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El mundo suspende en desarrollo sostenible

  • Lunes, 15 Octubre 2007 @ 06:17 CEST
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Artículos La revista New Scientist publicó recientemente una breve reseña del trabajo de Mathis Wackernagel respecto a la Huella Ecológica (HE): "World failing on sustainable development".

Por su interés, traducimos y reproducimos el texto del artículo en su totalidad, y lo acompañamos de comentarios de Pedro Prieto, coeditor de esta página y vicepresidente de AEREN.

El mundo suspende en desarrollo sostenible

Por Daniele Fanelli

¿La vía a la ruina ecológica?

Sólo Cuba ofrece un nivel de vida decente para sus habitantes, sin consumir más que la proporción razonable de los recursos que les corresponden.

No hace falta ser un ecologista fundamentalista para saber que el desarrollo sostenible es una buena idea. Pero aunque sea ese nuestro objetivo, vamos en la dirección equivocada, a excepción de Cuba. Así lo muestra un estudio que examina las repercusiones ecológicas de los modos de vida en todo el planeta.

Un equipo internacional dirigido por Mathis Wackernagel del Global Footprint Network, analizó cómo han cambiado las condiciones de vida y la huella ecológica de 93 naciones en los últimos 30 años.

Utilizaron para ello el índice de la Huella Ecológica (HE), una herramienta que se concibieron en 1993 Wackernagle y William Rees, su supervisor y doctor en la Universidad de British Columbia, en Canadá. La HE cuantifica la superficie de tierra que se necesita para proporcionar la infraestructura que utiliza una persona o una nación, los alimentos y bienes que consume y la necesaria para reabsorber los desechos que produce, utilizando para ello la tecnología existente. Este valor puede luego compararse con los recursos que están realmente disponibles para las personas en una escala regional o mundial. La HE se ha convertido en un índice de gran aceptación y lo ha utilizado recientemente, por ejemplo, el grupo ecologista WWF para calcular que se necesitarían otros dos planetas para mantener al mundo al nivel de los ciudadanos del Reino Unido.

Sin embargo, en vez de medir sólo el consumo, Wackernagel y sus colegas querían medir lo cercanos o lejanos que se encuentran los países de un desarrollo sostenible. El problema es que el concepto de “sostenibilidad” (en partes de Latinoamérica, sustentabilidad) es muy esquivo. “Nadie se atreve a decir qué es lo que realmente significa”, dijo Wackernagel a New Scientist. “Creemos que hemos aportado una herramienta robusta”.

Para cada nación que dispone de datos fiables, calcularon cuántos planetas se necesitarían para mantener a toda la población mundial, si todos adoptasen su modo de vida, tal y como era en 1978 y en 2003. Y expresaron cada una de estas cifras, como una relación de equivalencia respecto de la Tierra (RET) y trazaron cada valor en relación con el Indice de Desarrollo humano de Naciones Unidas. El índice tiene una escala entre cero y uno y es una función de la esperanza media de vida de (los ciudadanos de) un país, el grado de alfabetización de adultos, el nivel de escolarización y la renta per capita en forma de PIB.

Para un desarrollo sostenible, los investigadores suponen que se debe disponer de un Índice de Desarrollo humano (IDH) de al menos 0,8 y un máximo de RET de 1 (ver el diagrama). Un IDH menor significaría que una nación no se ha desarrollado lo suficiente, mientras que una RET alta significa que consume demasiados recursos.

Observando la trayectoria histórica de cada país, aparece un patrón con claridad. En los que mejoran el modo de vida, sus respectivas huellas crecen de forma proporcional a su riqueza. Los países desarrollados en especial, han hecho muy poco para reducir el impacto que provocan. Sólo una nación, Cuba, se está desarrollando de forma sostenible y probablemente no durante mucho tiempo (Ecological Economics, DOI: 10.1016/j.ecolecon.2007.08.017). “Los cubanos tienen una alta esperanza de vida y están alfabetizados, además de verse forzados a reducir su huella ecológica a causa del embargo petrolífero”, dice Wackernagel. “Pero ahora que están teniendo algunos éxitos económicos, tienden a utilizar más recursos”.

Los críticos señalan que los cálculos de la HE no tienen en consideración asuntos tales como la contaminación de ciertos productos químicos tóxicos y que prestan mucha atención a otros, tales como la huella del carbón, que podría reducirse con la invención de nuevas tecnologías. Aún así, “es un indicador bastante amplio de la dirección en la que las cosas se mueven y es una herramienta excelente para ponerla a disposición del público y de los líderes que toman decisiones”, dice Jay Vernon, quien supervisó la validez de la HE para el gobierno británico.

Por tanto, el estudio contiene un mensaje creíble: nos hemos pasado en la sostenibilidad y el mundo se ha excedido desde el punto de vista ecológico. “No nos hemos tomado el desarrollo sostenible en serio”, concluye Wackernagel.

Tomado de la edición de 3 de octubre de 2007 de la revista New Scientist, página 10.

