a enriquecer uranio como un punto de no retorno. Varios funcionarios me dijeron que el interés de la Casa Blanca en evitar un ataque israelí a un país musulmán, el cual provocaría una reacción violenta por toda la región, era un factor en su decisión de iniciar la planificación operativa actual. En un dicurso dado en Cleveland el 20 de marzo, el presidente Bush describió la hostilidad de Ahmadinejad hacia Israel como una "seria amenaza. Es una amenaza a la paz mundial". Añadió: "Lo dejé claro, lo dejaré claro de nuevo, que usaremos el poder militar para proteger a nuestro aliado Israel".

Cualquier bombardeo americano, me dijo Richard Armitage, tendría que considerar las siguientes cuestiones: "¿Qué pasaría en los otros países islámicos? ¿Qué capacidad tiene Irán para alcanzarnos y atacarnos globalmente -es decir, terrorismo? ¿Retirarán Siria y Líbano la presión a Israel? ¿Qué le aporta el ataque a nuestro ya reducido prestigio internacional? Y ¿qué significa para Rusia, China, y el Consejo de Seguridad de la ONU?"

Irán, que actualmente produce casi cuatro millones de barriles de petróleo al día, no tendría que interrumpir la producción para romper los mercados mundiales de petróleo. Podría bloquear o minar el Estrecho de Ormuz, la travesía de treinta y cuatro millas de ancho a través de la cual el petróleo de Oriente Medio llega al Océano Índico. Sin embargo, el funcionario de defensa recientemente jubilado descartó las consecuencias estratégicas de tales acciones. Me dijo que la Marina de EEUU podía seguir navegando libremente dirigiendo misiones de rescate y poniendo en funcionamiento anti minas. “Es imposible obstaculizar el paso”, dijo. El consejero del gobierno vinculado al Pentágono dijo también que él creía que el problema del petróleo podía ser controlado, señalando que EEUU tiene bastante en sus reservas estratégicas para mantener a América funcionando durante sesenta días. Sin embargo, los del negocio del petróleo con quienes hablé eran menos optimistas; un experto en industria calculó que el precio por barril subiría inmediatamente, hasta alcanzar cualquier precio entre los noventa y los cien dólares por barril, y podría ascender más, dependiendo de la duración y alcance del conflicto. Michel Samaha, un veterano político cristiano libanés y antiguo ministro del gabinete en Beirut, me dijo que las respuestas iraníes podrían estar centradas en campos expuestos de petróleo y gas de Arabia Saudí, Qatar, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos. “Estarían en peligro”, dijo, “y ello podría comenzar la verdadera jihad de Irán contra Occidente. Tendríamos un mundo en líos”.

Irán podría también iniciar una oleada de ataques terroristas en Irak y en más sitios, con la ayuda de Hezbollah. El 2 de abril, el Washington Post informó que la planificación para contrarrestar tales ataques “es consumir un montón de tiempo” en agencias de inteligencia de EEUU. “La mejor red de terrorismo del mundo ha permanecido neutral en la guerra al terrorismo durante los pasados años”, dijo sobre Hezbollah el consejero del Pentágono sobre la guerra al terrorismo. “Esto los movilizará y nos pondrá contra el grupo que sacó a Israel del sur de Líbano. Si hacemos un movimiento contra Irán, Hezbollah no se mantendrá al margen. A menos que los israelíes los saquen fuera, se movilizarán contra nosotros”. (Cuando le pregunté al consejero del gobierno sobre esa posibilidad, dijo que, si Hezbollah disparara cohetes hacia el norte de Israel, “Israel y el nuevo gobierno libanés los rematarían”).

El consejero continuó: “Si procedemos, la mitad sur de Irak se iluminará como una antorcha”. Las fuerzas británicas, americanas y otras fuerzas de coalición de Irak estarían en mayor peligro de ataque por parte de las tropas iraníes o de milicias chiítas que estén operando bajo instrucciones de Irán. (Irán, que es predominantemente Chiíta, tiene vínculos estrechos con los partidos chiítas dirigentes de Irak). Un general de cuatro estrellas jubilado me dijo que, a pesar de las ocho mil tropas británicas de la región, “los iraníes podrían tomar Basora con diez mulás y un camión con altavoces”. “Si atacas”, me dijo el diplomático de alto rango en Viena, “Ahmadinejad será el nuevo Saddam Hussein del mundo árabe, pero con más credibilidad y con más poder. Debes pasar por el aro y sentarte con los iraníes”.

El diplomático continuó: “Hay gente en Washington que estaría descontenta si encontráramos una solución. Aún cuentan con el aislamiento y el cambio de régimen. Eso es hacerse ilusiones”. Añadió: “La oportunidad la tienen ahora”.