Bienvenido(a) a Crisis Energética, Anonymous Viernes, 26 Abril 2024 @ 01:28 CEST

Aspectos básicos en el juego de los precios del petróleo

  • Miércoles, 30 Marzo 2005 @ 21:02 CEST
  • Autor:
  • Lecturas 5.291
Artículos Presentamos la traducción al español del artículo del economista de la energía Andrew McKillop "Fundamentals in the oil-pricing game". El autor de la traducción (Aspectos básicos en el juego de los precios del petróleo), Marcos Martínez, ha añadido además un comentario al artículo que se puede encontrar al final del mismo. El artículo y los comentarios de Marcos aportan una perspectiva bastante novedosa para comprender la supuesta resistencia de las economías a los precios altos del petróleo, y cuales podrían ser sus límites. Aspectos básicos en el juego de los precios del petróleo

Hace unas pocas semanas los precios del petróleo recuperaron con facilidad las pérdidas que durante escaso tiempo condujeron los precios hacia abajo, hasta los 45 dólares el barril para el WTI. A parte de la perenne folclórica historia de la climatología de Estados Unidos, como si el frío condujera los precios del petróleo de la misma forma que lo hace con los vegetales de primavera y las lechugas 'iceberg', los datos de la AIE reforzaron un sentimiento optimista cuando actualizaron sus anteriores previsiones para el crecimiento de la demanda mundial de petróleo durante el 2005.

Estas anteriores previsiones de la AIE fueron incrementadas desde la diminuta cantidad de 80.000 b/d o 0.08 Mbd/d al sospechoso e imposible modesto número de 1.52 Mb/d.

  • El motivo que hace esto difícil de entender o creer es simple: la AIE también aumentó su estimación final del crecimiento de la demanda mundial en 2004 hasta 2.68 Mb/d.
En términos de porcentaje, el crecimiento del 2004 fue muy cercano al 4%, el más alto de los últimos 25 años. Este gran número entra en fuerte conflicto con las ideas proyectadas y previsiones que adelantaron tanto la AIE como otros actores energéticos, especialmente las diez corporaciones petroleras más grandes del mundo. Ninguno de ellos imaginaron ni planificaron un crecimiento de la demanda que estuvuera por encima del 1.75% anual en sus fundamentos a largo plazo. Así, empresas como BP y ENI todavía afirman hoy en día que la tasa 'normal' a largo plazo está en torno al ¡1.3% al año!

Por el lado del consumidor, reforzando la noción de un lento incremento y que ha terminado siendo un paradigma inmóvil, se dice que los ususarios del petróleo se encuentran por doquier para mostrar cómo un 'precio elástico' responde a precios más altos, es decir que instantaneamente recortarán su consumo en cuanto los precios aumenten. Por el lado del suministro, los mismos altos precios se espera que rápidamente lleven nuevos y grandes proveedores al mercado.

Pero si esto no sucede tendremos una crisis del petróleo

La situación de pre-crisis se refleja directamente en el mercado por la creciente volatilidad hacia arriba del perfil del precio a largo plazo. Las previsiones de crecimiento para el 2005 según la AIE deberían caer un 42% con respecto al 2004, pero podemos conjeturar que son puras ilusiones vanas. Está claro cuál es el deseo y la esperanza de la AIE: que un menor crecimiento durante el 2005 empuje hacia abajo la tendencia actual, consiguiéndose así unos números más manejables y limitando el aumento del precio del petróleo.

Ahora que los precios están por encima de los 50$ en cuanto en el norte de EEUU han caído unos pocos copos de nieve en febrero, la OPEP ha sido empujada hacia el follón de los precios ni más ni menos que por el ministro del petróleo de Arabia Saudita al decir que "podemos vivir con" precios del petróleo "en torno a los 40 dólares el barril".

Los ministros del petróleo de la OPEP esperaron hasta diciembre del 2004 para decir que ellos ya no defenderían más un rango de precios comprendido entre los 22 y los 28 dólares el barril, un 'rango preferente de precios' que ha desparecido completamente de la escena desde el 2002.

Fundamentos por el lado de la oferta

La cuestión básica o 'fundamental' es qué es lo que pueden exactamente producir y exportar los actuales 11 miembros de la OPEP (OPEP-11). Usando los datos del 'Oil & Gas Journal' ('Worldwide Look at Reserves and Production', 16 de diciembre del 2004) sobre la producción mundial diaria durante el 2003 y el 2004, la producción promedio de los OPEP-11 fue de 28.93 mb/d en el 2004, donde 8.75 mb/d fueron producidos por los sauditas.

