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Ideas peligrosas

  • Viernes, 02 Marzo 2012 @ 19:57 CET
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Artículos

Desde que se aceleraron las extracciones de los petróleos y gases no convencionales, especialmente el gas y el petróleo de pizarra en los EE. UU. asistimos a una ceremonia de la confusión, en la que los que siempre habían negado el cenit del petróleo, han encontrado falso pie en el ahogamiento claro que estaban sufriendo. Como ejemplo, ya publicamos algunas declaraciones altisonantes y rimbombantes en nuestro artículo Sobre cómo negar la existencia de lo que no existe. Y este pequeño balón de oxígeno energético, ha permitido a estos apologistas de la cornucopia a tomar rápidamente la desesperación por la euforia y a clamar venganza contra los “peakoileros” y a acusarles de pesimistas y faltos de razón.

Chris Martenson es un científico estadounidense de formación y analista económico de carrera profesional.

Martenson se ha hecho famoso desarrollando y vendiendo un sistema educativo sobre economía en video titulado The Crash Course publicado originalmente en Octubre de 2008 que investiga las formas en que la economía, el medio ambiente y la energía están relacionados e interactúan. Algo novedoso para un economista. Gracias a los traductores Manuel Talens y Atenea Acevedo el video se puede ver en español. Martenson es muy consciente del fenómeno del cenit del petróleo y ha salido con este artículo titulado “Ideas peligrosas” a contestar las crecientes voces de la arrogancia y la prepotencia, incapaces de esperar a ver si se verifican sus nuevos postulados. Por su interés público ofrecemos a nuestros lectores este artículo, publicado originalmente en Peak Oil, aquí traducido al castellano para mayor comodidad de nuestros lectores.

Esta web no se corresponsabiliza con las propuestas o conclusiones del autor, en tanto que Marteson vive de dar clases y consejos. Sólo comparte algunos postulados sobre las visiones que tienen algunos sobre el cenit del petróleo.

Estamos en una encrucijada de la historia. Las acciones que decidamos tomar pronto estarán determinadas por las creencias que tenemos. En un timepo como el actual, si se poseen unas creencias equivocadas, ello puede destruir la salud, minar la alegría e incluso acortar la vida.

Nunca resulta sencillo saber si las creencias que uno tiene son las adecuadas, pero esto es especialmente difícil en los momentos críticos porque, por definición, la mayoría de la gente está dotada de creencias antiguas. Y moverse contra la multitud es difícil para todos e imposible para muchos.

Las ideas tienen su importancia y mucha.

Las experiencias y la vida de las personas están estrechamente vinculadas; esta es una idea que tratamos en profundidad en nuestros seminarios. Por ejemplo, la simple creencia en que un suceso tendrá éxito, aumenta las posibilidades de que sucedan cosas buenas y que se puedan llevar a cabo tareas complejas.

Que sean nuestras ideas las que ayuden a conformar la realidad o simplemente sea la forma en que lo vemos, es una distinción irrelevante.

El truco reside en que nuestras ideas permanecen habitualmente ocultas para nosotros. Sin un examen consciente, no salen a la luz: acechar, dar forma y colorear nuestra vida diaria. Las peores ideas o creencias, con mucha frecuencia no son “nuestras”, en el sentido de que las creamos mediante nuestros pensamientos o experiencias individuales. Pero a cambio, nuestra sociedad, cultura y medios de comunicación nos las regalan. Desde luego, cuando aquellos que desean influenciarnos formatean cínicamente estas ideas (y vienen a la mente la publicidad de los grandes medios), decir que nos las “regalan” puede no ser la palabra exacta.

Hay en los EE. UU. varias partes interesadas  en dar forma a nuestras ideas colectivas en su favor mediante dos esfuerzos muy obvios. Uno, es sobre la “necesidad” o lo deseable de ir a una guerra contra Irán. El segundo, que examinaremos con más detalles en este informe se refiere al cenit del petróleo.