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Comentarios de Pedro Prieto, coeditor de esta página y vicepresidente de AEREN:

La noticia viene a confirmar la impresión de que el modo de vida occidental es insostenible y que las tendencias en las tres últimas décadas de los principales países o regiones no ha hecho sino empeorar la tendencia hacia un mundo todavía menos sostenible.

Evidentemente, los baremos y las medidas empeladas por Wackernagel, siempre pueden ser puestas en cuestión. No tanto por los criterios elegidos para identificar a un país desarrollado, que son diferentes que los que suelen considerar en general los países opulentos. En este caso, es un criterio elegido por Naciones Unidas, que no es precisamente un organismo sospechoso de favorecer ni el comunismo ni países como Cuba, que sin embargo, en este caso, sale muy bien parado. Si los parámetros son sanitarios y educativos, está claro que el país caribeño tiene un buen índice. Quizá sean más debatibles los criterios en que se ha basado Wackernagel para definir lo que denomina la Huella Ecológica (HE), porque la valoración del espacio que se necesita para absorber residuos y otros parámetros pueden ser objeto de revisión, aunque sea sólo parcial y no cambie el criterio general de país “gastón”. En cualquier caso, parece que la relación entre actividad económica y consumo de energía sigue siendo muy directa e identifica a los países que arrasan los recursos para dotarse de niveles de vida que no necesariamente sirven para mejorar el desarrollo humano.

En general, tanto Wackernagel como New Scientist siguen abrazando el concepto de “desarrollo sostenible”, para intentar juzgar cual de esos “desarrollos” es “sostenible” y cual no, concepto que en Crisis Energética repugna a más de uno. Una vez alcanzadas y cubiertas las necesidades básicas humanas, entendiendo por éstas al derecho a la alimentación básica; a una sanidad mínima, que proporcione calidad de vida humana, de la que la esperanza de vida es un factor de valoración sólo parcial; a la educación, que a partir de la primaria y una alfabetización sólida, puede ser objeto de discusión; y a una vivienda digna, que en realidad supone muy poco, así como los derechos a la formación y el mantenimiento de una familia, el resto de las necesidades realmente comienzan a ser accesorias, y los “desarrollos” a partir de ese punto, cuestionables siempre, si los recursos desaparecen a ritmos que se puedan palpar.

Y ya para acabar, y rebajar un poco la idealización de Cuba, como sistema en cabecera de la que mejor llamaremos “sostenibilidad”, parece quedar claro que están en ese nivel, más que por voluntad propia, porque tuvieron que hacer de la necesidad virtud. El autor se teme que en cuanto puedan acceder a más recursos, la tendencia que parece inevitable es que irán a consumirlos, aunque ello les aleje del ideal de la sostenibilidad.

Las comparaciones siempre son odiosas y verdaderamente debe ser difícil para personas con alto nivel de preparación física e intelectual, observar que en países y regiones de su vecindad, médicos, ingenieros y especialistas de todo tipo, “disfrutan” de acceso a muchos más bienes materiales que ellos. Ese relativismo del consumo es lo que hace que en la isla haya muchos intentando salir y viajar a lugares menos “recomendables” desde el punto de vista de los baremos de Wackernagel, pero sin duda, con más confort y comodidad que en Cuba. Ninguno de los que sale de Cuba piensa en que va a terminar sus días en los niveles de Burundi o Nigeria. El técnico bien formado, sólo mira como aspiración, en el gráfico de abajo, emigrar hacia las zonas que en el gráfico figuran arriba a la derecha, así el planeta reviente. Hay que ser muy idealista y muy revolucionario, dentro y sobre todo, fuera de Cuba, para entender que más nos valiera a todos intentar adaptarnos al modelo de consumo y nivel de desarrollo cubano. Para los que vivimos en el lado superior derecho del gráfico, tiene que resultar durísimo observar que la estabilidad de los recursos, para que las próximas generaciones no entren en niveles de miseria y sufrimientos desconocidos hasta ahora, pasa por rebajar de forma voluntaria y sustancial estos niveles exagerados de consumo de todo tipo de bienes, comenzando por el de la energía, requisito previo para que existan todos los demás bienes.

Redacción CE: por un problema técnico, los comentarios a esta historia han sido borrados. Reproducimos a continuación los comentarios borrados:

El mundo suspende en desarrollo sostenible
Escrito por: José Climent sobre martes, octubre 16 2007 @ 12:02 CEST
A mi me gustaría que un experto en "desarrollo sostenible", explicara como mantener ocupada en situación de "desarrollo sostenible" a la población trabajadora en número similar al actual, teniendo en cuenta la disminución de energía que se preconiza para seguir "sostenidos". Porque la paradoja es que el "desarrollo" precisa de consumo de energía. Sin ésta no hay desarrollo. Y sin desarrollo, la población humana tendrá que disminuir drásticamente.
Es muy fácil hacer discursos o publicar artículos sin especificar como deben hacerse las cosas que se proponen.
Hoy, por ayer, el petróleo ha llegado a 86$/b lo que parece indicar que no hay capacidad de producción para hacer descender los precios y por tanto hemos alcanzado o pasado el "peak-oil" y estamos ya cuesta abajo.
O al menos a mí me lo parece.

