Contributed by: ris on Viernes, 24 Febrero 2006 @ 12:46 CET
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Habrá que escribir e insistir mucho para que se comprenda el concepto de que ENERGÍA = ECONOMÍA y que nuestro país está en la cola de la seguridad en el abastecimiento energético, y que además está empeorando su situación por momentos, animados por el espejismo de los buenos datos de crecimiento recientes, según un artículo del diario El Mundo, España es el país de la Unión Europea que más ha aumentado el consumo energético[*2] .
Los datos de los 'vecinos' tampoco son los deseables, hasta el momento, la tendencia de la Unión Europea es de consumir más y producir menos energía[*3] , con lo cual la idea general para solucionar la emergencia es de echar mano de lo que se tenga y el 'PARCHE NUCLEAR' flota sobre todas las cabezas del planeta, desde Irán, China y EE.UU. hasta nuestra Europa, y posiblemente nosotros, que aunque los últimos, también iremos con el rebaño.
Redacción CE: por su interés, reproducimos a continuación el artículo de El Periódico de Catalunya.
Actualización: añadimos al texto los comentarios que aporta Marcos Martínez (en cursiva), así como otros datos de interés que complementan el texto. La entrada de Marcos la había titulado como " El Periódico de Catalunya reconoce el cenit y aboga por la energía nuclear" Batalla por los hidrocarburos
• El fin de la era del petróleo y el gas pone de manifiesto la vulnerabilidad del crecimiento El petróleo y el gas se agotan. Un mundo extremadamente dependiente de los hidrocarburos se adentra en una crisis energética que amenaza no sólo la prosperidad y el crecimiento, sino también la seguridad. Garantizar la independencia energética se ha convertido en una quimera para EEUU y Europa y para las nuevas potencias asiáticas. Por ello, el petróleo, su distribución y su consumo, vertebran las políticas geoestratégicas a escala planetaria.
El artículo arranca con fuerza, advirtiendo algo que por su inmediatez pasa siempre desapercibido: cada vez va a ser más difícil garantizar la electricidad que enciende las bombillas cuando damos al interruptor y el combustible que mueve los vehículos cuando apretamos el acelerador. Dos bienes de consumo tan cotidianos e indispensables de los que hacemos uso como si de un derecho se tratara. El artículo nos descubre, no obstante, que hay problemas con palabras tan diáfanas como agotamiento, crisis, amenaza y guerra. Porque la energía vertebra las sociedades y su política y se está complicando el vital suministro que garantiza la autonomía inmediata de nuestra 'calidad de vida'.
MARTA LÓPEZ
BARCELONA
A >> La demanda crece y la producción desciende
Los expertos no se ponen de acuerdo sobre cuándo la producción mundial de petróleo alcanzará su cénit absoluto, pero hay consenso en que la era del petróleo está tocando a su fin. Desde principios de la década de los 60, está disminuyendo el ritmo de descubrimientos de nuevos yacimientos y la consecuencia es que por cada cuatro barriles que se consumen, sólo se descubre uno en nuevos yacimientos.
EEUU consume casi el 30% del crudo mundial y es el segundo mayor importador (12,1%). La Unión Europea es el segundo consumidor mundial (18,7%) y el mayor importador de petróleo (19%) y de gas natural (16%), según datos de la Comisión Europea. A estos grandes consumidores, se añade China, cuya demanda de combustible ha crecido el 140% en la última década y que importa el 30%. En el 2010, se cree que este porcentaje se situará entre el 40% y el 50%. La economía de estos países no puede funcionar sin el acceso a las fuentes extranjeras de crudo.
Es interesante destacar que es de la pocas veces que se dice que el problema está no sólo en China e India, que quieren consumir como nosotros, sino en que todos gastamos mucho petróleo y en consecuencia todas las economías tendrán problemas si no se tiene un acceso fluído a los países productores.
B >> Desarrollo de políticas de seguridad energética
En su reciente discurso sobre el estado de la Unión, el presidente George Bush denunció la "adicción" al petróleo de EEUU y anunció un programa de investigación energética para reducir las importaciones de crudo del inestable Oriente Próximo, donde se concentran casi dos tercios de las reservas de petróleo del planeta. A principios de año, el corte del suministro de gas ruso a Ucrania puso también en alerta a Europa, que importa de Rusia una cuarta parte del gas que consume.
Esta vulnerabilidad de las economías occidentales ha obligado a desarrollar las llamadas "políticas de seguridad energética". En EEUU, pasan por incentivar la producción en lugares como la cuenca del mar Caspio, la zona occidental de África --Nigeria y Angola-- y América Latina. Además, esa política corre paralela a la doctrina militar de Bush de crear una fuerza "ágil, letal y fácilmente desplegable", preparada para enfrentarse a los retos del siglo XXI, entre ellos una crisis en el suministro del crudo provocada por fuerzas o países hostiles.