Creo que no se puede poner en duda que el cenit del petróleo sea o no una realidad. En cualquier consideración geológica de una escala de tiempo, el petróleo resulta ser una sustancia finita. Cuando se quema, desaparece. Sin estrujarnos mucho la mollera, es fácil concluir que cualquier cosa finita que se va consumiendo, algún día se acaba.

Por tanto, el cenit del petróleo es una observación, no una teoría.

(El cenit del petróleo) tiene a su disposición y puede arrojar décadas de experiencia de campos petrolíferos individuales, cuencas productivas y países enteros que repiten todos el mismo tipo de comportamiento: la producción de petróleo va aumentando hasta un cierto punto y después comienza a decrecer o declinar. Esto no es una teoría; es una colección de hechos probados y observaciones cuidadosas.

Es extraño que haya tanta gente que confíe en un siquiatra para que les administren drogas psico-activas, de las que tan poco se conoce y que se desconfíe tanto del cenit del petróleo, que es una idea que es tan conocida y definitiva. Como se puede apreciar, soy de la opinión de que para algunas personas la información (o los datos) y creencias o ideas tienen, en el mejor de los casos, una relación muy pobre  y en el peor, una relación nula.

La única cosa que es teoría en el cenit del petróleo, es el preciso momento en el que el mundo alcanzará su flujo o tasa máxima de extracción. Ese momento es una teoría; el cenit del petróleo no lo es. Es por ello por lo que debemos preocuparnos más por los flujos, que constituyen una descripción de la cantidad. Pero también tenemos que preocuparnos por la energía neta que entrega el petróleo, descontando el que gastamos para obtenerlo, y esto es una cuestión de calidad del petróleo.

Por tanto hay dos Cs importantes: Cantidad y Calidad

El final de la teoría del cenit del petróleo

16 de febrero de 2012

Por si no se habían dado cuenta, el Apocalipsis petrolífero se ha atrasado –una vez más- y los que predecían el día del Juicio Final, se están comiendo sus palabras sin duda alguna, en lo que se ponen a tramar algún otro megadesastre. “El cenit del petróleo”, la teoría de que la producción de petróleo llegaría a un punto máximo para después declinar, enviando al mundo a un desastre económico, se desmoronó otra vez

Es sorprendente lo rápido que pueden cambiar nuestras percepciones sobre nuestro futuro energético. Un día el conocimiento predominante nos dice que los costes energéticos van a subir de manera incontrolable a medida que decline la producción de petróleo y las nuevas fuentes de energía sean incapaces de alcanzar sus promesas. Y al día siguiente, nuestros problemas se han resuelto y nuestra dependencia del petróleo extranjero se volatiliza ante nuestros ojos.

 (Fuente)

El Citigroup dice que el cenit del petróleo ha muerto

17 de febrero de 2012

El Citigroup anunció el pasado jueves al mundo que el cenit del petróleo ha muerto. La controvertida idea de que la producción mundial de crudo se encuentra casi en su cenit (de máxima extracción posible) y que pronto comenzará un declive irreversible y largo, ha sido enviada a descansar en las muy productivas formaciones de petróleo de esquistos o pizarras en Dakota del Norte, con grandes consecuencias potenciales para los precios del petróleo, dijo el banco.

“La creencia de que la producción mundial de petróleo ha llegado a su cenit o está a punto de hacerlo, ha ayudado a alimentar la larga carrera de más de una década de los aumentos (de los precios) del petróleo”, dijo el Citigroup en una nota a sus clientes.

“Esto está cambiando completamente por lo que está sucediendo en Dakota del norte”, donde nuevas tecnologías han derivado en un inesperado resurgir de la producción de petróleo de roca de pizarra.

Después de décadas de declive, “la producción de los EE. UU. se encuentra de nuevo en alza, debido en su totalidad a la producción de gas de esquistos o pizarra”, dijo Citigroup. El petróleo de pizarras podría añadir unos 3,5 millones de barriles diarios a la producción de EE. UU. entre 2010 y 2022 y ya ha eliminado importaciones por un monto de un millón de barriles diarios. Podría llegar un día en que los EE. UU. y Canadá sean autosuficientes en petróleo, dijeron.

