Las preocupaciones de Simmons sobre los viejos campos sauditas
- Viernes, 28 Enero 2005 @ 10:37 CET
- Autor: physis
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El suministro saudita demanda atención
Por Louise S. Durham, corresponsal de Explorer.
(pulsar aquí para ver un mapa de los pozos petrolíferos de Arabia Saudita, se abrirá en una nueva ventana del navegador)
Estos días hay la suficiente retórica – mucha de ella contradictoria –sobre el suministro y la demanda como para que el observador más duro eche mano del frasco de aspirinas.
Por ejemplo, la demanda global continúa constante pero se dice también que los precios enfriarán la demanda China. La OPEP puede producir todavía mucho petróleo pero otros dicen que está al límite de su capacidad, etc., etc.
Se añade a la incertidumbre la reciente e inesperada llamada de la OPEP para que los Estados Unidos liberen petróleo de sus reservas estratégicas con el fin de ayudar a enfriar los precios. La súplica recibió poca atención a pesar de que el orgullo de la OPEP reside en su capacidad de control de los precios, pues en un principio tienen un nivel de existencias lo suficientemente elevado como para mantener las arcas bastante llenas todavía y disuadir a los principales consumidores de tomarse en serio el desarrollo de combustibles alternativos.
Cuando la piedra angular de la OPEP, Arabia Saudita, anunció recientemente un incremento de la producción se mencionó poco que su incremento fue principalmente de un crudo de baja calidad y no de dulce (N. del T: sweet crude en el original, petróleo de bajo contenido en azufre y de superior calidad).
Es asunto de debate si estas acciones recientes pueden verse como banderas rojas. Un observador que lleva tiempo en el negocio, el banquero de inversiones energéticas Matt Simmons, CEO de Simmons and Company International con sede en Houston, dice que hay sobrados motivos para estar preocupados por el abastecimiento de petróleo de Oriente Medio, particularmente de Arabia Saudita.
“Básicamente hemos creado un plan energético global construido sobre una casa de arena”, dice Simmons, “y no hay plan B si su producción actual comienza a declinar, igual que lo han hecho los Estados Unidos y lo está haciendo el Mar del Norte.”
“El último campo gigante que se descubrió en Arabia Saudita fue Shaybah en 1967, y lo que tenemos allí es un puñado de campos que son demasiado viejos para un mundo que da por hecho que el petróleo en Oriente Medio está en cualquier parte que se quiera encontrar”, dijo. “Este es el último Gran Mito: hay Petróleo en cualquier sitio.”
“Esto se debe a que en Oriente Medio hay una increíble pequeña concentración que se da en lo que yo llamo el triángulo de oro de la energía. Este triángulo comienza en Kirkuk en la parte más alta de Irak, desciende por el lado este y, a 30-50 kilómetros al este de la frontera Irano-Persa, cae hacia abajo hasta los EAU y sube de nuevo hasta Kirkuk, que está unos 65 kilómetros al oeste de la frontera occidental del Golfo Pérsico.”
“Este es un triángulo con unos lados medidos en kilómetros de 1.600 por 725 por 1300”, dice Simmons, “y en este triángulo se encuentran los campos viejos más importantes que nunca se han encontrado en Oriente Medio.”
“Arabia Saudita ha estado buscando durante 30 años para encontrar petróleo fuera de esta pequeña área en la provincia oriental con el fin de tener un plan B”, dice, “pero los únicos pequeños descubrimientos con posibilidades comerciales que se han hecho han sido muy modestos si tenemos en cuanta el tamaño de los campos ya descubiertos en Oriente Medio”
El único gran descubrimiento comercial se produjo a 80 kilómetros al sudeste de Riyadh en 1989 en el área de Hawtah, y es conocido como Hawtah. Su pico de producción se produjo con 200.000 barriles al día.
El agua inyectada, según Simmons, fue corrosiva y cargante para las bacterias, dañando severamente la sostenibilidad de las reservas a largo plazo.
De un grano de arena se hizo una montaña
Para responder a la creciente lista de preguntas y conseguir mayor información sobre los campos sauditas descubiertos, sus métodos de producción y los volúmenes, Simmons analizó más de 200 informes técnicos SPE sobre el asunto. Sus hallazgos fueron revisados por varios expertos peritos en la materia.
