Contributed by: PPP on Jueves, 24 Noviembre 2005 @ 20:46 CET
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Traemos aquí uno de sus últimos artículos hecho publico por la universidad Simon Fraser de Canadá, en el que recomienda los pasos a seguir, de los que hacemos una lectura crítica.
Por Ali Samsam Bakhtiari From peak oil to transition 1Simon Fraser University
Canadá
En mi humilde opinión deberíamos haber llegado ya al cenit del petróleo. Por tanto, es un momento oportuno para cerrar este capítulo crítico en la historia del sector petrolífero internacional y despedirse del gran cenit... actualmente, la producción mundial de petróleo fluctúa por los 82 millones de barriles diarios, mientras algunas instituciones intentan vanamente empujar las estadísticas de 2005 hacia los 83 y los 84 millones de barriles diarios (como suelen hacer siempre). Pero se verán obligados a recular, a medida que la oferta “real” de petróleo no pueda llegar a la que figura sobre el papel.
Por ello, en las secuelas del cenit del petróleo, estamos a punto de entrar en lo que denomino Primera Transición [T1] una fase bastante extraña, semejante a una vaga “tierra de nadie” entre unos suministro de petróleo todavía adecuados y la clara conciencia de que la demanda ha dejado definitivamente atrás a la oferta. Veo el trágico tsunami de 2004 y los descorazonadores Katrina y Rita del 2005, como los signos precursores del “T1”. Esta nueva fase puede entrar de repente en la escena mundial durante el invierno de 2005-2006 tomando a grandes grupos humanos por sorpresa....
Afortunadamente, la ventaja oculta del “T1” es que los suministros mundiales de petróleo seguirán casi constantes durante la fase inicial, permitiendo a aquellos que tienen visión de futuro, inteligencia y habilidad, comenzar a prepararse para las fases “T2” y “T3”, más turbulentas...
Dado que la “preparación” va a ser clave de aquí en adelante, voy a proponer aquí mi primera lista de “qué hacer” resumida en las cinco “R” siguientes:
Con mis mejores deseos para la “Primera Transición”...
CE: El artículo de Bahktiari es típico de este controvertido profesor, aunque parece bastante simple en sus consejos sobre las cinco “R” recomendables, para la llegada y manejo en la cuesta abajo de la curva de Hubbert de la producción mundial de petróleo. Nos atreveríamos a decir que hay gente en estas páginas de Crisis Energética que ha propuesto cosas similares y también, incluso más completas.
Parece fuera de duda que Bakhtiari tiene un ganado prestigio de décadas en el análisis geológico de los yacimientos de Oriente Medio, pero en este caso hay que decir que sus recomendaciones sobre como manejarse en la crisis posterior al cenit no han estado a la altura de su fama geológica.
Aún coincidiendo plenamente con sus conceptos generales de REPROGRAMAR, REDUCIR, REUTILIZAR, RECICLAR y RECOMPENSAR, la cosa puede no ser tan sencilla.
La reprogramación de las mentes al nuevo mundo de un nivel entrópico necesariamente más bajo, muestra lo difícil de hacerlo en el propio Bakhtiari: por ejemplo, cuando pasa al siguiente ejemplo y toma una familia australiana que puede pasar de 5 coches privados a 3, como muestra de buena voluntad. Demasiado fácil y benevolente, demasiado poco práctico en un mundo diseñado, conformado y cerrado para el vehículo privado, con distancias sólo posibles para el vehículo privado. ¿Y por que no directos al transporte público? En el hecho de la necesidad de reducir estamos totalmente de acuerdo; en los ejemplos, no necesariamente.
Reutilizar siempre ha sido más juicioso que reciclar. Hay estudios que demuestran que lo primero es energéticamente mucho más efectivo que lo segundo. Bien es cierto que la enorme disponibilidad de bienes ya existentes y no pensados para la reutilización, van a exigir el reciclaje, de todas maneras.
Y finalmente, no dejan de sorprender esas mezclas del profesor iraní, con un indudable influjo de la cultura occidental, que ora pone el ejemplo del recauchutado de los neumáticos, algo muy propio de países del Tercer Mundo, ora pone ejemplos (muchos más) del gigante estadounidense, como las luces de Phoenix, o los huracanes de EE.UU. como tragedias mundiales, habiendo tenido en su propio país terremotos de importancia, o para rematar, el ejemplo “positivo” de los 19 millones de bicicletas que los estadounidenses compraron el año pasado, a la hora de recompensar las iniciativas de ahorro energético, cuando con mucha probabilidad, la mayoría de ellas estén arrumbadas en garajes sin uso, pues se compraron con la típica compulsión del consumo y la inmensa mayoría de ellas seguramente sólo se compraron pensando en el ocio del fin de semana (y gracias), y posiblemente jamás se han llegado a pensar como medio de transporte serio, dado el imposible urbanismo de las megápolis estadounidenses.
De todas formas, lo traemos a colación, porque es un apunte más de una persona interesada en transmitir un mensaje general para que los ciudadanos del mundo se vayan preparando. Deja en las puertas, el atisbo de que las Transiciones segunda y tercera pueden ser mucho más dramáticas que esta primea que apenas ha esbozado.