La autora no se atreve a relacionar algunos conceptos y deja que sea el lector quien lo haga: como el petróleo es fundamental y escasea, el acceso se garantiza por la fuerza. De ahí el título de este artículo.
C >> El diseño de nuevas alianzas geopolíticas
Tras la decisión del presidente ruso, Vladimir Putin, de cortar el abastecimiento de gas a Ucrania por una disputa de precios, se escondía en realidad el castigo al Gobierno proeuropeísta de Viktor Yuschenko. Este acto, que hizo temblar a Europa y que el diario Le Monde llegó a calificar de "la primera declaración de guerra del siglo XXI", es, sin embargo, sólo un ejemplo de cómo, en tiempos de escasez, la energía se utiliza como arma política y diseña las actuales alianzas geopolíticas.
Irán, el cuarto país exportador de petróleo del mundo, no ha dudado en recurrir a este arma para reforzar su posición en la escena mundial y desafiar a la comunidad internacional con el desarrollo de un programa nuclear propio. En la órbita iraní giran la Rusia de Putin --el segundo país exportador del mundo, después de Arabia Saudí-- y la Venezuela de Hugo Chávez, el quinto exportador en el ránking internacional. China y la India --que son respectivamente el tercer y noveno importadores mundiales de petróleo-- se disputan en Asia la gran partida por el control de la energía y coinciden en sus esfuerzos por asegurarse los suministros de petróleo y gas por todos los medios. Tanto Pekín como Nueva Delhi tratan de establecer alianzas con Rusia, y la India estrecha vínculos con Irán.
La doctrina militar de EEUU tarde o temprano se encontrará de frente con aquellos países que también desean garantizar su suministro o con los productores que estiman más hacer acuerdos con las economías emergentes de Asia que con el periclitado Occidente.
D >> El recurso a la energía nuclear gana partidarios
"¿A qué tipo de energía recurrirá la humanidad para asegurar en unos decenios las necesidades de 9.000 millones de individuos?", se preguntaba hace unos días el diario Le Monde. Partiendo de la base de que será muy difícil lograr una total independencia de la energía procedente de los hidrocarburos, y de que serán necesarias políticas de eficacia y de ahorro energéticos, dos alternativas se abren paso: la energía nuclear y las energías renovables (eólica, solar minihidráulica y biomasa).
La Unión Europea tiene como objetivo que las energías verdes cubran el 12% del consumo en el 2010. Sin embargo, se trata de un sector todavía incipiente y que, para su crecimiento, depende de las ayudas estatales orientadas a reducir los costes de producción y de la disposición de los consumidores a pagar un precio más elevado por la llamada "energía limpia".
En este contexto, el recurso a la energía nuclear es una posibilidad que empiezan a abrazar los dirigentes políticos. Lo hizo el pasado verano George Bush, cuando firmó el Acta de Política Energética, y lo defienden ya los dirigentes de la Unión Europea. El mundo cuenta con 450 rectores nucleares repartidos por 30 países (164 de ellos en los países de la UE, que producen el 28% de la electricidad total que consume Europa). El presidente francés, Jacques Chirac, dio a entender que un reactor de cuarta generación puede estar en funcionamiento en el 2020. La carrera para su desarrollo ha empezado.
De golpe el artículo deja su deriva geopolítica y añade un párrafo que desentona de la interesante línea que se trazaba. La dos alternativas al agotamiento son entonces las energías renovables y la nuclear en apoyo de éstas. Y como el agotamiento trae de la mano espinosas derivas belicistas, se puede deducir que renovables y nuclear son las alternativas por la paz. Pues como no se argumenta, se niega la mayor. Al agotamiento de los hidrocarburos fósiles no hay alternativa energética alguna que permita dejar las economías tal cual están ahora funcionando. Así que, bien por las renovables mientras el consumo energético de la biomasa respete los usos alimentarios y distribuya la riqueza de forma parecida a como lo hace el petróleo, pero mal por la nuclear. Una energía que no sólo no sustituye al petróleo sino que además genera más problemas de los que soluciona, principalmente mediambientales y bélicos.
Fin del artículo de El Periódico, más comentarios de Marcos Martínez
En el reciente artículo de Marcel Coderch El espejismo nuclear a la luz de la situación energética mundial[*4] se dan suficientes datos para que el lector entienda la falacia de la solución que se plantea. No obstante, a los que aporta Marcel aquí[*5] me gustaría añadir los siguientes obtenidos de esta página[*6] mejorando un poco la traducción.
1. Producción
El uranio sirve para producir electricidad en las centrales nucleares, la demanda mundial de electricidad no para de crecer, por eso cada vez hay más centrales nucleares.
Hay 18 paises productores de uranio en el mundo, pero el 52% de la producción de 2003 vino de Canadá y el 30% de Australia.