“Si lee detenidamente, surge un cuadro totalmente diferente del que se puede obtener escuchando a la gente que dice que tienen 260 billones de barriles de reservas y que, en términos conservadores, pueden recuperar hasta un 70 u 80%”, dice Simmons, “algo que todavía no ha conseguido nadie en el mundo”.
“Pienso que están en el último tramo del petróleo fácilmente recuperable y que terminarán sus extracciones con unas recuperaciones en torno al 35 o 45% del petróleo en el lugar, como los rendimientos obtenidos en otros yacimientos carboníferos,” dice Simmons.
“Para recuperar mucho más sería necesario emplear elevaciones artificiales y añadir más pozos de forma exponencial.”
“Pero lo que hace que en su globalidad la situación saudita sea tan incómoda”, advierte Simmons, “es la simetría del suministro petrolífero.”
“Ocho campos han proporcionado el 98% de toda su producción y seis el 95%”, advierte Simmons. “Ghawar es el principal y está dando de forma regular entre el 60 y el 65% de todo el petróleo que han producido desde finales de los años 50 hasta el 2004. Es fácil advertir que, tal como ha sucedido con otros grandes campos, estos también darán la vuelta algún día. Pero cuando Ghawar entre en la fase de declive el mundo habrá dado con su cenit.”
Por ahora Ghawar continúa produciendo con rapidez unos 5 mb/d, gracias en gran parte a un programa extensivo de inyección de agua. La pregunta entonces es ¿hasta cuándo se podrán mantener esos niveles?
“Han cerrado la mayoría de pozos verticales no haciendo otra cosa que no sea por inyección de agua, siendo todos los nuevos pozos perforaciones extendidas horizontales de alcance lateral múltiple”, dice Simmons. “Estos están básicamente escondiéndose de tapones de gas que emergen rápidamente en medio de la constantemente en disminución columna de petróleo, al tiempo que la columna de agua se eleva hasta la parte superior del pozo.”
“Cuando llegue ese día, esos fabulosos pozos que están dando esta productividad a través de ocho o diez perforaciones todo lo que sacarán será agua.”
¿Una cuestión de confianza?
Saudi Aramco tiene un punto de vista diferente sobre el futuro del petróleo Saudita.
De hecho, la compañía envío dos de sus ejecutivos de más alto rango a Washington en febrero para refutar las afirmaciones de Simmons cuando las presentó en el Center for Strategic and International Studies.
Una trascripción de las presentaciones incluye los comentarios de Nansen Saleri, manager de la administración de las reservas en Aramco, sobre la producción actual y la futura.
El plan actual de la compañía es mantener una capacidad de 10 mb/d y reemplazar las reservas con 15 mb/d entre 2005 y 2009, dice Saleri. Afirma que si Aramco incrementa la producción hasta 12 mb/d en el 2014 lo podrían mantener confortablemente durante 50 años o más.
Saleri limita sus observaciones un poco advirtiendo que depende de las condiciones del mercado mundial.
Para reforzar sus predicciones, Saleri enfatiza las capacidades de la compañía, incluyendo el uso extensivo de tecnologías avanzadas y la posibilidad de controlar los niveles del agua. Salieri enfatizó una reducción en los niveles de agua medios en Ghawar.
Los números de la producción potencial pueden ser impresionantes, pero Simmons sostiene que la Saudita Aramco no ha comunicado los datos que respaldan estas pretensiones.
“Ellos no dicen como podrán hacerse esto”, dice Simmons, “y digo que estamos verdaderamente necesitados de una reforma masiva en los datos. Necesitamos una verdadera transparencia energética.”
“Necesitamos la divulgación campo a campo de la producción histórica y el número promedio de perforaciones productivas la crearon”, dijo Simmons, “así será la primera vez que los analistas podrán elaborar los ratios de declive de la productividad en vez de conformarse con el ‘créanme, no tenemos ningún problema’”.