(Fuente)

Es evidente que la idea del cenit del petróleo como concepto es directamente atacada en esos artículos, pero hay un puñado de ideas subyacentes también en juego. Una es sobre la capacidad de los EE. UU. (una vez más) de llegar a ser autosuficiente en petróleo, mediante la aplicación de una buena cantidad de ingenio a la vieja usanza y una saludable mezcla de alta tecnología.

La otra parece ser la creencia de que puede que no tengamos que cambiar nuestros hábitos o modos de vida a fin de cuentas; que la energía estará ahí en cantidades (¡y en calidades!) suficientes para sostener una continuación indefinida del consumo anterior y del crecimiento durante mucho tiempo en el futuro. El mensaje es  Don’t worry, be happy.

Evitar la propaganda

La definición de propaganda es “una forma de comunicación que busca influir en una comunidad sobre alguna causa o posición”. Generalmente implica el uso selectivo de hechos o elude fijar las cosas en un contexto apropiado, y va acoplada con mensajes y palabras para provocar una respuesta más emocional que racional.

Si el objetivo es dirigir a una población no dispuesta hacia una guerra o a comprar un nuevo coche, la propaganda no sólo goza de buena salud, sino que va consiguiendo ser cada vez mejor. Se considera una tecnología; como cualquier tecnología, está siendo constantemente refinada utilizando las últimas y mayores investigaciones, estudios y pruebas.

Si desean leer los artículos con mayor detenimiento, vuelvan y léanlos, analizando las palabras que les “dan forma”, que crean impresiones y que están diseñadas para provocar confianza; exudan autoridad o en otras palabras, cortocircuitan los propios pensamientos críticos de los lectores. Ejemplos de dichas palabras y frases, serían “controversial” (controvertido o polémico), “concoct” (tramar) y “laid to rest” (dejado de lado o enviado a la papelera). No son palabras neutras o neutrales, sino que están muy polarizadas y estamos tan rodeados de ellas en lo que por otra parte parecen ser (e idealmente deberían ser) artículos informativos, que frecuentemente pasan inadvertidas.

Se evocan emociones que incluyen generalmente: que uno se sienta estúpido por tener ideas equivocadas (una forma de vergüenza social), enojo (por haber sido engañado totalmente por esos inmundos “peakoilers” o “petrocenitales”) y euforia (¡Ah! ¡No es necesario cambiar! )

Este tipo de resortes emocionales son los uqe se están utilizando constantemente en los campos de las finanzas, la política, las inversiones y la publicidad. La propaganda es un medio para un fin y algunos sugieren que puede ser beneficioso si nos mueve hacia un mejor futuro o resultado.

Pero el riesgo aquí es que nos enfrentamos con propaganda que está enviando precisamente los mensajes equivocados en un momento muy crítico.

¿Qué es lo que podría ir mal?

Aceptemos por un momento la carga emocional de los artículos anteriores y conformemos nuestras decisiones sobre la idea de que el cenit del petróleo ha sido desmontado y es un concepto erróneo. ¿Qué es lo que podría cambiar?

Para empezar, podemos olvidar nuestras preocupaciones sobre las implicaciones de unos precios de la energía que no hacen más que subir. En vez de comprar coches más pequeños, casas más eficientes y colocar nuestras inversiones en aquellos sectores que demuestren ser más resistentes a los altos costes de la energía, podemos volver a ignorar los costes de la energía como un factor, satisfechos al saber que volverán a bajar, no a subir.

Después, podemos prescindir de cualquier preocupación que pudiéramos tener sobre cómo seguirá creciendo la economía. Porque se necesita energía –especialmente petróleo- para que la economía crezca, podemos entregarnos a fondo a invertir en bolsa, con la seguridad de que el crecimiento volverá a surgir como siempre lo ha hecho, sin cambios y sin restricciones. ¡vuelve el 10% anual y real de los retornos a la inversión!

El alivio qeu supone contra con que el futuro se parecerá al pasado, sólo que mayor y presumiblemente mejor, es palpable y seductor.

El único problema que hay aquí es ¿qué sucede si la visión de futuro está equivocada? ¿Qué pasa entonces?

Pues pasa de todo.