El caso de Cuba
Escrito por: Alb sobre martes, octubre 16 2007 @ 11:14 CEST

"Y ya para acabar, y rebajar un poco la idealización de Cuba, como sistema en cabecera de la que mejor llamaremos “sostenibilidad”, parece quedar claro que están en ese nivel, más que por voluntad propia, porque tuvieron que hacer de la necesidad virtud. El autor se teme que en cuanto puedan acceder a más recursos, la tendencia que parece inevitable es que irán a consumirlos, aunque ello les aleje del ideal de la sostenibilidad."

PPP, estoy deacuerdo contigo. Si Cuba tubiera acceso a mas recursos abandonaría la sostenibilidad. Pero hay otra lectura importante. Si se reduce nuestros acceso a los recursos, nos adaptariamos a la situación de bajo consumo, a costa de una pequeña calidad de vida.

Viendo el grafico IDH vs HE, hay una cosa clara. En el futuro nos vamos a mover hacia la izquierda del grafico(sin connotaciones politicas). No es un deseo, ni una propuesta, ni una intención, es una certeza. Ha medida que se reduzca la disponibilidad recursos, el consumo de recursos deberá reducirse. De donde no hay no se puede sacar.

La incognita esta en el otro eje. ¿Que nivel de desarrollo vamos a alcanzar? ¿Burundi o Cuba?. Esta respuesta depende de las medidas que tomemos, y de cuando las tomemos.

Una ultima cuestion.¿la biocapacidad del planeta es constante? Mucho me temo, que se esta reduciendo. Vi

El caso de Cuba
Escrito por: eduardo37 sobre jueves, octubre 18 2007 @ 01:57 CEST
bueno disculpen pero yo no estoy de acuerdo con lo que se está afirmando de Cuba. Cuba podría haber sido un emporio del turismo internacional, ubicada estrategicamente a pocos km de Miami, con solo haber mantenido al tirano de Batista en poder. Pero el pueblo cubano optó por otro modelo. Y además su recursos no son escasos. Cuba cuenta con muchísimos recursos y muchísimo consumo de recursos educativos, sanitarios y culturales. Con recursos sociales inimaginables por otro tipo de sociedades que solo consumen chatarra.

Estancamiento sostenible
Escrito por: svampa, martes, octubre 16 2007 @ 11:46 CEST
Partiendo de que los recursos no son infinitos, todo se trata de tener un nivel de consumo que iguale la renovación de los recursos consumidos. Es decir, no existe desarrollo sostenible, lo que existe es "estancamiento sostenible".

En donde los recursos no se consumen al mismop ritmo que se renuevan, tienen espacio para el crecimiento. En donde se consume más de lo que se renueva, deben decrecer, incluso por debajo del punto de equilibrio a fin de que los recursos que se habían consumido en exceso lleguen a un equilibrio. La pregunta es ¿En que nivel de vida está el punto de equilibrio? todo parece indicar que todo el sistema está distorsionado por el petróleo, un recurso no renovable(*). En los países desarrollados vivimos muy por encima del nivel de renovación. Y según este artículo, Cuba está en el punto de equilibrio

Esta es la teoría, la cruda realidad es que es muy díficil no consumir en exceso cuando los recursos actuales son enormes aunque se renueven muy despacio. Y para colmo si necesitas más se los puedes quitar al vecino que es más pobre.

Supongamos que tenemos un estanque con de 50x25x2=2500m3= 2 millones y medio de litros. Si sólo se renueva a razón de 10 litros al día, es muy díficil que te limites a consumir 10 litros de agua al día teniendo delante de tus ojos 2 millones y medio de litros. Lo normal es que digas, "cuando escasee ya racionaré", y si además es tan inmenso que va necesitar generaciones para que se note el abuso, se sigue el principio de "el que venga detrás que arree".

Un comportamiento tan racional ante la aparente abundancia no es muy normal.

Cuba puede conseguirlo porque es una dictadura y puede imponer el comportamiento racional por la fuerza, y porque no tiene más remedio por el embargo. Aún así ¿Cuba se libra? lo dudo. Hay cantidad de cubanos que envían dinero obtenido que viven en zonas con "políticas no sostenibles", obtiene recursos de los turistas que se permiten el viaje gracias a que viven en zonas "políticas no sostenibles".

En resumen: Sí, no somos sostenibles ¿Y qué? no haremos nada hasta nos veamos con el agua al cuello. A ver que partido político estadounidense o europeo propone tener un nivel de vida como el de cuba para ser sostenible, ¿existe tal partido? ¿Ganará las elecciones?

(*)Aunque la teoría abiótica fuera cierta, no parece sostener que el petróleo mundial se renueva a razón de 84 millones de barriles diarios