Los 4 primeros productores de uranio representan el 56 % de la produccion mundial, mientras que los 2 primeros representan el 33% de ésta.
El desarme tendría que responder al 10 o 12% de la demanda en los 10 o 15 próximos años.
- No quedan por abrir nuevas minas de uranio de gran tamaño, solo hay cierres. Así que sólo una fuerte alza del precio del uranio es lo único que podría acelerar las inversiones necesarias para abrir nuevas minas.
- En 2003 los grandes paises productores de uranio eran: Canadá ( 10.457 Tm.), Australia ( 7.572 ), Kazakhstán ( 3300 ) , Nigeria ( 3.143 ), Rusia ( 3.150 ), Namibia ( 2036 ), Uzbekistán ( 1.770 ), EEUU ( 846 ), Ucrania ( 800 ), Africa del sur ( 824 toneladas ) y China ( 750 )
2. La demanda
Hay 440 reactores nucleares en el mundo en 32 paises ( podemos añadir 24 en construccion en 2005, 40 en proyectos y 75 propuestos ), donde China tiene el mayor programa de construccion de centrales nucleares para paliar sus carestías en generación eléctrica.
En 2003 se produjeron 42 toneladas de uranio, que es el 51% de la demanda mundial. Hagamos entonces unos pequenos calculos teoricos: en 2003 habia 440 centrales nucleares en el mundo que necesitaben 68.357 toneladas de mineral de uranio, lo que hace en media 155 toneladas de uranio por año y por central. Hay 24 reactores en construccion en el mundo , es decir 24*155 = 3.720 Tm de uranio por año.
Hay además 40 reactores en proyecto en el mundo, es decir 40*155 =6.200 toneladas por año.
Finalmente se proyectan construir 73 reactores que supondrán 73*155 = 11.315 Tm de uranio por año. Todas estas centrales consumirán en consecuencia 21.235 toneladas de uranio en los próximos años, lo que hace una alza del 30%. Estos datos son sólo teóricos y no pretenden ser precisos, pero sirven para dar una idea de la futura demanda en uranio.
- La demanda en 2004 fue de 66.658 toneladas y la produccion mundial sólo pudo cubrir el 50%. Como se puede observar en la gráfica, la demanda es superior a la oferta desde el año 1984, es decir un déficit que existe desde hace 20 años y no hay suficientes reservas estratégicas como para cubrir esa brecha.
- No hay bolsa del uranio, pues el precio se negocia por contrato. El 15% del mercado de uranio que se negocia se hace a corto plazo, es decir a menos de 12 meses y el 85% restante se hace a largo plazo con contratos de 2 a 10 años, pero en la práctica la mayoría de los contratos se resuelven a 3 o 5 años.
Así que la demanda deberá crecer entre un 1 y un 2% en los próximos años.
3. El precio
Desde hace 10 años la diferencia entre la oferta y la demanda está siendo controlada mediante la venta de las reservas estratégicas, por lo que el agotamiento de esas reservas irremediablemente hará subir los precios de la libra de uranio y ya no volverán a sus niveles anteriores.
El precio promedio en la Bolsa del uranio es de 23 dolares (hoy está a 38,25 $/lb y aquí[*7] se puede observar la última evolución de su precio que no muestra la gráfica), aunque se dieron algunas bajadas a 6 dolares la libra. El precio ha salido de un canal horizontal con 20 años de duración y que tenía un soporte en 6 dólares y una resistancia a 16 dólares. La salida de este canal es muy positiva y promete una alza importante. A pesar de doblarse el precio en promedio, está a la mitad del que tuvo en 1978 cuando llegó a 43 $/lb.
- El precio de la libra de uranio en los próximos años tendría que acercarse fácilmente a sus anteriores máximos en la zona de los 43 dólares.
A largo plazo el precio del uranio conocera una fuerte alza por varias razones:
Oferta: Tienen que pasar muchos años desde el aumento de los precios hasta la apertura de nuevas minas.
Demanda: va a aumentar por del gran número de centrales en construcción. La diferencia entre la oferta y la demanda de uranio es muy antigua y las reservas que hay descubiertas menguan a gran velocidad.
El alza del precio del petroleo obliga a buscar otros tipos de energías ( carbón, gas, y uranio ).
La demanda de electricidad aumentará en los próximos años, sobre todo en China.
El cambio climatico incita a los países a construir centrales nucleares.
Resumiendo, el uranio, el petroleo y el gas natural sufrirán un aumento de su precio en los próximos años, y los motivos son los de siempre: aumento de la demanda y disminución de la oferta.
Se concluye finalmente que la única solución posible al problema del cenit no es incorporar más energía al sistema económico, pues no se puede por los límites que impone la naturaleza, sino disminuir el consumo. Cómo puede hacerse esto nadie lo sabe, pero en caso de no hacerse la misma autora Marta López reconoce el desenlace: la guerra.