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Willam Engdahl descree del cenit del petróleo: el petróleo es abiótico

  • Martes, 09 Octubre 2007 @ 10:59 CEST
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Artículos Un amigo se ha tomado el trabajo de enviarme por correo una traducción del siguiente artículo: "Confessions of an “ex” Peak Oil Believer".

El artículo debería titularse "Un aporte más a la confusión generalizada".

El autor parte de la idea del petróleo abiótico (tema ya tratado alguna vez en CE) para sentenciar que no habrá cenit (???!!!).

Como si el cenit dependiera del origen de los hidrocarburos, o como si al ser abióticos, estuviera garantizado que los pozos se rellenarán rápidamente y no en lapsos de tiempo de millones de años.

Confesiones de un "ex creyente" de la teoría del cenit del petróleo

La buena nueva es que los escenarios catastróficos que indican que la humanidad esta a punto de quedarse sin petróleo son erróneas. La mala noticia es que el precio del petróleo va a seguir aumentando. El cenit del petróleo no es el problema. El problema, es la política. Las grandes petroleras quieren mantener el precio del petróleo elevado. Dick Cheney y sus amigos están dispuestos a ayudarles.

Personalmente, he hecho investigaciones sobre las cuestiones petroleras desde los primeros choques petroleros de los años 70. En 2003, estaba intrigado por algo que llamaban “Teoría del Cenit del Petróleo”. Esta teoría, parecía explicar la decisión de Washington, de otra forma inexplicable, de arriesgar todo en una agresión militar contra Irak.

Los defensores de la teoría del cenit petrolero, dirigidos por el antiguo geólogo Colin Campbell de British Petroleum, y el banquero tejano Matt Simmons, sostienen que el mundo hace frente a una nueva crisis. O bien al fin de la era del petróleo barato, o bien al cenit mundial del petróleo, puede ser de aquí al 2012, puede ser inclusive en 2007. Las reservas de petróleo estarían, parecería ser, en sus ultimas gotas. Para probar esto, utilizan el argumento de la fuerte alza de los precios del combustible y el declive de la producción en el Mar del Norte, en Alaska y en otros yacimientos.

Según Campbell (1), el hecho de que ningún nuevo yacimiento de petróleo de tamaño comparable a los del Mar del Norte haya sido descubierto desde la época en que estos fueron hallados, hacia fines de los 60, es una prueba. Según ciertas informaciones, habría inclusive logrado convencer a la Agencia Internacional de Energía y al gobierno sueco. Sin embargo, esto no prueba que tenga razón.

¿Fósiles intelectuales?
La escuela del cenit petrolero se apoya sobre los manuales convencionales de geología, la mayoría escritos por geólogos estadounidenses o británicos, que afirman que el petróleo es un “combustible fósil”, un residuo o u deshecho biológico de restos fosilizados de dinosaurios o quizás de algas, lo que significa que el aprovisionamiento tendrá fin. El origen biológico es central para la teoría del cenit, que es utilizada para explicar porqué el petróleo es descubierto solamente en ciertas regiones del mundo, donde está geológicamente aprisionado, desde hace millones de años. Esto significaría, por ejemplo, que los restos de dinosaurios muertos han comenzado a ser comprimidos, y que en el curso de unos 10 millones de años, se habrían fosilizado y habrían quedado en depósitos subterráneos a, quizás, unos 4.000 a 6.000 pies (1 a 2 Km.) bajo la superficie de la tierra. En algunos casos raros, como así lo quiere la teoría, cantidades enormes de materia biológica deberían haber sido hechos prisioneras en formaciones de rocas situadas en los profundísimos fondos oceánicos, como los del Golfo de México, el Mar del Norte, o el Golfo de Guinea. La geología debería únicamente tratar de comprender o conocer los lugares donde estos bolsones, entere las capas geológicas, llamados depósitos, se encuentran, en el interior de sectores sedimentarios específicos.

Redacción CE: al final del artículo se añade un comentario de Daniel Gómez, editor de Crisis Energética.
Una teoría completamente diferente sobre la formación del petróleo apareció en Rusia a principios de los años 50, y sigue siendo prácticamente desconocida en occidente. Ella afirma que la teoría convencional estadounidense sobre orígenes biológicos es un absurdo no-científico y que sigue siendo no probada, e improbable. Estos geólogos rusos indican que los occidentales previeron varias veces el fin del petróleo durante el pasado siglo, esperando poder encontrar mas y mas… Esta explicación (la rusa), sobre el origen del petróleo y del gas, no existe solo en la teoría. La emergencia de Rusia, y anteriormente la URSS como uno de los mas grandes productores de petróleo y gas natural, esta basado en la aplicación de la teoría en la practica. Esto tiene consecuencias geopolíticas de gran envergadura.

