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Arabia Saudí destronada

  • Domingo, 03 Octubre 2004 @ 15:33 CEST
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Artículos En otro de sus artículos en La Vanguardia, Mariano Marzo nos constata cosas destacables: si en los años ochenta hubieron sobreestimaciones de reservas, ahora parece que se corrigen dejando a oriente medio con muchas menos reservas de petróleo convencional, que es el realmente abundante y útil, al contrario que el petróleo pesado. Que las primeras compañías en cuanto a reservas y con mucha diferencia (Aramco, etc.) son privadas. Y otra cosa, que entre Canadá y Venezuela producirán en el año 2.030 unos 6 Mb/d, cuando hoy mismo se consumen 82 Mb/d. Ello en parte es debido al protocolo de Kyoto que no permite contaminar y exige tecnologías punta y en parte porque el saldo energético no es rentable, del mismo modo que no es rentable el producto final en un mercado donde el crudo de Oriente Medio es mucho más barato. Estimaciones muy discrepantes

La edición del 2004 del mapa energético del mundo, publicada por "Petroleum Economist" y "Deutsche Bank", recoge unos datos de "Wood Mackenzie" sobre la distribución mundial de las reservas de hidrocarburos líquidos que difieren estrepitosamente de los publicados por el "World Statistical Review, 2004" de la petrolera BP. Entre estas diferencias destacan dos: Venezuela y Canadá relegan a Arabia Saudita al tercer lugar del ranking y, de un plumazo, las reservas de algunos grandes productores de Oriente Medio sufren un serio recorte, de forma que el porcentaje sobre el total mundial de la citada región se desploma del 63,3% del informe BP a un 39,2%. ¿Cuáles podrían ser las razones de estas discrepancias?

Petróleo
Venezuelay Canadá destronan a Arabia Saudí.

La catalogación de parte de los “petróleos no convencionales” como reservas probadas y probables cambia el liderazgo mundial.

Mariano Marzo - 03/10/2004
La irregular pero inexorable escalada de los precios del crudo que vivimos desde hace años tiene consecuencias negativas sobre el crecimiento de la economía mundial. Pero también presenta aspectos positivos. Uno de ellos es que un crudo caro revaloriza las opciones de comercialización de los denominados petróleos no convencionales.

Entre estos últimos destacan las arenas asfálticas del Canadá y los petróleos pesados de Venezuela. Ambos países contienen 580.000 millones de barriles recuperables, es decir, más que las reservas de crudo convencional atesoradas en el subsuelo de Oriente Medio. Y es precisamente la catalogación de parte de estas reservas en la categoría de probadas y probables, lo que explica, en parte, el espectacular ascenso experimentado por los dos países citados en relación a Arabia Saudita.

Arenas asfálticas
En Canadá, la producción de petróleo a partir de arenas asfálticas está centrada en Alberta. Esta región produce bitumen diluido y petróleo crudo. En ambos casos, el hidrocarburo original, conocido con el nombre de bitumen natural, se extrae, mediante minería, de arenas impregnadas por el citado hidrocarburo. El bitumen se diluye con hidrocarburos más ligeros para su posterior traslado a una refinería, o bien se transforma in situ en crudo. La calidad de este último es casi tan buena como la del “West Texas Intermediate”, el crudo convencional más comercializado en América del Norte. En el 2001, la producción de petróleo no convencional totalizó 350.000 barriles diarios, a los que hay que añadir otros 300.000 barriles por día de bitumen diluido. Se espera que la producción llegue a los 1,2 millones de barriles diarios (Mb/d) en el 2010 y a 3,2 Mb/d en el 2030.

La producción de petróleo no convencional de Venezuela proviene de la “Franja del Orinoco”. Esta región alberga enormes reservas de petróleo muy denso y viscoso (petróleo pesado) que es tratado con la finalidad de reducir su viscosidad. El petróleo se emulsiona con agua para producir un combustible líquido conocido como “Orie- mulsión”, que es apto para su utilización en centrales de transformación energética, o bien es convertido en lo que se conoce con el nombre de petróleo sintético. En el año 2001, la producción de petróleo no convencional fue de 307.000 barriles diarios. Las previsiones son aumentar tal producción a un millón de barriles diarios (Mb/d) para el 2010 y a 2,9 Mb/d para el 2030.

