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¿30 años perdidos?

  • Sábado, 08 Abril 2006 @ 11:45 CEST
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Artículos Edgar Ocampo nos hace llegar un interesante texto, escrito ahora hace treinta años, por Lester Brown, fundador del Worldwatch Institute, como prefacio al libro "Rayos de esperanza; Hacia la transición hacia un mundo sin petróleo" de Denis Hayes.

El libro de Hayes ya advertía en 1977 de la necesaria y obligatoria transición hacia un mundo sin petróleo, sustentado por las energías renovables, y se preguntaba "si habrá de ser suave, como resultado de una cuidadosa planificación y de preparativos serios, o sencillamente caótico, punto final de un constante empeoramiento de interminables crisis políticas y económicas". Prefacio de "Rayos de esperanza; Hacia la transición hacia un mundo sin petróleo"

Apenas media generación nos separa del momento en que habrá de culminar la producción mundial de petróleo, tras de lo cual comenzará la ineludible declinación de la que sigue siendo la principal fuente de energía comercial con que cuenta la humanidad. Cuando la producción petrolera comience a menguar, estarán todavía en circulación algunos de los automóviles que se venden en estos días. La transición hacia un mundo de empobrecidas reservas de petróleo es ya una inminente realidad, y podría ser dolorosa de no estar preparados para ella.

No se trata de decidir si habremos de efectuar o no ese cambio, puesto que es inevitable. Todo lo que cabe discutir es si habrá de ser suave, como resultado de una cuidadosa planificación y de preparativos serios, o sencillamente caótico, punto final de un constante empeoramiento de interminables crisis políticas y económicas. Son muy pocos los dirigentes mundiales, si es que hay alguno, que dispongan de una clara imagen del panorama que ofrecerán sus respectivos países en un mundo desprovisto de petróleo. Aunque quisiéramos dejar al futuro la tarea de adaptarse a la nueva situación, la historia lo impedirá. Ella ha confiado a nuestra generación la responsabilidad de planificar y efectuar esa transición.

La curva correspondiente de la existencia petrolera en Estados Unidos se puede usar como prototipo mundial porque destaca lo inevitable de la declinación. Tras varias décadas de crecimiento, la producción de petróleo alcanzó en Estados Unidos su punto máximo en 1970, y a partir de entonces ha decaído de año en año.

Se pronostica que para 1990 o muy poco tiempo después se producirá una disminución del petróleo mundial, aunque con una importante diferencia: si bien Estados Unidos estuvo en condiciones de valerse de otros países productores de petróleo para equilibrar su déficit, el mundo no estará ahora en condiciones de hacerlo.

La conciencia de que se podría llegar algún día a carecer de petróleo cobró carácter de urgente no hace mucho, porque se creía que la energía nuclear estaría eventualmente en condiciones de llenar cualquier brecha . Sin embargo, el sueño nuclear está empezando a desvanecerse en vista de que la energía atómica genera a su vez nuevos problemas económicos, políticos y ecológicos. En este libro se trata de considerar algunos de los pasos inexcusables en materia de conservación de la energía y de perfeccionamiento de algunas de las fuentes alternativas. Se estudia el problema energético dentro de una perspectiva mundial y, por ejemplo, que la crisis de la leña en los países en vías de desarrollo confluye con el desperdicio de energía que hacen los países ricos, que cuentan con un excesivo número de automóviles, para coincidir todos en el mercado petrolero mundial. En este momento la Humanidad se encuentra frente a uno de los ajustes de cuentas más decisivos de la historia moderna y es muy escaso el tiempo que le queda para prepararse. La ineludible transición es en primera instancia tecnológica, pero ella promete también remodelar por completo nuestro sistema económico y nuestras estructuras sociales. Este análisis de Denis Hayes sugiere que si el mundo se torna altamente dependiente de las fuentes renovables de energía habrá de ser muy distinto del que ahora conocemos. A medida que se acrecienta la importancia de la energía solar, tanto directa como indirecta, aumenta la certeza de que ella habrá de afectar la distribución a las poblaciones entre la ciudad y el campo y, posiblemente, decidirá los definitivos asentamientos humanos de acuerdo con la capacidad que el planeta ofrezca para el sustento.

Rayos de esperanza constituye un esfuerzo inicial destinado a explorar cómo habrá de ser el mundo después de la era del petróleo y en qué forma recorreremos el camino hasta él. El mayor peso de este libro radica en su perspectiva, tanto histórica como mundial. Denis Hayes trata de contribuir para que las personalidades que dirigen la opinión y toman las decisiones, en todos los niveles, adviertan que el problema energético se convertirá en crisis de energía de no adoptarse inmediatamente de medidas adecuadas.

Este libro es parte de un esfuerzo más amplio del Worldwatch Institute para identificar los más acuciantes problemas de la humanidad y dirigir hacia ellos la atención del mundo. Desde luego que la transición hacia un planeta desprovisto de petróleo tiene que ocupar un lugar preponderante en la lista de los enigmas por resolver.

Lester R. Bronw,
Worldwatch Institute.
Presidente.