La necesidad es la madre de la invención
En los años 50, bajo el velo de la “cortina de hierro”, la Unión Soviética hacia frente al aislamiento del occidente. La guerra fria estaba en su plenitud. Rusia tenia poco petróleo para hacer funcionar su economía. Encontrar suficiente petróleo en su territorio era una prioridad de seguridad nacional.

Los científicos del Instituto de Física de la Tierra de la Academia Ucraniana de Ciencias, comenzaron una investigación fundamental, hacia el fin de los 40: ¿de donde viene el petróleo?

En 1956, el profesor Vladimir Porfir’yev, presentó sus conclusiones: ”el petróleo y el gas natural no tienen ninguna relación intrínseca con la materia biológica cerca de la superficie de la tierra. Son materiales primitivos que surgieron de las profundidades abismales”. Los geólogos soviéticos acababan de poner la geología ortodoxa occidental patas para arriba. Llamaron a su teoría sobre el origen del petróleo, teoría “abiótica”, quiere decir, no biológica, para diferenciarla de la occidental, sobre el origen biológico del petróleo.

Si ellos tenían razón, las reservas de petróleo de la Tierra serian limitadas solo por la cantidad de constituyentes de hidrocarburo presente en las entrañas de la Tierra en el momento de su formación. La disponibilidad del petróleo dependería únicamente de la tecnología para perforar pozos ultra-profundos, y para explorara las regiones interiores de la Tierra. Se dieron cuenta, también, que antiguos yacimientos podrían ser restaurados y podrían seguir produciendo, como yacimientos que se llenan nuevamente por ellos mismos. Afirman que el petróleo se forma en las profundidades de la tierra, en condiciones de muy alta temperatura y presión, comparables a las que son necesarias para la formación de los diamantes. ”El petróleo es un material primitivo de origen abismal, que es dirigido bajo presión por medio de erupciones “a frío”, en la corteza terrestre, declaro Porfir’yev. Su equipo descarto la idea de que el petróleo es un residuo biológico de restos fósiles vegetales y animales, y consideran esta idea como un engaño concebido para perpetuar el mito del aprovisionamiento limitado.

Desafiar la geología convencional
La visión sobre los orígenes del petróleo que tienen los científicos rusos y ucranianos, permitió a la URSS hacer inmensos descubrimientos de gas y petróleo en regiones en las que anteriormente se pensaba que eran poco propicias para su presencia, según las teorías de explotación geológica occidental. La nueva teoría sobre el petróleo fue utilizada en el principio de los años 90, después de la disolución de la URSS, para buscar gas y petróleo en una región que era considerada desde hacia mas de 40 años como geológicamente estéril, la del Dnieper-Donets, situada entre Rusia y Ucrania.

Siguiendo la teoría abiótica de los orígenes abismales del petróleo, los geofísicos y químicos del petróleo rusos y ucranianos comenzaron por un análisis detallado del pasado tectónico y de la estructura geológica del subsuelo cristalino de la región del Dnieper-Donets. Luego de los análisis tectónicos y de la estructura profunda del sector, hicieron investigaciones geofísicas y geoquímicas.

Fueron perforados un total de 61 pozos, de los cuales 37 eran comercialmente productivos, representando de esta manera una tasa extremadamente impresionante de éxitos de exploración, cerca del 60 %. El tamaño del campo descubierto es comparable al North Slope en Alaska. Contrariamente, la perforación salvaje de los EE.UU. fue considerada un éxito con una tasa de logros del 10%.Nueve de cada diez pozos son, por decirlo así, ”agujeros secos”.

La investigación geofísica rusa que permitió encontrar petróleo y gas, fue herméticamente envuelta en el tradicional velo soviético de la seguridad de estado durante la era de la guerra fría, y quedó, en gran parte, desconocida para los geofísicos occidentales que siguieron enseñando el origen fósil, y como consecuencia, los severos limites físicos del petróleo. Lentamente fue naciendo entre ciertos estrategas del interior y “alrededores” del Pentágono, bastante mas tarde del comienzo de la guerra de Irak, en 2003, la idea de que los geofísicos rusos podrían tener entre manos “algo de una importancia estratégica mayor”.

