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Por qué un precio del petróleo por debajo de 30$ es un serio problema

  • Lunes, 28 Marzo 2016 @ 13:50 CEST
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Publicado por Gail Tverberg el 19 de enero de 2016, que concede el permiso para su publicación – Traducido de forma desinteresada por Santiago Ochoa de Eribe

Una persona lee a menudo que los bajos precios del petróleo – por ejemplo, precios del barril de 30$ - estimularán la economía, y que la economía, pronto, volverá a recuperarse. ¿Qué hay de equívoco en esta historia? Un montón de cosas, tal y como yo lo veo:

1.- Los productores de petróleo, realmente, no pueden producir a precios de 30$ el barril.

Unos cuantos países pueden extraer petróleo del subsuelo por unos 30$ el barril. La Figura 1 ofrece una aproximación a los costes técnicos de extracción para varios países. Incluso sobre esta premisa no hay muchos países que extraigan petróleo por debajo de 30$ el barril- salvo Arabia Saudita, Irán e Irak. No tendríamos mucho petróleo si sólo estos países produjeran petróleo.

 

Figura 1. Precios de ‘corte’ globales (considerando únicamente costes de extracción) versus producción. Fuente: Alliance Bernstein, October 2014

2.- Los productores de petróleo realmente necesitan precios más altos que los señalados en la Figura 1, creando una situación peor que la ya existente.

El petróleo sólo puede extraerse dentro de un sistema más amplio. Las empresas deben pagar sus impuestos y éstos pueden ser bastante elevados. Si se incluyen estos costes, históricamente los costes totales para la mayoría de los países de la OPEC está por encima de los 100$ el barril.

Compañías independientes de países no pertenecientes a la OPEC también tienen costes más allá de los costes técnicos, incluyendo impuestos así como dividendos a los accionistas. Además, si las empresas quieren evitar pedir en préstamos largas cantidades de dinero, deberán aplicar precios mayores que los propios de la extracción del petróleo. Por tanto, si piden en préstamo dinero, los costes de intereses deberán tenerse en cuenta.

3.- Cuando los precios del petróleo son muy bajos, los productores, generalmente, no dejan de producir.

Existen retrasos inherentes al sistema de producción de petróleo. Requiere varios años poner en marcha un nuevo proyecto de extracción de petróleo. Si las empresas han estado trabajando en un proyecto, no van a parar por el hecho de que los precios estén muy bajos. Una razón por la que se continua con los proyectos es la existencia de deuda que deberá ser pagada con intereses, tanto si el proyecto continua como si no.

Además, una vez que un pozo de petróleo es perforado puede seguir produciendo durante varios años. Los costes posteriores a la perforación inicial suelen ser normalmente bajos. Estos pozos ya perforados previamente seguirán operando, al margen del precio actual de venta del petróleo. En teoría, estos pozos pueden ser detenidos y reiniciados, pero los costes que suponen estas acciones tienden a evitar este tipo de acción.

Los exportadores de petróleo seguirán perforando nuevos pozos ya que sus gobiernos necesitan imperiosamente ingresos por los impuestos que aplican a la venta de petróleo, de modo que puedan financiar los programas gubernamentales. Estos países suelen tener bajos costes de extracción; casi se puede asegurar que la diferencia entre el precio de mercado y el precio requerido para operar la empresa petrolífera acaba siendo pagada en impuestos. Así, existe un incentivo para aumentar la producción ya que genera un aumento de ingresos por impuestos, cuando los precios caen. Esta situación es propia de Arabia Saudita y la mayoría de las naciones que forman la OPEC.

Con gran frecuencia, las empresas petrolíferas adquieren contratos derivados con el objeto de protegerse del impacto de súbitas caídas de precio de mercado durante un tiempo concreto de tiempo (normalmente de uno a dos años). Estas empresas tienden a ignorar las caídas de precios tanto en cuanto tengan contratos de este tipo en vigor.

Los EEUU siguen aumentando su obligación de biocarburantes, al margen del precio del petróleo. Nadie se para un momento para darse cuenta de que en la actual situación de sobre-demanda este tipo de obligaciones generan una presión adicional a los bajos precios.

Una forma de ‘frenar’ el sistema debería ser el problema financiero que generan los bajos precios del petróleo, pero esto no necesariamente se traduce con celeridad. Los exportadores de petróleo suelen tener fondos soberanos de inversión a los que acuden para compensar la bajada de ingresos por impuestos. Debido a la disponibilidad de estos fondos, algunos exportadores pueden seguir financiando programas gubernamentales por dos o más años, incluso en un escenario de bajos precios.