Sólo Irán, Qatar, Kuwait y Arabia Saudita pueden conseguir unos incrementos de producción por encima del 3%, que son los que se han producido durante el 2004 en comparación con el 2003, excluyendo el muy especial caso de Irak. Según el 'Oil & Gas Journal' se ha producido un incremento del 55% en la producción diaria promedio, en torno a los 2.05 Mb/d en el 2004, mientras que los datos americanos de la AIE y DoE dan en torno a los 1.55 mb/d, un promedio casi idéntico al del 2003. BP ubica la producción promedio en torno a los 1.33 mb/d. Así que al total de 28.93 mb/d mencionado anteriormente se debe añadir Irak con una producción de unos 1.75 mb/d durante el 2004.

Cualquier número que se aporte sobre la producción de la OPEP debe quedar sujeto a la siguiente pregunta: ¿neta o bruta? ¿Cuál es entonces la capacidad exportadora de cada productor OPEP?

Irak, por ejemplo, pronto recuperará su demanda doméstica anterior a la guerra, que estaba entorno a los 0.65 mb/d, a pesar de que las infraestructuras están completamente destrozadas y el desempleo es del 60%. Las fuezas de ocupación americanas acreditan una demanda de 0.35 mb/d, pero la demanda de Irak se incrementará rápidamente según avance la fase de reestructuración económica que debe estar apunto de empezar.

La demanda interna de Arabia Saudita se ha incrementado más de un 5% durante el 2004 (mucho más que el incremento de producción del 3.2%). Según el BP Statistical Review of World Energy, la demanda interna saudita fue de 1.23 mb/d durante el 2003, por lo que la capacidad exportadora actual de los árabes esta siendo de unos 7.5 mb/d. Esto es bastante menos que el incremento de demanda mundial durante tres años al ritmo de 2004, pues sólo cubre unos 32 meses.

La demanda interna de Kuwait, de nuevo según los datos de BP, ha ido creciendo en torno al 10% durante los últimos años (un 19.8% durante el 2003), minimizando cualquier incremento de su producción nacional.


Este fenómeno de unos incrementos en la demanda interna creciendo a mayor velocidad que la producción está siendo el modelo habitual no sólo en 9 de los 10 productores OPEP, sino también en los no OPEP. En consecuencia, las exportaciones netas tienden a crecer con más lentitud que la producción nacional. Y viceversa, debido al declive de las producciones en los países no OPEP y la creciente demanda de petróleo, la importación mundial se está incrementando con mayor velocidad que si sólo contabilizáramos la demanda mundial sin tener en cuenta el declive (unos 3 mb/d en el 2004 para un crecimiento del consumo calculado en torno a los 2.68 mb/d).

Si nos movemos considerando los actuales declives, la mayoría de los productores no OPEP (casi todos excepto Rusia y algunos de los productores de Asia Central) tiene unas tasas de declive persistentemente elevadas a pesar de alardear de mejoras tecnológicas.

Si consideramos los tres mayores productores OCDE (EEUU, Noruega y Reino Unido), están perdiendo capacidad de extracción de petróleo en torno al 4% - 5.5% al año (el declive de la producción del Reino Unido fue estimado por 'Oil & Gas Journal' en torno al 13%). En el caso de Noruega y Reino Unido estas tasas se incrementarán en un futuro y de forma brusca en el primer caso, a pesar de todas las imaginables mejoras tecnológicas y debido a los límites geológicos y tipos de cuencas explotadas en plataformas marinas por Noruega y Reino Unido.

Precios del petróleo y crecimiento económico

Uno de los mayores problemas que debe afrontar la AIE y la muchedumbre de analistas y 'expertos' que pretenden que 'los altos precios restringen la demanda', tanto directamente como amortiguando el crecimiento económico, es que esto no sucede así en el mundo real. Desde comienzos de 1999 los precios se han incrementado un 400%. El crecimiento de la demanda de petróleo durante el 2004 ha sido cercano al 4%, el más alto en 25 años. Cada año desde 1999 la demanda mundial de petróleo se ha incrementado más que el año anterior ¡aunque el precio ha aumentado!
  • Estos son simples hechos que entran en clara contradicción con las ideas recibidas y las panaceas sobre la 'elasticidad del precio'.
La demanda mundial de petróleo, por un cúmulo de razones que son fáciles de describir, tiende a estar reforzada por los 'altos' precios del gas y el petróleo hasta que se alcancen unos precios 'extremos'. Este es el fundamento real por el lado de la demanda.

Por el lado del suministro las cosas son igualmente claras y en completa oposición a los que piensan que se puede conseguir un 'ilimitado' crecimiento de la oferta.

La conclusión que se extrae es la siguiente: el incremento de los precios debe desempolvar tanto la conservación de la energía como las estrategias de desarrollo de renovables. Ambas, podemos añadir además, son extremadamente necesarias para limitar las adversidades del cambio climático, una cosa que por lo menos ahora es mejor entendida y temida.