Todos sus planes de felicidad, seguridad, salud y confort se van por la ventana.

Y la parte más curiosa es que ajustarse a la idea del cenit del petróleo, cuando puede empujarte a utilizar menos energía y de forma más eficiente es un buen negocio y una saludable práctica para la preservación bajo cualquier circunstancia, estén los precios del petróleo altos o bajos. Verdaderamente no tiene sentido internalizar mensajes que menosprecien el cenit del petróleo. De hecho, adquiere todo su sentido supervisarlos y rechazarlos lo más rápidamente posible. Los riesgos son demasiado asimétricos.

¿Está el cenit del petróleo realmente muerto?

Bien, es ahora el momento de poner algunos datos en contexto sobre las declaraciones de que el cenit del petróleo está muerto. El la  Parte II de este informe examinaremos los datos con más detalle, pero por el momento, este gráfico del Departamento de Energía de los EE. UU. Deberían bastar para mostrar dónde nos encontramos en la producción histórica de petróleo de los EE. UU.



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Pues si, el campo de Bakken podría prducir hasta 2 millones de barriles diarios de los actuales 500.000; quizá llegase a los 3 millones por día, pero las importaciones de los EE. UU. son hoy del orden de los 8 millones de barriles diarios, incluso bajo severas condiciones económicas y serían unos 10 millones de barriles diarios si estuvieran en tiempos más felices.

El yacimiento de Bakken y otros de pizarras, sencillamente no van a reemplazar todo eso, jamás. Nótese además la pendiente de bajada antes de la “protuberancia de la extracción de Bakken” y obsérvese que cualquiera que sea la extracción del petróleo de pizarra, ésta tendrá que luchar contra las pérdidas por agotamiento del resto de los agotados campos que ahora están en producción.

Y el campo de Bakken también llegará en su día al cenit y entonces ¿dónde estaremos? En el mismo lugar que antes, preguntándonos que de dónde sacaremos la siguiente vez.

Un relato mejor

No me importaría tanto la excitación que ha levantado Bakken como me ha importado, si hubiese llegado acompañada de un relato más adecuado que hubiese tenido sentido. Algo así como “El yacimiento de Bakken es muy prometedor porque nos ofrece la posibilidad de utilizar una oferta nacional para reducir nuestra dependencia del petróleo y hacia un futuro energético más sostenible, uno en el que no estamos constreñidos a la necesidad de un aumento interminable de la producción que empuje el crecimiento económico exponencial. Esta transición hará nuestro sistema monetario mucho más saludable y robusto

Pero nunca se presenta de esta forma. A cambio el mensaje es siempre del tipo: “¡Don’t worry, be happy, y sigue con lo que estabas haciendo y asegúrate de comprar mucho!”

A fin de cuentas, el yacimiento de Bakken debería ser muy significativo para los autores de los artículos mencionados y haberlos posicionado de forma muy diferente a como han contado el asunto. La cantidad de tecnología y la experiencia que exige exprimir el petróleo de estas formaciones, nos está diciendo claramente que el petróleo fácil y barato es historia.

La complejidad está sobre la mesa, si uno se molesta en mirarla. He aquí un ejemplo palmario respecto de los nuevos intentos de exprimir más petróleo de estas formaciones de pizarras compactas:

Mientras PetroBakken está en alza en la inyección de gas natural seco, la compañía no descarta la posibilidad de inyectar agua u otros fluidos para proyectos futuros en otras áreas de Bakken.

PetroBakken está utilizando (plantas) piloto para probar diferentes conceptos o configuraciones de pozos. Por ejemplo, en el Segundo piloto que inyectará gas natural a un ritmo de unos 2 millones de pies cúbicos diarios (56.657 m3/día, n. del t.), el gas se inyectará a lo largo de toda la sección horizontal del pozo de inyección, de forma que el frente del líquido alcance el pie de cada uno de los cuatro pozos extractivos perpendiculares.

“Cuando el gas irrumpe en el pie de cada pozo, tenemos la capacidad de sencillamente retirar el área del pie del pozo de producción horizontal y mitigar el ciclo del gas en ese puerto”, Explica LaPrade

“El frente continuaría moviéndose a lo largo del brazo productor horizontal hasta el siguiente puerto, donde de nuevo retiraríamos ese puerto en cuanto irrumpiese el gas”.

