El pasado 3 de diciembre de 2014, el periodista científico independiente (freelance en inglés), Mason Inman, conocido por haber hecho la biografía más exhaustiva que se conoce de M. King Hubbert, publicaba en la revista científica Nature un artículo titulado “The fracking Fallacy” (la falacia del fracking) http://www.nature.com/news/natural-gas-the-fracking-fallacy-1.16430.
En este artículo de la prestigiosa revista, se ponía en cuestión la tan cacareada abundancia de recursos de gas en los Estados Unidos, sobre la que los principales medios estadounidenses e incluso europeos están basando y pronosticando ahora el resurgimiento económico del país. El autor analizaba el asunto y concluía que esto puede ser algo ilusorio y circunstancial.
Los que conocemos a Mason, sabíamos ya de su posicionamiento, que está en línea con otro trabajo importante en la misma línea de J. David Hughes, cuyos estudios sobre estas técnicas de fracturación hidráulica, tanto para la extracción de gas como de petróleo en EE. UU. fueron puestas en cuestión en sendos trabajos como “Drill, Baby, Drill”, que se puede encontrar en inglés publicado por el Post Carbon Institute y que ya se ha publicado en castellano bajo el título de “Perfora, chico, perfora”, con la colaboración del profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, Manuel Peinado Lorca.
Mientras el debate se mantenía en un sector energético interesado, por las razones que fuesen en realizar inversiones frenéticas en este campo, apoyado por las principales instituciones y los grandes medios occidentales por el lado del apoyo a este proceso extractivo y por el otro, con las críticas de muy moderado alcance que pueden hacer el Post Carbon Institute, o los geólogos conscientes del grado de dificultad para mantener los flujos extractivos de los grandes yacimientos de petróleo y gas convencional, la cosa parecía tranquila.