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El mercado petrolífero, a contrapié

  • Martes, 31 Enero 2006 @ 20:17 CET
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Artículos Presentamos el artículo de Edgar Ocampo "Desleal mercado petrolero", publicado en el diario mexicano Tribuna de Campeche. El artículo es un repaso de las condiciones del mercado del petróleo en la última década, y cómo estas han afectado al estado actual de la industria, con una especial observación de la estatal PEMEX. Los bajos precios de finales de los 90 fueron, según afirma Ocampo, la razón por la que la industria se vió sorprendida por el tirón de la demanda a partir del año 2000, sin suficientes medios materiales ni reservas exploradas para hacer frente a la situación.

Por su interés, reproducimos el texto completo del artículo a continuación: Competir con las mismas reglas

Desleal mercado petrolero

Edgar OCAMPO TELLEZ

Si se privatiza o no, la empresa paraestatal Pemex, parece ser el problema más importante cuando se toca el tema del petróleo en México. No se distraiga amable lector, el problema más grave que enfrenta México es, si se agota el petróleo mexicano, cuándo lo hará y a qué ritmo declinará.

Pemex en la década de los noventa dejó de hacer inversiones en desarrollo de exploración y en la construcción de infraestructura de refinación, por razones técnicas, financieras y de rentabilidad en atención a las condiciones mundiales del comercio de este recurso. La competencia entre los países productores que querían acaparar una cuota de clientes cada vez mayor y la desleal competencia de las grandes empresas petroleras anglosajonas, dedicadas a la refinación, ocasionaron una serie de desequilibrios internacionales, por los cuales no era tan fácil ni prudente, invertir hace 15 años.

En 1990, cuando Arabia Saudita inundó los mercados de petróleo en su afán de destronar el poder de exportación soviético, ocasionó una saturación de crudo en el mundo, lo que a su vez provocó una caída abrupta de los precios del barril de petróleo hasta los 10 dólares el barril en 1998, por lo que no era inteligente, ni rentable, incorporar más producción. Además, los yacimientos del Golfo de México eran muy grandes, que garantizaban una extracción suficiente por un largo periodo sin ser necesario invertir en exploración. No tenía caso sacar más, ni tampoco incorporar más reservas (que tiene un costo muy alto) porque existía un mercado saturado. Además, no habían tantos clientes y el precio del barril era demasiado bajo.

Sin embargo, a partir del año 2000, el ritmo de crecimiento económico de varias naciones en desarrollo, como China y la India, aumentaron repentinamente la demanda de petróleo, al tal grado que dejó sorprendida a toda la industria de los hidrocarburos del mundo. Curiosamente la misma política de no invertir en exploración, fue practicada por casi todas las empresas privadas como la Shell, la Exxon y la Chevron, que se dedicaron más bien a comprar compañías petroleras pequeñas, que contaban con activos e inventarios de petróleo, con lo que lograban incorporar las reservas de crudo, en vez de invertir en exploración, que era de muy alto riesgo y dejaba malos resultados.

La industria petrolera se vio sorprendida con el incremento de la demanda de petróleo a partir de año 2000. Los precios se empezaron a elevar continuamente y ha generar una frenética búsqueda de más petróleo. Ahora lo que está saturado, es la capacidad de los equipos disponibles en el mundo para exploración, que no son muchos y una buena parte fueron dañados con el huracán Katrina. El año pasado, me comentó un experto en la renta internacional de equipo de perforación, que los costos se habían incrementado brutalmente en más de un 60 por ciento y que tenían problemas para licitar en Pemex, pues los precios estaban muy por encima de lo que paga la paraestatal. Todos en el mundo andan corriendo tras el petróleo ahora.

A Pemex en este momento le aquejan dos problemas, uno es el que las condiciones del mercado internacional en la década pasada no incentivaron la exploración, y el otro se debe al grado de maduración de sus campos, que ya están todos en declinación, excepto Ku Mallob Zaap.

Por el lado de la refinación, la terrible competencia entre las grandes petroleras por acaparar el mercado de los derivados del petróleo, ocasionó que más de la mitad de las refinerías de los Estados Unidos cerraran debido a la quiebra por los bajos precios. Si a los políticos en México les molesta mucho que Pemex no haya construido una sola refinería en mucho tiempo, déjeme informarle estimado lector, que los Norteamericanos no construyen una sola refinería desde hace más de ¡30 años! y eso que les hace falta mucha gasolina.

El impacto de la baja de los precios de los derivados del petróleo en Estados Unidos, también afectó a México, por lo que su industria lo resintió, además tenga en cuenta que montar una refinería tiene un costo por encima de dos mil millones de dólares y la inversión se amortiza después de unos 20 años.

Ahora el panorama petrolero mundial es diferente, hay países con enormes demandas de petróleo, pero se conjugan como desafíos serios, un estancamiento en la capacidad de producción de México y el mundo, la declinación de los más grandes yacimientos de petróleo y que el incremento de la demanda es por demás, descomunal.

Por todo lo anterior no es completamente cierto que la ausencia de inversiones de Pemex en exploración y refinación hayan provocado que la empresa no pueda afrontar las dificultades hoy, y que por lo tanto se requiera privatizar. El mercado petrolero mundial no es una blanca paloma y México está insertado en él y tiene que competir con sus mismas reglas.