Los impagos de préstamos a las empresas petrolíferas deberían actuar como otro freno en el sistema. Sabemos que, durante la Gran Recesión, los reguladores permitieron que los préstamos hipotecarios fueran extendidos, incluso cuando los valores de las propiedades cayeron, provocando un ocultamiento del problema. Existe una tentación para los reguladores para permitir similares actuaciones en los préstamos a las empresas petrolíferas. Si esto ocurre, el “efecto de frenada” en el sistema es muy reducido, permitiendo que el problema de impagos crezca hasta que sea de tal magnitud que no pueda ser enmascarado por más tiempo.

4.- La demanda de petróleo no aumenta rápidamente una vez que los precios bajan desde unos niveles elevados.

La gente piensa con frecuencia que pasar de un precio bajo a otro elevado es lo contrario que pasar de un precio elevado a uno bajo, en términos que afectan a la economía. NO es el caso realmente.

4a. Cuando los precios del petróleo pasan de un precio bajo a un precio alto, normalmente significa que la producción no ha sido la adecuada, y debe estimularse nueva producción a partir de un aumento del precio.

La razón por la cual el coste de producción del petróleo tiende a elevarse se debe a que el petróleo de más fácil extracción es el que se ha obtenido en primero lugar. Los productores de petróleo deben agregar producción que, por un motivo u otro, es más caro de obtener: zonas más difíciles de acceder, tecnología más avanzada, o procesos adicionales que suponen más trabajo humano y más recursos físicos. El aumento de eficiencia puede compensar en parte esta tendencia, pero la tendencia general de los costes de extracción ha aumentado de forma abrupta desde el año 1999.

El aumento del precio del petróleo tiene un impacto adverso en el poder adquisitivo. El patrón habitual es que , tras un aumento en el precio del petróleo, las economías importadoras de petróleo entran en recesión. Esto ocurre porque los sueldos de los trabajadores no aumentan conforme aumentan los precios del petróleo. En consecuencia, los trabajadores se encuentra que no pueden comprar tantos bienes y deben realizar recortes. Estos recortes generan problemas a las empresas, porque las empresas normalmente tienen elevados costes fijos incluyendo hipotecas y otros tipos de deuda. Si este tipo de empresas quieren continuar operando están obligadas a recortas en gastos de un modo u otro. Las reducciones de costes ocurren de varias maneras, incluyendo la reducción de salarios, reducciones de plantilla, automatización, externalización o deslocalización.

Tanto para empleadores como empleados, el impacto de estos vertiginosos cambios se percibe con gran desconcierto y malestar.

4b. Cuando los precios caen, la situación no es la contraria a lo indicado en el apartado 4ª. Los empleadores observan que, gracias a la caída de precios, sus costes son algo más bajos. Con gran frecuencia, tienden a mantener parte de estos ahorros como elevados beneficios. Los gobiernos suelen preferir aumentar los impuestos en productos petrolíferos cuando los precios caen, porque los consumidores serán menos sensibles a los cambios de precio que si se trasladaran directamente las bajadas de precios. Los negocios no tienen estímulo alguno para abandonar las técnicas de reducción de costes que ya hubieron aplicado, como automatización o deslocalización.

Pocos negocios construirán nuevas factorías con la esperanza de que los bajos precios estarán disponibles por un largo tiempo, ya que son conscientes de que los bajos precios siempre son algo temporal. Saben que si los precios no vuelven a subir en un periodo razonable de tiempo (meses o varios años), la cantidad de petróleo disponible caerá de forma abrupta. Si hubiera suficiente petróleo disponible en el futuro, los precios deberían ser suficientemente altos para cubrir los verdaderos costes de producción. Así, los actuales bajos precios son, en el mejor de los casos, un beneficio temporal – algo así como estar en el ojo del huracán.

Como el impacto de bajos precios es solamente temporal, los negocios sólo adoptarán decisiones que sean rápidas de poner en marcha y de fácil reversión. Un restaurante añadirá más camareros o camareras. Una empresa de venta de coches añadirá nuevos comerciales porque las ventas pueden ser mejor. Una industria que fabrique coches puede programar nuevos turnos de trabajadores con objeto de mantener la producción elevada. Las compañías aéreas incrementarán vuelos, sin necesidad de incrementar el número de aviones.

Debido a estas cuestiones, los trabajos que se agregan a la economía lo son primordialmente en el sector de los servicios. El salto de externalizar a países de bajo coste y automatizar procesos seguirá realizándose. Los ciudadanos obtendrán algunos beneficios de los bajos precios, pero no tanto si los gobiernos y los negocios no estuviesen antes para obtener su parte de beneficio. El beneficio para los ciudadanos será mucho menor que el resultante de que todos los trabajadores que perdieron sus puestos en la última recesión recuperaran sus puestos.