Si Rusia tenía los conocimientos científicos que los medios occidentales no tenían, esta tendría entonces entre sus manos una ventaja estratégica de grandes consecuencias geopolíticas . No sería sorprendente que Washington quisiera erigir un “muro de acero”, constituido por una red de bases militares y escudos antimisiles alrededor de Rusia, con el fin de cortar sus lazos portuarios y sus oleoductos destinados a alimentar Europa del oeste, China y el resto de Eurasia. La peor pesadilla de Halford Mackinder, una cooperación de convergencia de intereses de los mayores estados de Eurasia, nacida de la necesidad y necesitada de petróleo para alimentar su crecimiento económico estaba emergiendo. Irónicamente, fue la flagrante apropiación de los EE.UU. de las riquezas en petróleo de Irak y eventualmente de Irán, lo que sirvió de catalizador para esta cercana cooperación entre los enemigos tradicionales, China y Rusia, y una mayor toma de conciencia de parte de Europa occidental, cuyas opciones se debilitan.

El rey del cenit
La teoría del cenit petrolero toma sus bases de un documento publicado por el fallecido Marion King Gubert en 1956, un geólogo tejano que trabajaba para Shell Oil. Afirmaba que la producción de los pozos de petróleo es parecido a una curva en campana, y una vez que el “cenit” es alcanzado, el declive es inevitable. Vaticino que la producción de EEUU llegaría a su pico en 1970. Siendo un hombre modesto, llamó a la curva de producción que invento, curva de Hubbert, y al cenit, cenit de Hubbert. Cuando la extracción de petróleo en EEUU comenzó a disminuir alrededor de 1970 Hubbert gano un cierto renombre.

Solo que, el cenit del petróleo no dependía del agotamiento de las fuentes en los yacimientos norteamericanos. Hubo un “cenit” porque Shell, Mobil, Texaco, y otras sociedades de Saudi ARAMCO inundaron el mercado norteamericano con sus importaciones desde Medio Oriente a muy bajo precio, exonerados de tarifas aduaneras, a precios tan bajos que muchos productores en territorio estadounidense , desde California a Texas, no podían competir y fueron forzados a cerrar sus pozos.

El éxito de Vietnam
Mientras que las multinacionales petroleras norteamericanas estaban ocupadas controlando los grandes campos de fácil acceso en Arabia Saudita, Kuwait, Irán, y otros áreas de petróleo barato y abundante durante los años 60, los rusos estaban ocupados en probar su teoría abiótica. Empezaron a perforar en una región desolada en Siberia. En este lugar, desarrollaron 11 yacimientos mayores y un campo gigante, basados en sus evaluaciones geológicas abismales, y “abióticas”. Perforaron en rocas cristalinas del subsuelo y descubrieron oro negro en una escala comparable a la North Slope de Alaska.

Seguidamente, estuvieron en Vietnam en los años 80 y ofrecieron financiar los costos de perforación para demostrar que su nueva teoría geológica funcionaba. Los yacimientos de Tigre Blanco, en Vietnam, perforados en el mar por la sociedad Petrosov en roca de basalto a aproximadamente 17.000 pies (5 Km) de profundidad permiten la extracción de 6.000 barriles diarios para alimentar su economía. En la URSS los expertos geólogos rusos abióticos perfeccionaron sus conocimientos, y el país se transformo en el más grande productor del mundo a mediados de los 80. Pocos en occidente entendieron porqué, o no se tomaron el trabajo de preguntárselo.

El Dr. J.F. Kenney es uno de los pocos geofísicos occidentales que enseñó y trabajó en Rusia, estudiando con Vladilen Krayushkin, aquel mismo que desarrolló el enorme yacimiento de Dnieper-Donets. Kenney me dijo en una reciente entrevista que “para producir, solamente, la cantidad de petróleo del campo de Ghawar (Arabia Saudita), que se extrajo hasta hoy, se habría necesitado un cubo de desperdicios fósiles de dinosaurios, suponiendo además una eficiencia de transformación del 100%, que debería medir 19 millas de profundidad, 19 de largo, y 19 de alto, (o sea mas o menos, 30 Km. en alto, largo y profundo). En síntesis, un absurdo.

