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Del cenit del petróleo a la “primera transición”

  • Jueves, 24 Noviembre 2005 @ 20:46 CET
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Artículos Ali Samsam Bakhtiari es un exdirectivo de la Iranian National Oil company (INOC) y miembro de ASPO, con más de 33 años de experiencia en el sector petrolífero y gasístico. Es además conferenciante en la Universidad de Teherán y especialista en historia de Irán. Ha escrito muchos artículos sobre la industria petrolífera y ha asistido con regularidad a las reuniones anuales de ASPO, excepto a la última de Lisboa, donde se excusó su asistencia, a pesar de estar programada, por causas no bien conocidas. Ahora ejerce de consultor en materias energéticas desde Teherán y tiene abierta una página web de pago (“Letter from Tehran”). Es autor también de varios libros sobre el tema, entre los que destaca “Peaks and throughs”. Bakhtiari apuesta porque el cenit mundial de la producción de petróleo es este mismo año.

Traemos aquí uno de sus últimos artículos hecho publico por la universidad Simon Fraser de Canadá, en el que recomienda los pasos a seguir, de los que hacemos una lectura crítica.

Por Ali Samsam Bakhtiari From peak oil to transition 1

Simon Fraser University

Canadá

En mi humilde opinión deberíamos haber llegado ya al cenit del petróleo. Por tanto, es un momento oportuno para cerrar este capítulo crítico en la historia del sector petrolífero internacional y despedirse del gran cenit... actualmente, la producción mundial de petróleo fluctúa por los 82 millones de barriles diarios, mientras algunas instituciones intentan vanamente empujar las estadísticas de 2005 hacia los 83 y los 84 millones de barriles diarios (como suelen hacer siempre). Pero se verán obligados a recular, a medida que la oferta “real” de petróleo no pueda llegar a la que figura sobre el papel.

Por ello, en las secuelas del cenit del petróleo, estamos a punto de entrar en lo que denomino Primera Transición [T1] una fase bastante extraña, semejante a una vaga “tierra de nadie” entre unos suministro de petróleo todavía adecuados y la clara conciencia de que la demanda ha dejado definitivamente atrás a la oferta. Veo el trágico tsunami de 2004 y los descorazonadores Katrina y Rita del 2005, como los signos precursores del “T1”. Esta nueva fase puede entrar de repente en la escena mundial durante el invierno de 2005-2006 tomando a grandes grupos humanos por sorpresa....

Afortunadamente, la ventaja oculta del “T1” es que los suministros mundiales de petróleo seguirán casi constantes durante la fase inicial, permitiendo a aquellos que tienen visión de futuro, inteligencia y habilidad, comenzar a prepararse para las fases “T2” y “T3”, más turbulentas...

Dado que la “preparación” va a ser clave de aquí en adelante, voy a proponer aquí mi primera lista de “qué hacer” resumida en las cinco “R” siguientes:

  1. REPROGRAMAR: lo primero y más importante es reprogramar “la mente”; olvidarse del “business as usual” y escenarios igualmente de color de rosa (porque nada volverá a ser como antes); adquirir cuanto más “pensamiento lateral” sea posible (ver al super-guru “Edward de Bono”); concebir no solo planes B, sino además planes C, D y E; comenzar también a “pensar en lo impensable” y a “esperar lo inesperado” (Acabo de ver una foto del Gran Phoenix (en Arizona) de noche que me producía escalofríos que recorrían mi columna vertebral con su “mar de luces” (mientras imaginaba los escondidos y ronroneantes aires acondicionados) en esa aglomeración urbana y a la vez dispersa de 163 por 173 Km (no menos de 28.200 Km2), que alberga a unos 4 millones de personas, ¡con una aportación diaria de unos 500 nuevas personas!

  2. REDUCIR: primero, reducir los desechos sin piedad, de antemano un mínimo de un 30%; comprimir el nivel de la deuda tan rápidamente como sea posible (el T1 traerá consigo inevitablemente un mayor inflación); reducir los viajes de todo tipo, para economizar los cada vez más preciados combustibles (optimizar el uso de Internet); reducir gradualmente todo tipo de consumo (ponerse en forma y preparase para grandes cortes); revisar los sistemas de iluminación y calefacción (invertir donde sea necesario, ya que la inversión de una sola vez es más barata que los gastos corrientes anuales); reducir el tamaño y el número de coches cuanto sea posible (estuve con una familia australiana que vivía en una zona residencial lujosa y poseía no menos de cinco coches, uno por miembro de la familia; les hablé del gran cenit del petróleo; se quedaron atónitos, preguntándose como podría suceder, con los precios disparados. Les repliqué: “Bien, entonces pueden deshacerse con facilidad de dos coches con unas incomodidades mínimas, simplemente con un poco más de planificación, reduciendo de una sola vez los gastos de coches, en al menos un tercio, sin tener en cuenta los ahorros en gasolina...”)