5.- La fuerte caída de precios de petróleo en los últimos 18 meses poco tiene que ver con los costes de producción.

Todo lo contrario, los recientes precios del petróleo reflejan un intento del mercado de buscar un equilibrio entre la oferta y la demanda. Desde que, la oferta no se ajusta rápidamente en respuesta a los bajos precios, y la demanda no aumenta rápidamente en respuesta a los bajos precios, los precios pueden caer muy bajos – incluso por debajo de los costes de producción.

Como se ha señalado en la sección 4, los altos precios del petróleo tienden a ser recesionarios. El modo principal de compensar estas fuerzas recesionarias, es agregando directa o indirectamente deuda a bajas tasas de interés. Con este aumento de la deuda, más casas e industrias pueden ser construidas, y más vehículos pueden ser adquiridos. La economía puede ser forzada a actuar en un modo “normal” porque los bajos intereses y la deuda adicional contrarrestan el impacto adverso de los precios elevados.

 

Figura 2. Demanda mundial de petróleo y precios basado en datos de la AIE

Los precios cayeron mucho en 2008, como resultado de la influencia recesionaria que tuvo lugar cuando los precios del petróleo eran muy elevados. Fue únicamente con el beneficio de un estímulo considerable basado en deuda que los precios fueron elevándose nuevamente hasta alcanzar los 100$ por barril. El estímulo incluía gasto de déficit, Expansión Cuantitativa (QE)1, que se inició en diciembre de 2008, y un considerable incremento de la deuda por los chinos.

Los precios de las ‘commodities’ tienden a ser muy volátiles porque utlizamos grandes cantidades y porque el almacenamiento es bastante limitado. Oferta y demanda deben equilibrarse casi con exactitud o de lo contrario los precios repuntan o se desploman. Actualmente estamos en una situación de desequilibrio, similar a la que estábamos en 2008. Nuestras opciones de corregir el problema son más limitadas ahora. Los intereses están muy bajos y los gobiernos perciben que tienen más deuda de la que puedan manejar con seguridad.

6. Un factor que contribuye a los bajos precios actuales del petróleo es la desaparición de los estímulos que se iniciaron en 2008.

Como se indicaba en la sección 4, los altos precios tienden a crear recesión. En la sección 5 se indicaba que este impacto puede ser compensado, en parte por el estímulo de incremento de deuda y bajos intereses. Por desgracia, estos estímulos tienden a tener consecuencias negativas. En China animó a sobreconstruir casas y fábricas, con el consiguiente aumento especulativo de los precios en activos. Animó a invertir en proyectos de dudosa rentabilidad, incluyendo muchas inversiones en petróleo no convencional en EEUU.

Como respuesta a estos problemas, la cantidad de estímulos se ha reducido. Los EEUU han cancelado su programa QE y han retirado el gasto en déficit. Incluso llegó a aumentar las ratios de 

interés en diciembre de 2015. China, igualmente, está reduciendo la cantidad que agrega para nueva deuda.

Desgraciadamente, sin el alto nivel de los estímulos pasados, es difícil que la economía mundial crezca con la suficiente rapidez para mantener los precios altos de todas las comodities, incluído el petróleo.

7. El peligro de precios muy bajos de petróleo es que perderemos los productos energéticos sobre los que se sustenta nuestra economía.

Hay un conjunto de maneras por las que la producción de petróleo puede perderse si se mantienen los precios bajos durante un periodo largo de tiempo.

En los países exportadores de petróleo, puede haber revoluciones o agitación política conduciendo a una pérdidas de producción.

En cualquier país, puede haber una pérdida abrupta de producción ya que las empresas petrolíferas no pueden financiar deuda que les permita pagar más servicios. Algunas empresas irán a la quiebra, y los nuevos propietarios decidir que no quieren extraer petróleo a bajos precios.

Puede haber problemas financieros globales que, indirectamente, conlleven reducción en la producción de petróleo. Por ejemplo, si no se puede depender de los bancos para el pago de nóminas o garantizar el pago de entregas internacionales, estos problemas afectarán a las compañías petrolíferas, no sólo a las que estén en dificultades financieras.

El petróleo no es el único de nuestros problemas. El carbón y gas natural también están experimentando bajos precios. Están sujetos a perturbaciones por los mismos motivos.

8.- La economía no se lleva bien sin un adecuado suministro de petróleo y otros productos procedentes de combustibles fósiles.