La proximidad de Canadá y Venezuela al mercado de los EE.UU. puede facilitar que estas fuentes energéticas lleguen a ser competitivas respecto a otras de menor coste de producción pero provenientes de regiones más alejadas geográficamente. La explotación de los recursos no convencionales puede ayudar a mitigar la dependencia de los EE.UU. de Oriente Medio.

Pero no todo es color de rosa.
Centrándonos en el caso de Canadá, la combinación de altos costes de producción (entre 7 y 17 dólares por barril), los elevados precios del gas natural necesario para estimular mediante la inyección de agua caliente la extracción del bitumen, las preocupaciones derivadas del altísimo impacto ambiental causado por la explotación minera de las arenas asfálticas y la firma por Canadá del protocolo de Kyoto, han hecho que las compañías tuvieran que retrasar o redimensionar a la baja sus proyectos. Por lo que respecta al gas natural, diversos analistas evalúan en 56 millones de metros cúbicos por día el volumen necesario para llevar a buen puerto los proyectos actualmente en marcha, lo que plantea el dilema de su rentabilidad energética. En relación a Kyoto, las incertidumbres sobre la inversión que las compañías deberán afrontar para implementar nuevas tecnologías o mercadear con las emisiones también pesan como una losa.

Las mejoras tecnológicas recientes han reducido los costes y la intensidad energética implicados en la explotación de los recursos no convencionales. Sin embargo, los costes todavía son más altos que los del petróleo convencional y se requerirán importantes inversiones para hacerlos totalmente competitivos.

El ascenso de Canadá al segundo lugar del ranking mundial no hubiera sido posible sin la drástica reducción de reservas de petróleo convencional acometida por Wood Mackenzie en el caso de Arabia Saudita. El reino ve rebajada sus reservas, respecto a las cifras de BP, en un 38,7%, algo que también ocurre con Irán (42%), Kuwait (41,5%), la Unión de Emiratos Árabes (29,6%) y, en mucha menor medida, con Iraq (5,7%).

Es muy posible que, tal y como les comentaba en esta mismas páginas en el artículo titulado “Reservas Técnicas y Políticas”, esta escabechina no haga más que reparar el escandaloso asunto del incremento de reservas anunciado por estos países, sin ningún tipo de justificación geológica, a lo largo de la década de los 80.

Mejorar la exploración

Pero, ya que hablamos de reservas políticas, también podría ser que se estuviera lanzando un mensaje a los países de Oriente Medio arriba citados sobre la necesidad de que abran sus puertas a la inversión y tecnología extranjera si quieren mejorar sus resultados de exploración y producción. Porqué a fin de cuentas, comparar reservas de crudo convencional, de buena calidad y con unos precios de producción entre los mas bajos del mundo (4 dólares por barril como máximo) con reservas procedentes de crudos no convencionales, con un precio 2 a 4 veces superior y de menor calidad, es como comparar peras y manzanas. Además, el ranking de reservas por compañías, no por países, muestra como, curiosamente, los cuatro primeros puestos están ocupados por las empresas petroleras estatales de Arabia Saudí, Iraq (que ya está en proceso, forzoso, de apertura), Irán y Kuwait.

En la misma línea de razonamiento, pero en sentido opuesto, está el incremento de reservas experimentado por Qatar, Rusia y Kazajstán, países en que las compañías internacionales han realizado, o planean realizar, importantes operaciones, demostraría cual es el premio a una política correcta.

Cuanta razón tiene el presidente del FMI al asegurar que hay que mejorar la transparencia sobre las estadísticas de la industria petrolera. Empezando, sin duda, por las de las reservas.

Mariano Marzo es Catedrático de Recursos Energéticos de la UB.

Gráfica de Reservas y nuevos "reyes" del petróleo.