  3. REUTILIZAR: Muchas cosas son fácilmente reutilizables; apenas requieren un poco de atención y se logran unos efectos importantes: desde las bolsas de plástico a los paquetes; los neumáticos recauchutados; puede que lo más importante llegue a ser el inocente “agua”, que está abocada a resultar insuficiente; y la madera, también... (la filosofía de la reutilización exige una concepción mental totalmente nueva, ya que nadie está acostumbrado a reutilizar las cosas).

  4. RECICLAR: El futuro industrial del mañana serán las industrias de “reciclado”; el reciclado de la basura debería ser obligatorio (como en Alemania o en un puñado de ciudades estadounidenses, como Seattle o Pittsburg); muchas de las cosas que se tiran podrían ser reciclables; se podrán producir muchos bienes con vistas a ser posteriormente reciclados... (Debería darse prioridad al reciclado de coches, por los enormes beneficios que de ello se pueden derivar)

  5. RECOMPENSAR: recompensar cualquier acción que conduzca a reducciones masivas, a la reutilización o al reciclado; preferiblemente hay que hacer uso de los subsidios “positivos” que de los “negativos”...(un ejemplo podría ser el de recompensar a los 19 millones de norteamericanos que han comprado una bicicleta el año pasado).

Con mis mejores deseos para la “Primera Transición”...

CE: El artículo de Bahktiari es típico de este controvertido profesor, aunque parece bastante simple en sus consejos sobre las cinco “R” recomendables, para la llegada y manejo en la cuesta abajo de la curva de Hubbert de la producción mundial de petróleo. Nos atreveríamos a decir que hay gente en estas páginas de Crisis Energética que ha propuesto cosas similares y también, incluso más completas.

Parece fuera de duda que Bakhtiari tiene un ganado prestigio de décadas en el análisis geológico de los yacimientos de Oriente Medio, pero en este caso hay que decir que sus recomendaciones sobre como manejarse en la crisis posterior al cenit no han estado a la altura de su fama geológica.

Aún coincidiendo plenamente con sus conceptos generales de REPROGRAMAR, REDUCIR, REUTILIZAR, RECICLAR y RECOMPENSAR, la cosa puede no ser tan sencilla.

La reprogramación de las mentes al nuevo mundo de un nivel entrópico necesariamente más bajo, muestra lo difícil de hacerlo en el propio Bakhtiari: por ejemplo, cuando pasa al siguiente ejemplo y toma una familia australiana que puede pasar de 5 coches privados a 3, como muestra de buena voluntad. Demasiado fácil y benevolente, demasiado poco práctico en un mundo diseñado, conformado y cerrado para el vehículo privado, con distancias sólo posibles para el vehículo privado. ¿Y por que no directos al transporte público? En el hecho de la necesidad de reducir estamos totalmente de acuerdo; en los ejemplos, no necesariamente.

Reutilizar siempre ha sido más juicioso que reciclar. Hay estudios que demuestran que lo primero es energéticamente mucho más efectivo que lo segundo. Bien es cierto que la enorme disponibilidad de bienes ya existentes y no pensados para la reutilización, van a exigir el reciclaje, de todas maneras.

Y finalmente, no dejan de sorprender esas mezclas del profesor iraní, con un indudable influjo de la cultura occidental, que ora pone el ejemplo del recauchutado de los neumáticos, algo muy propio de países del Tercer Mundo, ora pone ejemplos (muchos más) del gigante estadounidense, como las luces de Phoenix, o los huracanes de EE.UU. como tragedias mundiales, habiendo tenido en su propio país terremotos de importancia, o para rematar, el ejemplo “positivo” de los 19 millones de bicicletas que los estadounidenses compraron el año pasado, a la hora de recompensar las iniciativas de ahorro energético, cuando con mucha probabilidad, la mayoría de ellas estén arrumbadas en garajes sin uso, pues se compraron con la típica compulsión del consumo y la inmensa mayoría de ellas seguramente sólo se compraron pensando en el ocio del fin de semana (y gracias), y posiblemente jamás se han llegado a pensar como medio de transporte serio, dado el imposible urbanismo de las megápolis estadounidenses.

De todas formas, lo traemos a colación, porque es un apunte más de una persona interesada en transmitir un mensaje general para que los ciudadanos del mundo se vayan preparando. Deja en las puertas, el atisbo de que las Transiciones segunda y tercera pueden ser mucho más dramáticas que esta primea que apenas ha esbozado.