Los pozos típicos de Bakken extraen un promedio de unos 200 barriles de petróleo diarios y declinan un 70-75% en el primer año, antes de nivelarse en una extracción de 30-40 barriles diarios.

 (Fuente)

Creo que es de una enorme inventiva y admiro la creatividad y la ingeniería que se despliega. Pero todo este esfuerzo para luchar contra la tendencia natural de los pozos de Bakken de producir 30 ó 40 barriles diarios, no es exactamente lo mismo que perforar un pozo vertical unos 300 metros y obtener entre 1.000 y 10.000 barriles diarios de flujo. El coste de producir una unidad de energía es mucho mayor en el yacimiento de Bakken que en los yacimientos de petróleo tradicionales.

Esto es, la energía neta es inferior que en el pasado, lo que nos lleva de nuevo al argumento de la calidad. La diferencia entre petróleo barato y caro es importante y puesta aquí de manifiesto, pero esto ha sido burdamente ocultado por los autores de los artículos anteriores.

Conclusión

Se están llevando a cabo esfuerzos para convencer a la población en general de que nuestras preocupaciones energéticas son cosa del pasado y que los nuevos descubrimientos de Bakken y otras formaciones de pizarra demuestran que el cenit del petróleo era una idea equivocada. Algunso esfuerzos van incluso más allá y simplemente declaran que la independencia energética está a la vuela de la esquina.

Nada podría estar más lejos de la realidad.

Hay una muy clara relación entre crecimiento económico y una energía que disponga de suficientes cantidades y alta calidad. Una medida burda de la calidad de la energía es su precio. Cuánto más bajo por cada unidad de energía, mayor es su calidad (o energía neta), pero es una medida muy burda que puede y frecuentemente es distorsionada por los subsidios, las presiones de los mercados y otros factores. Si avizoramos el precio mundial del petróleo y vemos que el Brent se está comerciando hoy a 120 $/barril (127$/b el día de la traducción, n. del t.) está claro que sus altos precios están mostrando que la energía es ahora más cara de lo que solía ser.

Al adoptar la idea de que el cenit del petróleo ha sido desmontado, se corre el riesgo de ignorar la verdadera historia de que nuestro modelo es insostenible. Y de que las acciones, los bonos y demás inversiones tradicionales que derivan una gran parte de su valor de las expectativas de crecimiento futuro, sencillamente no van a funcionar de ninguna manera como lo han hecho hasta ahora. Y lo que es peor, que los recientes y continuados esfuerzos por revivir la vieja economía imprimiendo dinero, arriesgan la destrucción del sistema monetario en sí mismo.

Dada esta tendencia, por otra parte tan humana, de intentar preservar el estado actual de cosas, en este caso mediante la impresión de más dinero, tengo que reiterar mi consejo de asegurarse que el oro conforme una parte sustancial de su reserva principal.

En la Parte II: Preparándose para un futuro definido por el cenit del petróleo, hacemos los cálculos para mostrar que incluso utilizando las estimaciones más optimistas, no hay forma de que el yacimiento de Bakken pueda llevar a los EE. UU. a nada parecido a la “independencia energética” ni a evitar la dolorosa llegada de la sociedad al impacto del cenit del petróleo.

¿Qué es lo que se tiene que hacer en este caso?

Ahora, más que nunca es el momento de desarrollar una comprensión completa de lo que el cenit del petróleo supondrá para las economías del mundo, para las inversiones financieras como acciones y bonos y para nuestro energético y regalado modo de vida. Como ya llevo un tiempo escribiendo, los próximos 20 años van a ser ciertamente muy diferentes de los 20 anteriores. Utilicen el tiempo que tienen para invertir en procura de las cosas (y hay muchas) que reduzcan su vulnerabilidad a los efectos de los aumentos de los costes energéticos y aprendan que la prosperidad en ese futuro es posible si ponemos ahora los cimientos.

Chris Martenson