Solemos leer artículos en la prensa donde se sugiere que la economía se las puede arreglar sin los combustibles fósiles. Por ejemplo, la impresión de que las renovables están “a la vuelta de la esquina”, y su existencia eliminará la necesidad de combustibles fósiles. Por desgracia, en este momento, no nos encontramos en ningún punto cerca de poder dejar de depender de los combustibles fósiles.

Los alimentos son procesados y transportados mediante productos petrolíferos. Las carreteras se construyen y mantienen utilizando petróleo y otros derivados. El petróleo es nuestro mayor y único producto energético.

La experiencia refleja la relación tan estrecha entre el consumo de energía y el incremento del PIB (Figura 3). Prácticamente toda tecnología está hecha utilizando productos procedentes de combustibles fósiles, por lo que incluso el aumento de energía adscrito a mejoras tecnológicas puede considerarse que está disponible en una gran extensión debido a los combustibles fósiles.

Figura 3. Aumento del PIB mundial comparado con el consumodo mundial de Energía para los periodos sleeccionados desde 1820. Las tendencias mundiales de PIB desde 1975 hasta la actualidad están basados en la USDA en dólares de 2010 para el 1975 y subsiguientes (Estimados por la autora para 2015.) Estimaciones de PIB previas a 1975 están basadas en Maddison project updates de 2013. Crecimiento de uso de productos energéticos está basado en una combinación de datos del Apéndice A de Vaclav Smil Energy Transitions: History, Requirements and Prospects junto con la BP Statistical Review of World Energy 2015 para años 1965 y subsiguientes.

Si bien las renovables e van agregando, todavía representan una pequeña fracción del consumo de energía mundial.


Figura 4. Consumo mundial de Energía por una parte del mundo, basado en BP Statistical Review of World Energy 2015.

9. Mucha gente creo que los precios del petróleo volverán a recuperarse y todo volverán a la normalidad. Esto parece improbable.

El aumento del coste de extracción de petróleo que se ha ido observando los últimos 15 años representa una de las formas de los rendimientos decrecientes. Una vez que el coste de generar productos energéticos se vuelve alta, una economía se encuentra permanentemente discapacitada. Se precisan precios superiores al del periodo 2011-2014 si se quiere que la extracción continúe y crezca. Sin embargo, estos precios tienden a provocar recesión. En consecuencia, altos precios reducen la demanda. Cuando la demanda cae demasiado los precios caen mucho.

Hay varias formas de mejorar la demanda de commodities, y por tanto aumentar los precios de nuevo. Estos incluyen (A) aumento de salarios de trabajadores de clase no elitista (B) aumentar la proporción de población con empleo, y (C) aumentar la cantidad de deuda. Ninguna de estas propuesta va en la ‘correcta’ dirección.

Joseph Tainter en El Colapso de las Sociedades Complejas apunta que una vez que los rendimientos decrecientes se activan, la respuesta es añadir más ‘complejidad’ para resolver los problemas. Los programas gubernamentales se convierten en más importantes y los impuestos son cada vez más elevados. La educación de los trabajadores de élite se vuelva cada vez más importante. Las empresas son cada vez más grandes. Esta complejidad aumentada conduce a que los resultados de la economía se transfieran a sectores que no tienen nada que ver con el aumento de salarios de trabajadores no elitistas. Debido a que hay muchos de estos trabajadores, su pérdida de poder adquisitivo afecta a la demanda de bienes.

Otra fuerza que tiende a reducir la demanda es una proporción cada vez más pequeña de población empleada. Hay muchos factores que contribuyen a esto: Gente joven está más tiempo en el colegio. El grueso de trabajadores que nacieron tras la 2ª Guerra Mundial está alcanzando la edad de jubilación. Salarios precarios hacen cada vez más difícil que los padres puedan permitirse el cuidado de niños de modo que deben trabajar los dos.

Como se indicaba en la sección 5, el aumento de deuda ya no crece tan rápido com en el pasado. De hecho, estamos asistiendo a un aumento de los tipos de interés.

Cuando a todo esto añadimos la desaceleración del crecimiento en la economía china y el nuevo petróleo que Irán agregará al suministro mundial es difícil prever cómo va a recuperarse el equilibrio del petróleo en un periodo razonable de tiempo. Por el contrario, el desequilibrio parece que se va a mantener a un alto nivel, o incluso ser peor. Con un almacenamiento disponible limitado, los precios seguirán cayendo.

10. El rápido aumento de producción de petróleo en EEUU tras el 2008 ha sido un elemento contribuyente a aumentar la distancia entre oferta y demanda que venía teniendo lugar desde mediados de 2004.