Los geólogos occidentales no se toman el trabajo de presentar pruebas científicas de los orígenes fósiles. Lo afirman, simplemente como si se tratara de verdades santas. Los rusos, en cambio, produjeron volúmenes de documentos científicos, la mayoría en ruso. Los periódicos occidentales dominantes no tienen ningún interés en publicar una visión tan revolucionaria. Carreras y profesiones universitarias enteras están, después de todo, en juego.

Cerrar la puerta
El arresto en 2003 del Mikhail Khodorkousky, de la sociedad Yukos Oil tuvo lugar justo antes de que pudiera vender una parte mayor de Yukos Oil a Exxon Mobil, luego de una entrevista privada de Khudorovsky con Dick Cheney. Si obtenían esta participación en Yukos oil, Exxon habría tenido el control de la mas grande fuente de geólogos e ingenieros calificados en técnicos abióticos de perforación en profundidad del mundo.

Desde 2003, el numero de científicos rusos que comparten sus conocimientos a disminuido netamente.Las ofertas de principios de los 90 para compartir sus conocimientos con EE.UU. y otros geofísicos del petróleo, fueron fríamente rechazadas, según geofísicos norteamericanos implicados.

Entonces, ¿por qué una guerra de alto riesgo para controlar Irak? Desde hace un siglo, las grandes sociedades petroleras de los EE.UU. y sus aliados en países occidentales controlan el petróleo mundial por medio del control de Arabia Saudita, Kuwait, y Nigeria. Hoy, viendo los yacimientos gigantes de petróleo que se agotan, las sociedades perciben los yacimientos de Irak e Irán como las mayores reservas de petróleo barato y fácil (de perforar) que subsiste todavía. Con la demanda enorme en petróleo de la China y también de la India, es imperativo geopolíticamente para EE.UU., tomar directamente el control militar de esas reservas en Medio Oriente. Y lo mas rápidamente posible. El vicepresidente Cheney llego a su puesto actual vía Halliburton Corporation, la sociedad de servicios geofísicos mas grande del mundo, en el terreno petrolero. La única amenaza potencial para este control del petróleo por parte de EEUU, resulta estar justamente en el interior de Rusia, y con los gigantes energéticos rusos ahora controladas por el estado. Hmmmmm.

Según Kenney, los geofísico rusos utilizaron las teorías del brillante científico alemán Alfred Weneger, al menos 30 años antes que los geólogos occidentales hayan “descubierto” a Weneger en los 60. En 1915, Weneger publicó la innovadora teoría “La génesis de los continentes y los océanos”, que sugiere que hace 200 millones de años existía un supercontinente único, la “Pangea”, y que se separo en la forma actual en lo que él llamó ”la deriva de los continentes”.

Hasta los años 60, los supuestos científicos de EEUU, como el Dr. Frank Press, entonces consejero en ciencia de la Casa Blanca, se refirieron a Weneger como a un “loco”. A finales de los 60, los geólogos se vieron forzados a comerse sus palabras, dado que Wenweger ofrecía la única explicación que les permitió descubrir vastos recursos petroleros en el Mar del Norte. Puede ser que dentro de algunas décadas, los geólogos occidentales se repensarán su mitología sobre los orígenes fósiles y se darán cuenta de lo que los rusos conocen, desde los años 50. Mientras tanto, Moscú posee una ventaja energética mayor.

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(1) En la comunidad francófona muchos sostienen, con los mismos argumentos, la teoría de cenit, pretendiendo a la vez, que ningún yacimiento importante a sido descubierto desde los 60 y que los actuales están a punto de agotarse.

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Comentarios de Daniel Gómez, editor de Crisis Energética:

Aunque podría considerarse una pérdida de tiempo la publicación y répilica a este artículo, pienso que vale la pena aclarar las cosas e intentar deshacer la “confusión” que como muy bien dice Millenium2004, parece ser lo único que aporta este artículo.

Para ser alguien que afirma haber investigado las cuestiones petroleras desde los primeros choques petroleros de los 70, se expresa de una manera francamente poco profesional, cuando afirma que Campbell y Simmons “dirigen la defensa de la teoría del cenit del petróleo”, olvidándose de la existencia de ASPO y de que el co-autor del artículo en Scientific American “The End of Cheap Oil” junto a Campbell, es el francés Jean Laherrère. O cuando habla de que la teoría oficial del origen del petróleo dice que este proviene de dinosaurios, cuando el consenso actual establece que tuvo su origen en microalgas y otra materia orgánica de origen vegetal.

