El diario l`Avui avisa del cenit y sus consecuencias en el transporte
- Martes, 07 Septiembre 2004 @ 15:00 CEST
- Autor: Protágoras
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Pau Noy Serrano
Presidente de l'Associació per a la Promoció del Transport Públic
Este verano el precio del barril de petróleo ha sobrepasado los 45 dólares. Los índices de las bolsas se desploman y los especuladores acumulan pérdidas. ¿Nerviosismo? No, tranquilidad. En euros constantes (descontando la inflación) el petróleo es hoy todavía más barato que hace 25 años. No pasará nada grave hasta que el precio del barril no llegue a los 100 dólares. El debate no es si sobrepasará este valor, sino cuando llegará a hacerlo. A partir de 100 dólares, la economía se tambaleará como cuando lo hizo con las grandes crisis del petróleo, el 1973 y el 1979. La economía actual es un gigante con pies de barro porque se sostiene en un recurso, el petróleo, que empieza a agotarse, con precios cada vez más a la alza. Sabemos que llegaremos a la crisis. ¿Cuándo? Los expertos no se ponen de acuerdo. El debate aglutina de un lado los expertos optimistas, los productores de petróleo y los economistas, que creen en soluciones tecnológicas para incrementar la producción, de los 75 millones diarios de barriles actuales a los 120 que harán falta de aquí a 25 años. De la otra encontramos los pesimistas, básicamente los miembros de la comunidad científica, es decir, los optimistas bien informados, que estiman imposible, pese al esfuerzo tecnológico, servir esta demanda a unos precios razonables, y añaden que el cenit de producción, a partir del cual se dispararán los precios por encima de los 100 dólares, se producirá el 2007 o como máximo el 2010. Para entendernos, pasado mañana mismo. Repasamos las alternativas al petróleo. ¿Puede sustituirlo el gas natural? No, porque el gas representa sólo el 22% del consumo mundial de energía. Además, se estima que el cenit de producción del gas sólo se atrasará unos años con relación al del petróleo. ¿Hay alguna otra fuente energética que pueda sustituir el petróleo? Ninguna, en un plazo inferior a los próximos 25 años. La vulnerabilidad de un precio del petróleo a 100 dólares es diferente para cada sector. La industria puede absorber el incremento de costes y mantener una producción a precios razonables a partir de la tecnología, una diversificación energética, buscando combustibles más baratos, gas y electricidad renovable. Lo mismo pasa con el sector doméstico y comercial, en el cual la inversiones en eficiencia podan producir milagros de disminución del consumo. Pero quien de ninguna forma puede soportar un petróleo por encima de los 100 dólares es el sector de los transportes, el principal devorador de energía en España y en Catalunya, porque se basa en derivados de petróleo en un 98%. Sólo los trenes, metros y tranvías usan electricidad. El uso del coche se ha extendido como una metástasis por todo el territorio. La utilización del transporte público sólo es importante en Barcelona. Las industrias y comercios han puesto sus almacenes a la carretera a bordo de millones de camiones que colapsan la red. Hoy por hoy no tenemos alternativa. Hacer frente a un petróleo superior a 100 dólares el barril es el reto más difícil a qué la humanidad tendrá que hacer frente en un futuro mucho inmediato. Esperamos que el gobierno prepare un plan de choque porque la movilidad del país no se vea bloqueada cuándo llegue este momento.