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Gadafi regaña a los libios por su confianza en el petróleo

  • Martes, 29 Agosto 2006 @ 01:32 CEST
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Artículos Por su interés, traemos este artículo del Guardian Online, con unas declaraciones de Gadafi y de su hijo sobre la dependencia de su país del petróleo y de las consecuencias que este otro líder de país de “eje del mal”, aunque esté a punto de ser absuelto por los sacerdotes occidentales que gestionan las condenas y los calificativos. Si bien el periodista William Maclean termina desviándose hacia la economía tradicional y haciendo el típico guiño de “ahora este chico parece ir mejor”, dos de sus declaraciones no dejan de sorprender. Si el periodista no saca conclusiones de ellas, aquí nos atrevemos a sacarlas, entre líneas y en cursiva. Guardian Online William Maclean | Argel, Argelia

28 de agosto de 2006 01:21

El líder libio, Muamar el Gadafi ha regañado a su nación por su excesiva confianza en el petróleo, en los extranjeros y en las importaciones y dijo que había que comenzar a fabricar las cosas que la gente necesita.

La crítica, dentro de una serie poco habitual de discursos a lo largo de julio y agosto ha provocado gran revuelo, estando a la vista su discurso a esa nación de cinco millones de habitantes del próximo 1 de septiembre, que marca el golpe de Estado de 1969 que le llevó al poder.

“No producimos nada. Sólo vendemos petróleo, pero consumimos de todo”, dijo, condenando lo que denominó una sociedad de consumo destinada a un triste futuro cuando el petróleo finalmente se acabe.

Otro líder de país eminentemente productor que empieza a declarar que se le acaba el petróleo. Lástima que el periodista no tome nota para lo que realmente importa: que se acaba, sino que se quede en las conclusiones erróneas de que una “diversificación industrial, al modo occidental” puede ayudar a resolver la crisis y el paro.

“El tipo de comercio mediante el cual no producimos nada e importamos bienes a cambio de petróleo, es una catástrofe”, dijo, según cita la agencia Libia de noticias. Libia podría haberse convertido en un poder económico similar a Japón de no haber estado “socialmente atrasada”, dijo.

Está retórica reformista no es nueva en Gadafi, perro los libios señalan que no es usual que haga estos discursos con tanta frecuencia y a una variedad tan amplia de audiencias, desde grupos profesionales y planificadores estatales a profesores y estudiantes de religión.

La ráfaga de severos comentarios parece sugerir que en su discurso del próximo 1 de septiembre puede desvelar más reformas para modernizar el país.

Los expertos dicen que existen posibilidades reales de que el sector no petrolífero de la economía pueda recuperarse en un país que ha sufrido durante mucho tiempo sanciones internacionales y que sufre de un severo desempleo.

Curiosas las conclusiones del periodista, ante tan importantes declaraciones. Por un lado, el líder libio dice que se acaba el petróleo y por otro, parece que la decisión de “recuperar” la economía tradicional y el intercambio con occidente resolverán la crisis. Uno se pregunta ¿y cómo, si no habrá petróleo? El periodista parece no preguntárselo. Le basta con alegrarse de lo mucho que se va mimetizando Gadafi con las “soluciones occidentales” Ahora parece ir por buen camino, se limita a señalar, siemrpe según “los expertos”, muletilla de mucho abrigo para estos casos.

Existen dos factores, uno exterior y otro interno, que hacen que Libia pueda tener la oportunidad de diversificar su anticuada y centralizada economía, dirigida durante mucho tiempo por un sector bancario primitivo y burocrático, dicen los expertos.

El factor externo es la revitalización de las relaciones diplomáticas con Washington: el 15 de mayo la Administración Bush dijo que restablecería relaciones formales con Trípoli, como recompensa por haber abandonado Libia su programa de destrucción de armas de destrucción masiva.

Aunque la mayoría de las sanciones estadounidenses se levantaron en 2004, la recuperación de las relaciones formales afloja la red que quedaba de restricciones financieras que existió en las inversiones entre EE.UU. y Libia en las décadas de distanciamiento, cuando Occidente acusaba a Libia de apoyar al terrorismo.