También es muy poco afortunada la definición del “cenit del petróleo” como una teoría. Lo cierto es que es un fenómeno ampliamente documentado en todos y cada uno de los pozos de petróleo perforados en el planeta. En todo caso, se podrá argumentar que existen teorías acerca de cuándo y cuáles serán los efectos del cenit del petróleo. Pero la realidad y no la teoría es que los pozos, los yacimientos, las provincias petrolíferas y el mundo en su conjunto llegará un día a un máximo de producción de petróleo.

Y es precisamente esto lo que Engdahl parece desconocer, o peor aún, ignorar, para dotar a su discurso de más dramatismo: el cenit del petróleo no significa que “las reservas de petróleo estarían en sus últimas gotas”.

Engdahl también parece desconocer que el ya desaparecido físico de la Universidad de Cornell Thomas Gold era un reconocido defensor de esta teoría en occidente (al que los científicos rusos consideran un plagiador). Pero reconocer este hecho privaría a Engdahl de poder desplegar su intrigante escenario de una comunidad científica occidental dispuesta a negar y silenciar la teoría del petróleo abiótico solo porque “Carreras y profesiones universitarias enteras están, después de todo, en juego.” Ignora por tanto los trabajos científicos occidentales sobre la posibilidad de hallar hidrocarburos en las profundidades de la tierra (que además contradicen las teorías de Gold).

Es curioso que Engdahl cite la teoría de la deriva continental como prueba de que a veces se rechazan de plano los nuevos conocimientos científicos, y olvide que las teorías sobre el origen abiótico del petróleo rusas son anteriores al reconocimiento de la deriva continental y que por lo tanto, la teoría abiótica del petróleo no se pudo beneficiar de todo el conocimiento derivado de aquella: principalmente que los movimientos tectónicos son responsables de la reorganización de los estratos, proceso que puede hacer aparente que un yacimiento de petróleo tenga su origen en un estrato cristalino, cuando en realidad tiene su origen en un estrato sedimentario que las fuerzas tectónicas han empujado por debajo del estrato cristalino.

La descripción de la geología del petróleo abiótico que hace Engdahl es por lo tanto incompleta, y cabría preguntarse, en referencia al yacimiento de Dneiper-Donets, si las rocas cristalinas de basamento y los basaltos de los que habla están fracturaras, o por la relación estratigráfica y estructural que guardan con rocas madre sedimentarias. Los geólogos conocen desde hace tiempo que una roca fracturada incrementa su porosidad y permeabilidad y si se tiene una roca madre encima o al lado incluso, las rocas "infernales" (procedentes del enfriamiento de magmas) pueden albergar hidrocarburos.

Pero lo que debería hacer sonar las campanas de alarmas en el artículo de Engdahl no es su mala comprensión e interpretación de la polémica científica acerca del origen del petróleo (totalmente necesaria, si entendemos la polémica científica bien entendida como indispensable para el avance del conocimiento humano), que de momento se salda con un abrumador éxito por parte de la teoría biótica, sino la instrumentalización que hace de este para sus propuestas conspiracionistas, como cuando justifica el cenit del petróleo de los EE.UU. como una maniobra de las compañías americanas que formaban parte de ARAMCO para inundar su propio mercado de petróleo barato de Oriente Medio. Engdahl parece ignorar lo absurdo de la propuesta, ¿qué interés tendrían Shell, Exxon, Texaco, Mobil y otras en inundar su propio mercado con petróleo barato de Oriente Medio?

También parece absurdo la justificación que da este autor de la invasión de Irak por parte de los Estados Unidos, si la teoría del petróleo abiótico es cierta, ¿qué necesidad habría de invadir y/o controlar Oriente Medio? ¿No podría poner EE.UU. a trabajar a sus geofísicos del USGS para identificar otras fuentes potenciales de petróleo abiótico? Al parecer el problema de los científicos occidentales no es solo de orgullo, para Engdahl también es de competencia, una competencia que por cierto, él es el primero en no demostrar a la hora de presentar sus argumentos.

Después de todo, el título del artículo ya da pistas de cómo se enfrenta el autor a las teorías científicas, desde la perspectiva del que "cree o no cree" en ellas.