Andrew McKillop es economista y consultor sobre temas energéticos. Ha ocupado puestos en organizaciones y entidades administrativas, económicas y energéticas de Europa, Asia y América del Norte. Su experiencia profesional incluye: gestión de la información tecnológica y de ingeniería en la industria del petróleo y petroquímica (OAPEC, Kuwait y AREC Abu Dhabi), desarrollo y financiación petroquímica (AREC, Abu Dhabi), industrias eléctricas del gas y el transporte por carretera (British Columbia Hydro & Power Authority, Canada), desarrollo y administración de infraestructuras energéticas (Dept. of Minerals & Energy, Govt of Papua NG), análisis y desarrollos públicos (Divn A - Policy, DG XVII - Energy, EC, Brussels).

Copyright Andrew McKillop 2005
Traducido por Marcos Martínez para Crisis Energética.

Comentario de Marcos Martínez:

A diferencia de otros comentaristas el Sr. Andrew McKillop mantiene una postura crítica con respecto a las tendencias sobre el consumo de petróleo planeadas por agencias oficiales y los expertos que las propagan. Tal vez su tesis principal es que el consumo seguirá creciendo sin moderación hasta encontrar un precio lo suficientemente elevado que inflexione la curva de la demanda. Una de las consideraciones que aporta en este artículo de fondo son los incrementos de los consumos internos de los productores OPEP, que reducen su cuota 'bruta' y en consecuencia el incremento de bariles diarios que ponen a disposición del mercado.

Pero si observamos con detenimiento el aumento de demanda de petróleo a partir del año 2000, nos encontramos que está muy balanceado hacia lo que comunmente se denominan 'economías emergentes asiáticas' (es decir, China, ASEAN e India) y no tanto hacia los países OCDE, excepto EEUU. Es decir, por primera vez las economías OCDE están experimentando un crecimiento en el precio del barril que no es debido principalmente a su demanda (o factores políticos como ha sucedido en anteriores coyunturas) sino al acelerado desarrollo de otras economías emergentes. Estamos asistiendo en consecuencia al auge y fortalecimiento de una nueva área económica que, en el actual estrecho margen de maniobra entre oferta y demanda, está dictando con su creciente consumo las tendencias del precio desde hace cinco años. Pues para conseguir mandar en la relación dólares/barril ya no es necesario poseer el mayor consumo mundial, mandar sobre las compañías petroleras, tener las mejores reservas o dominar los mercados de futuros. Símplemente basta con tener una 'mayoría cualificada' en el crecimiento anual de la demanda mundial. Y esto es lo que están consiguiendo China en conjunción con las economías ASEAN.

Por este motivo el precio del barril ha dejado de guardar relación con las economías ya desarrolladas y muy en especial la de EEUU, que necesitan el petróleo barato que se dispuso desde finales de la década de los ochenta y todos los 90. Esto comporta una serie de consecuencias fundamentales:

1. El conseguiente escenario recesivo que provocará el alza continuada de los precios en el área OCDE no podrá compensarse desde un recorte en el aumento de la demanda (estable o con crecimientos relativamente escasos en comparación a las economías emergentes) sino mediante un descenso directo en el consumo de hidrocarburos, algo que no sucederá hasta entrar en un proceso de crisis económica.

2. No podemos determinar todavía qué bloque económico es menos resistente al encarecimiento del barril, si el emergente o el desarrollado. En consecuencia tampoco podemos determinar quién sufrirá primero ese recorte directo mencionado en el punto anterior. Pero es fácil advertir que quien desfallezca primero propagará la recesión al resto de la economía globalizada.

3. El bloque que sea la causa de la crisis será también el que tenga más problemas para salir de ella, pues habrá demostrado necesitar cambios en profundidad para soportar la nueva estructura energética como consecuencia del cenit de producción de petróleo. Por el contrario, el que reciba el efecto demostrará estar mejor preparado para diluir unos costes energéticos elevados en su tejido productivo y decidirá en consecuencia sobre las tendencias de la recuperación económica al resarcirse con mayor velocidad.

4. Los errores en la previsiones de los 'organismos oficiales' están demostrando la caducidad de un modelo y la entrada en vigor de otro paradigma económico donde los costes energéticos y su agotamiento físico deberán introducirse como elementos decisivos en los desarrollos de las naciones.

5. Está por determinar hasta qué punto este cambio de paradigma afectará a la relación moneda/energía que tradicionalmente ha venido sustentada por los 'petrodólares' y la hegemonía norteamericana en los mercados mundiales. Pero es evidente que quien lleva la carga de garantizar ese equilibrio deberá demostrar también de alguna manera su capacidad para restablecerlo. Y ya hemos visto que el argumento imperante es el de fuerza, luego aquí tendríamos una pista de que el económico podría estar finiquitado.