Sin la producción de EEUU, la producción mundial de petróleo (definida ampliamente, incluyendo biocombustibles y gases naturales licuados) se habría mantenido plana.

Figura 5. Producción total de petróleos líquidos para el mundo en su totalidad y para el mundo excluído EEUU, basado en el boletín mensual de EIA International Petroleum.

Vistos de forma separada, la producción estadounidense ha aumentado muy rápido. La producción total aumentó en unos 6 millones de barriles diarios entre 2008 y 2015.


Figura 6. Producción de líquidos EEUU basado en datos de la AIE (International Petroleum Monthly, a lo largo de Junio de 2015; junto con datos del boletín mensual de Diciembre para datos más recientes

El suministro de petróleo americano fue capaz de aumentar en parte gracias al QE que condujo a una disponibilidad de deuda a muy bajos tipos de interés. Adicionalmente, los inversores adquirieron cualquier tipo de acciones que tuvieran una opción de valor a largo plazo, debido a este escenario de bajos tipos. La combinación de estos factores, junto con la creencia de que los precios aumentarían siempre porque los costes de extracción tienden a aumentar con el paso del tiempo, supusieron una transferencia de grandes fondos de inversión al sector de combustibles líquidos.

En consecuencia, la producción de petróleo estadounidense (definido ampliamente), aumentó de forma rápida, incrementando 1 millón de barriles diarios en 2012; 1,2 millones en 2013; 1,7 millones diarios en 2014. Aunque no se disponen de todos los números se espera que a finales de 2015 el aumento hubiera sido en otros 700.000 barriles diarios. Esta cantidad es probablemente mayor que la cantidad agregada de Arabia Saudita o Irak.

El consumo de petróleo mundial no aumenta tan rápidamente cuando los precios son altos. El consumo mundial aumentó en 871.000 barriles diarios en 2012; 1.387.000 barriles en 2013 y 843.000 barriles en 2014, según BP. Así, en 2014, los EEUU por sí mismos añadieron aproximadamente el doble de producción que el incremente mundial de demanda. Esta diferencia probablemente contribuyó al desplome de precios en 2014.

Dado el aparente rol de los EEUU en crear estas diferencias entre demanda y oferta no sería de extrañar que Arabia Saudita sea reacia a corregir el problema.

Conclusión

Las cosas no están ocurriendo de la manera que esperaríamos. No parece que vayamos a conseguir tener un equilibro de demanda y oferta de petróleo. Si los precios son altos, las empresas petrolíferas pueden extraer mucho petróleo pero los consumidores no pueden permitirse adquirir los productos que usan energía, como casas y vehículos; si los precios del petróleo son bajos, las empresas intentan seguir extrayendo petróleo pero pronto se verán expuestas a problemas financieros.

Agravando el problema se encuentra el hecho de que la economía necesita estímulos continuados en orden a mantener los precios del petróleo lo suficientemente elevados para animar la producción. Los estímulos parecen adoptar la única forma de más deuda y más tasas bajas de interés. Este tipo de iniciativa es insostenible, en parte porque invita a una mala inversión y en parte porque conduce a una burbuja de deuda que es objeto de colapso.

El estímulo parece ser necesario debido a los elevados costes de extracción. Si los costes fueran bajos los estímulos no serían necesarios porque los productos hechos usando petróleo serían más accesibles.

Las personas que toman decisiones piensan que el ‘peak oil’ o ‘pico del petróleo’ se arreglaría simplemente produciendo más petróleo y más sustitutos del petróleo. Está cada vez más claro que el problema es mucho más complicado que todo esto. Debemos buscar una forma de que el sistema en su totalidad opere de forma correcta. Necesitamos producir exactamente la cantidad adecuada de petróleo que los compradores puedan permitirse. Los precios deben ser suficientemente altos para los productores de petróleo, pero no demasiado para los que adquieren los productos derivados. El aumento de deuda no debería entrar en una espiral fuera de control. No parece que exista una forma de producir el resultado deseado, ahora que los costes de extracción son tal altos.

Las rigidices inherentes al sistema de fijación de precio de petróleo (como se ha descrito en secciones 3 y 4) tienden a ocultar los problemas, permitiendo que crezcan de forma continua. Esto es por lo que podríamos encontrarnos con un grave problema financiero que algunos ya han anticipado.

Por desgracia, lo que estamos afrontando ahora es una situación comprometida, más que un problema. Y no hay, con certeza, solución buena a la vista. Realmente preocupante.

1 Nota del Traductor: Quantitative Easing, del original inglés, es una herramienta que básicamente supone que un gobierno ‘imprime dinero’. Consultar aquí