¿Qué tipo de paraíso?

Las restauradas relaciones con las empresas estadounidenses podrían elevar la confianza entre los inversores de otras naciones, que han estado dudando hasta ahora para tomar parte en la modernización de la economía.

Otra vuelta más; otra cuña publicitaria más. Este hombre está restableciendo las relaciones diplomáticas con Occidente, paga sus deudas, solicita el perdón de los pecados y atrae a inversores extranjeros. Va bien. Algo, sin embargo contradictorio con algunos mensajes de autosuficiencia en el mismo artículo. Con estos periodistas tan preclaros, no hay forma de entender qué pasa. Luego echarán la culpa a Gadafi de ser incongruente, que quizá lo sea, sin lugar a dudas, aunque los que le traducen también se las traen.

. Lo segundo es que el hijo de Gadafi, Saif al-Islam se está haciendo eco de la franqueza económica de su padre, el hijo con una mayor proyección, cuyas declaraciones públicas se han centrado, principalmente y hasta ahora, en la política social y en asuntos exteriores.

Islam dijo a unos grupos de jóvenes este mes que Libia no tenía una prensa libre y que su sistema no era tan democrático como a él le gustaría.

“Decimos que Libia es un paraíso en la Tierra. ¿Qué tipo de paraíso? No tenemos infraestructuras. Hay ciudades sin agua”, dijo Islam en la reunion.

Los discursos de su padre han tenido una serie de objetivos, los fundamentalistas islámicos, los funcionarios que hacen otros trabajos, la burocracia, la mendicidad y el estado de suciedad de muchos pueblos.

Pero el principal asunto ha sido la autosuficiencia económica y las reformas para luchar contra una tasa de desempleo de al menos el 13%

Dijo que los futuros trabajos del “Proyecto Gran Río Hecho por el Hombre”, una empresa de 20 años para bombear agua del subsuelo del Sahara a las ciudades del norte, debería hacerse casi exclusivamente por libios.

Advirtió a los libios en muy duros términos contra lo que calificó de dependencia de los Estados árabes de las plantas de desalación.

“La península arábiga está viviendo del agua marina desalada porque hay petróleo y porque hay dinero. Pero cuando se acabe el petróleo no habrá dinero, no habrá desalación y la gente morirá”

Y aquí, la guinda final del desconcierto informativo. El hijo de Gadafi, por un lado, admite no tener la democracia que le gustaría, a pesar de que su padre ejerce el poder. Bien, vamos bien. Luego mezcla las churras de los fundamentalistas islámicos, con las merinas de la mendicidad, la burocracia y la suciedad, en un batiburrillo excepcional. Finalmente, dice que el gran-río-hecho–por-el-hombre tiene que seguir adelante(esto es, el bombeo masivo de agua dulce, acumulada durante milenios en el subsuelo del Sahara y su transporte por unas tuberías por las que entran camiones de gran tonelaje. El título que le han dado los libios suena al del chiste de gran-jefe-no-caca, con perdón y es una de las grandes aberraciones ecológicas del planeta Tierra en vubusca del agua perdida) , eso si, con materiales y mano de obra exclusivamente libios y finalmente pone a bajar de un burro a los países del golfo, porque ellos, los muy tontos, según al-Islam, lo hacen desalando y él sabe que eso es posible porque hay petróleo y que cuando no lo haya, no habrá agua y el personal se morirá. No entiendo nada. Lo importante de este mensaje es que al hijo del líder parece quedarle claro que sin petróleo no hay agua; pero el periodista no parece dejar claro que eso sucederá con las desaladoras del golfo Pérsico y TAMBIÉN con las bombas que impulsan esas barbaridades de agua desde las profundidades del Sahara hasta las ciudades libias. Es la misma pretendida falacia o falso debate español entre desaladoras o trasvases, agravado porque al menos en España, el Ebro es renovable (aunque ya poco). Y el agua subterránea del Sahara no lo es. En fin, declaraciones importantes, mal tomadas y peor interpretadas. Esperemos al 1 de septiembre, a ver si el líder del eje del mal que va para eje del bien nos alcara algo más.