
El presidente de Bolivia, Carlos Mesa, ni vetó ni promulgó la ley de hidrocarburos. Al dejar cumplir el plazo para su promulgación, según la constitución boliviana, la ley vuelve al Congreso y es el presidente de este órgano quien debe promulgarla. La norma en cuestión aumenta las regalías para el estado al 50%, lo que afecta directamente a las transnacionales petroleras que operan en Bolvia desde hace más de diez años. La compañías internacionales amenazaron con demandar al Estado por incumplimiento de contrato.
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El presidente de Bolivia deja en manos del Congreso la promulgación de la polémica Ley de Hidrocarburos".