“Entonces, sólo necesitamos tres apuntes específicos sobre los datos de las reservas probadas en cada campo, verificados por una tercera parte, al igual que, por ejemplo, General Electric necesita que sus libros sean auditados aunque ellos los conozcan mejor que nadie,” dijo. “Entonces, si de aquí a tres años hay signo de no haber ningún problema, públicamente diré que era un alarmista por haber planteado esto”.
“Todo lo que conseguimos ahora es ‘créame’, y yo digo que estamos en el método de ‘creo pero verifica’.”
Comentario de Crisis Energética, por physis:
En este artículo se puede observar el empuje mediático que ejerce una crítica exhaustiva y documentada contra algunos países productores de petróleo. Pero sobre todo, con sus estudios el Sr. Simmons ha presionado con fuerza a los técnicos sauditas para que expliquen hasta qué punto pueden aumentar su capacidad de producción, cuándo y durante cuánto tiempo. Ya es algo.
No hay que hacer muchas cábalas para sorprenderse por el escaso margen que añade la producción saudita al consumo mundial en los niveles actuales. Pues con independencia de si sus datos son fiables o no y de cuánto tiempo necesitarían para conseguirlo, un incremento que alcance los 12 mb/d simplemente satisfará en términos absolutos durante el año 2005 el declive de los países productores más el previsible aumento de la demanda. Evidentemente hay mucha más producción en otras áreas a nivel mundial, pero si Simmons da de plazo hasta el 2007 para comprobar las afirmaciones del Sr. Saleri, es de suponer que el declive global acumulado (1 mb/d durante el 2003 y creciendo con inusitada rapidez) más el aumento de demanda de los años 2006 y 2007 absorberán como una esponja el resto de la producción allí donde se produzca.
Es decir, con los ritmos de consumo actuales y una demanda globalizada como nunca por el acceso de cada vez más población a niveles de consumo propios de áreas desarrolladas o en vías de desarrollo, el porcentaje total de producción extra respecto de la demanda mundial se encuentra cada vez más reducido en términos relativos. No es lo mismo añadir 5 mb/d sobre una demanda de 50 mb/d que sobre una demanda de 85 mb/d. En el primer caso hablamos de un excedente del 10% mientras que en el segundo del 5,9 %.
Si a este mero análisis cuantitativo fruto de la presión demográfica sobre el petróleo añadimos la clave geológica, resulta que ésta trabaja para reducir aún más el porcentaje por el declive de los yacimientos, estrechando día a día la capacidad excedentaria que debería moderar las naturales fluctuaciones estacionarias de la demanda.
Teniendo en cuenta que todo el petróleo que se refina previamente ha sido negociado en el mercado (NYMEX e IP principalmente, excluyendo acuerdos locales entre países), en el momento que los famosos ‘barriles de papel’ y los contratos futuros sean más duros de negociar por la creciente reducción de margen relativo, los especuladores deberán pujar para no quedarse sin las partidas deseadas. No hay nadie, evidentemente, que reparta la escasez con equidad. Nadie que diga ‘a ti tanto, al otro cuanto y así nos repartimos las pérdidas entre todos’, pues evidentemente se ha confiado el control al ‘mercado’, a la ley que imponga la oferta y la demanda.
En el momento, que eso suceda los precios se resentirán al alza cuando la demanda estacionara encuentre sus picos. Esto es lo que ha sucedido en el último trimestre del 2004 y lo que acontecerá en determinados momentos del 2005. Tal vez la primera embestida ha tomado a contra pie a los productores y ha sido tan repentina que cuando se acudió a cubrir el pico ésta ya estaba en descenso y se ha tenido que recortar la producción de nuevo para mantener los precios en márgenes relativamente cómodos.
Pero esta primera alerta hará que los productores estén preparados para nuevos picos y pueda moderarse el precio con prontitud durante algunos años. La pregunta es cuántos. Y aquí es dónde Simmons ha apretado a los Sauditas y aún aceptando sus cuentas se ven con mucha claridad negros nubarrones en el horizonte. En caso de no aceptar los números árabes y tomar como válidos los del banquero de Huston parece evidente que los nubarrones los tenemos encima de nuestras cabezas y en cualquier momento descargarán la tormenta.